Se terminó la fiesta...
Lo ganaba Argentinos con gol de Vargas. Pero el Globo lo dio vuelta en dos minutos: empató Mariano Martínez y Montiglio metió el segundo. Gran golpe del equipo de Rivoira en La Paternal ante el campeón del Clausura.
La fiesta de Argentinos duró 70 minutos. Empezó con toda la emoción del recibimiento al campeón, con plaquetas para el presidente Luis Segura, papelitos rojos y blancos, una salida a paso lento con la Copa en manos de un Ortigoza vestido de civil porque debía pagar una fecha por amarillas… Y, claro, con el grito que desde el 16 de mayo volvió a escucharse en La Paternal: “Dale campeón”.
Los hinchas de Argentinos sueñan con otro título.
Y la fiesta fue más fiesta cuando empezó a rodar la pelota y este nuevo Argentinos, con medio equipo diferente al del Bichi Borghi y hasta con técnico nuevo, se puso arriba sobre el final del primer tiempo con un gol de los nuevos, el Turbo Vargas, quien picó al vacío a buscar un pase perfecto de Ocampo y definió con clase ante la salida de Muñoz. Y entonces parecía, nomás, que la fiesta era interminable. Pero…
Rivoira quiere cambiar la imagen del último campeonato.
De golpe, en dos minutos, Huracán prendió las luces, pinchó los globos, levantó los platos con los sándwiches de miga. Y se acabó la fiesta en el Diego Maradona. O, peor para el Bicho, se la robó el visitante. Y todo en un ratito… Paco Romero se comió el 2-0 abajo del arco. Argentinos se quedó sin Vargas por una lesión. Apareció Mariano Martínez para empatar en el área chica tras una serie de rebotes y errores. Dos minutos después, Montiglio clavó el segundo con un derechazo desde afuera del área.
Y Gabriel Pérez, quien entró por Vargas, se fue expulsado. Del éxtasis a la depresión, en el fútbol, hay apenas un pasito… Y Huracán lo dio hacia adelante. Tras un primer tiempo anodino, en la segunda parte, el Globo se paró varios metros más adelante, recuperó la pelota, aprovechó los guiños del destino, empezó a lastimar por afuera, mareó a una última línea de Argentinos y golpeó rápido y furiosamente como para aniquilar cualquier reacción del Bicho. A la larga, en la cuenta de merecimientos, el ganador sumó más que el propio campeón.
© Escrito por Pablo Vicente y publicado por el Diario Deportivo Olé el sábado 7 de Agosto de 2010. /
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