Schmidt, la Biblioteca Popular que nació del amor de un
padre a su hijo…
Ubicada en San
Martín al 438 de Río Grande, la Biblioteca Eduardo Schmidt (hijo)
En el día de las Bibliotecas Populares, recordamos la
historia de biblioteca Eduardo Schmidt (hijo) que comenzó hace 63 años, cuando
Eduardo Schmidt -luego de la muerte de su hijo “Piluncho”- donó su casa, con la
única condición de que sea destinada a ser una biblioteca para el pueblo.
© Publicado
el viernes 23/09/2016 por http://criticasur.com.ar/ de las Ciudad de Río Grande, Provincia de
Tierra del Fuego, República Argentina.
Cuando su joven hijo “Piluncho” Schmidt murió en la
década del 50’, Eduardo Schmidt y su esposa Isabel eligieron radicarse en
Europa. Antes, debían resolver qué hacían con las propiedades que tenían en
Tierra del Fuego. Una de ellas era la estancia “Piluncho”, que vendieron a dos
hermanas de apellido Uribelarrea, y de allí su actual nombre “Dos Hermanas”. También
debían determinar qué hacer con la casa de Río Grande, e inspirados por el amor
de su hijo fallecido, decidieron donarlo a la comunidad, con la única condición
de que pasara a ser propiedad de una asociación vecinal para ser destinado a
una biblioteca para el pueblo.
Biblioteca Eduardo Schmidt (hijo)
“Esta obra
que inspiró a su fundador el entrañable amor a su hijo desaparecido, perpetuará
su memoria, dotando al pueblo de Río Grande de un medio que le permita
acrecentar su cultura y moral, base fundamental en que se cimienta el engrandecimiento
de los pueblos”, fueron
las palabras que el 8 de abril de 1953 pronunció el Presidente de la Asociación
de Vecinos, el doctor Oscar Barabino al dejar inaugurada la Biblioteca Eduardo
Schmidt hijo.
Schmidt no solo dejaba el edificio, también las estanterías,
útiles y los libros que formaron la base de la primera biblioteca de la ciudad.
Un año después, en 1954 fue declarada “Popular”,
recibiendo los beneficios de la Ley 419.
Unos 400
socios permanecen activos el 80% del año.
Ubicada en San Martín al 400 -63 años después- la Schmidt sigue
siendo la más importante de la ciudad de Río Grande, donde hoy son 6 las
bibliotecas populares y una de las 2 mil que existen en todo el país.
Unos 400
socios permanecen activos el 80% del año, pero pueden
llegar a tener hasta 600 asociados en el transcurso del año contando aquellos
que se acercan a estudiar algo en particular y luego no regresan. Ser socio de
la biblioteca cuesta hoy $ 35 inicialmente: $ 5 de cuota mensual y $ 30 de inscripción que sirven para los pequeños gastos.
Biblioteca Eduardo Schmidt (hijo)
“Son cinco
pesos para el socio porque tenemos una pequeña ayuda del gobierno de la
provincia y el municipio de Río Grande, además del subsidio de la Comisión
Nacional de Bibliotecas Populares (CONABIP)”, cuenta Tomás a Crítica
Sur Hipólito
Cruz, titular de la Asociación Civil que mantiene activo el sueño de Eduardo
Schmidt.
Don Cruz asegura que, lejos de lo que se piensa, la biblioteca tradicional sigue siendo
muy frecuentada, tanto por estudiantes como por maestros o
adultos que buscan un refugio en la lectura. “La gente sigue viniendo a la
Biblioteca, vienen muchos chicos del secundario, otros cuando van a ingresar a
la Universidad y sobre todo los que van a ingresar a la Policía. Algunos
hacen fotocopia y se arreglan con eso”, dice.
En sus anaqueles hay más de 30 mil libros de los más variados,
además siempre tienen libros para recuperar y restaurar. Y se incorporan los
libros donados de los mismos socios o ciudadanos en general, ya que es normal
que los vecinos lleguen con cajas de libros que van pasando de generación.
Ser socio de la biblioteca cuesta hoy $ 35 inicialmente:
$ 5 de cuota mensual y $ 30 de inscripción que sirven para los pequeños gastos.
“Cuando la
señora que clasifica los libros se encuentra con repetidos, los aparta y luego
son donados a otras bibliotecas de la ciudad o a escuelas aisladas. El primero
de año mandamos cajas de libros a Corrientes y al Chaco”, señala
Cruz.
Desde las 9
de la mañana y hasta las 18, la Biblioteca permanece abierta a
la comunidad.
“El socio
puede llevarse libros y tenerlos 15 días, sino lo terminó a los 15 días avisa y
se le da una semana más, y luego lo trae. Cuando pasa un mes o dos meses que no
está, lo llamamos, a veces lo traen y otras veces no aparecen. No son muchos,
pero son más los docentes los que quedan debiendo. La solución cuando pasa esto
es ir a comprar otro para reponer”, asegura.
Fotos tomadas en mi última visita a la Ciudad de Río Grande en Marzo de 2016...
En los años 1969 y 1970 en mi estancia en la Ciudad de Río Grande, en aquel momento Territorio Nacional de Tierra del Fuego, tuve la oportunidad de recomenzar el ciclo secundario abandonado por razones diversas... En este espacio que bien administraba la querida Tita Romero, en la mesa de madera enorme que se ve a la izquierda de la foto alusiva, pasaba horas por día estudiando y esperando en colectivo que a la noche me llevaría a la Base Aeronaval de Río Grande para realizar mis tareas de Operador Radiotelegrafista en dicho destino naval.
En agradecimiento a la sociedad y la vida misma, es que he decidido donar todos mis textos utilizados en mis actividades docentes durante tantísimos años en la Carrera de Comercialización, de la Fundación de Altos Estudios en Ciencias Comerciales, perteneciente a la Asociación de Dirigentes de Empresas (ADE). Textos de tantísimo valor afectivo y formadores de muchas generaciones de estudiantes, que servirán sin dudas a otros tantos en el lugar indicado.
Mi agradecimiento a Stella Salman, y a los propietarios de la Juguetería Guadis, Margarita Brignani y su esposo Humberto de la Ciudad de Río Grande por ser nexo en este acto.
ORDENANZA Nº 1100/98
Tema: DONESE a la Biblioteca Popular Eduardo Schmidt (h), el predio
identificado catastralmente como Parcela 8, Macizo 116, Sección A.
Sanción: 26 de noviembre de 1998
VISTO: El expediente B-1495/RG/85 del Registro de la Gobernación de la
Provincia, recaratulado como Expediente Letra “B” Nº 0338/97, caratulado:
“BIBLIOTECA POPULAR EDUARDO SCHMIDT (h), s/Adjudicación Lote Fiscal”; y
CONSIDERANDO: Que de acuerdo a los antecedentes obrantes en el expediente
de marras, con fecha 06 de enero de 1954 el sr. Eduardo Schmidt y su Sra.
Esposa Doña Isabel W. de Schmidt, a la entonces Asociación de Vecinos
“Biblioteca Popular Eduardo Schmidt hijo” el edificio construido en la Avenida
General José de San Martín, sus instalaciones, estanterías, útiles y libros;
Que la donación mencionada se hace, entre otras, condicionada a que “...no
podrá darse otro destino, ni temporal, ni momentáneamente al edificio que él
dejó asignado de Biblioteca para el pueblo...”;
Que pese al tiempo transcurrido las distintas Comisiones Directivas no han
logrado obtener la titularidad del predio en que se encuentra construida la
Biblioteca;
que teniendo en cuenta el propósito que tuvo la familia donante de proceder
a la elevación intelectual de la población, se hace necesario mantener el mismo
espíritu donando el predio en cuestión a la Biblioteca popular;
Que con el fin de unificar criterio la presente donación debe hacerse
manteniendo las condiciones impuestas por el matrimonio Schmidt;
Que de acuerdo a lo normado en la Ley Orgánica de Municipalidades Nº
236/84, articulo 66, corresponde al Concejo Deliberante autorizar la presente
donación.
POR ELLO: EL CONCEJO DELIBERANTE DE LA CIUDAD DE RIO GRANDE, SANCIONA LA
SIGUIENTE ORDENANZA
Art. 1º) DONESE a la Biblioteca Popular Eduardo Schmidt (h), el predio
identificado catastralmente como Parcela 8, Macizo 116, Sección A de la ciudad
de Río Grande, con una superficie aproximada de 1.250 metros cuadrados.
Art. 2º) LA DONACIÓN mencionada se hace condicionada a que no se podrá dar
otro destino que el del funcionamiento de la mencionada Biblioteca.
Art. 3º) La Comisión Directiva de la biblioteca Popular Eduardo Schmidt
(h), realizará la mensura correspondiente.
Art. 4º) Los gastos que demande la escrituración del predio mencionado,
estarán a cargo de la Institución mencionada.
Art. 5º) DE FORMA.
DADO EN SESION ORDINARIA DEL DIA 26 DE NOVIEMBRE DE 1998.
Donación de Libros a la Biblioteca:
Querida Stela Salman, Millones de Gracias por ser nexo tan importante para quien
suscribe.
La Biblioteca Popular Eduardo Schmidt (hijo) me albergó durante dos
años en mi estadía en la Ciudad de Río Grande en los años 1969 y 1970. Como
humilde devolución, enviamos muchos textos, donde algunos de ellos los utilizamos en mi actividad docente, otros son parte de mi biblioteca, considerando que estarán bien resguardados allá.
Gracias también para Margarita y Humberto, propietarios de la Juguetería Guadis de la Ciudad de Río Grande, por su colaboración con el transporte desde Buenos Aires a Río Grande del material enviado. Hemos cumplido con
otra misión de vida. Muchas Gracias por siempre.