Olmedo y Portales, dos capos del humor con escultura propia...
Desde ayer están “sentados” en la esquina de Corrientes y Uruguay.
Hilvanaban diálogos desopilantes, cargados de ironía y sarcasmo. Trajeados y dándose aires de distinción, “Los periodistas” Borges y Álvarez le daban rienda suelta a charlas que arrancaban cultas e inevitablemente terminaban derrapando. Como si el tiempo no hubiera pasado, y como si de alguna forma pudieran revivirse esos viejos tiempos, desde ayer, una escultura los honra en Corrientes y Uruguay. Sentados en un sillón, cruzados de piernas y con las sonrisas pícaras que Alberto Olmedo y Javier Portales les imprimían a sus personajes en “No toca botón”, el último gran éxito del Negro en la televisión.
De espaldas al Obelisco, con una perspectiva inmejorable para las fotos y con un espacio entre ambos, así fueron concebidos Borges y Álvarez por el escultor Fernando Pugliese, que la hizo en fibra de vidrio y resina epoxi. Entre ambos apareció sentado el Jefe de Gobierno, Mauricio Macri, cuando se descubrió la escultura. Macri, que se confesó fanático de Olmedo, arrancó con varias frases que se volvieron inolvidables en los personajes del Negro. “Quiero ser el primero que realice el sueño de sentarse entre Álvarez y Borges”, afirmó Macri, que estuvo acompañado por el Ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, y el de Cultura, Hernán Lombardi. Juntos le entregaron una plaqueta a Celia Sofovich, viuda de Hugo, creador de “No toca botón”.
“Es el homenaje que le faltaba al gran capocómico de la Argentina”, dijo Susana Romero, que fue parte del tributo junto a otras “chicas Olmedo” como Divina Gloria, Adriana Brodsky, Susana Traverso, Beatriz Salomón y Silvia Pérez. Todas rodearon a Borges y a Álvarez para sacarse fotos. Y después se fueron a comer a Edelweiss. También estuvieron Nancy Herrera, su última mujer, y los hijos del rosarino, que se robó el protagonismo de una presentación en la que no estaba solo: Portales, quizá más que Porcel u otros, fue su gran partenaire.
Como “las chicas”, nadie quiso dejar pasar la oportunidad de sentarse entre los cómicos. “Me impresionó y me emocionó tanto la calidad de la escultura que me dieron ganas de abrazarlos”, confesó Gerardo Sofovich, que junto a su hermano Hugo escribió para el Negro en varias oportunidades, y aseguró que le gustaría ver la sorpresa en la gente al “verlos ahí sentados” a partir de hoy.
La escultura está a unas cuadras de otro monumento que homenajea a Olmedo casi en la esquina de Callao, en la vereda del teatro Alfil. Hay una parecida en el Barrio Pichincha, de Rosario, donde Olmedo está sentado solo, y otra en Mar del Plata, frente al edificio en el que murió en marzo de 1988.
Verlos en Corrientes y Uruguay, a partir de ahora, servirá para recordarlos actuando. En YouTube se multiplican los videos del ciclo que en 1986 emitía Canal 11. Ahí están, siguiendo el guión al pie de la letra o improvisando, para que el segmento, que debía durar 18 minutos según los libros, se extendiera hasta superar la media hora. El que más se apartaba de la letra era Olmedo. Pero Portales, que lo conocía y mucho, le adivinaba las intenciones, le devolvía las paredes y le facilitaba los remates. “Para mí fue como una escuela de improvisación que usé después en mi carrera”, contó ayer Silvia Pérez. La actriz participaba del sketch y soportaba estoica los chistes y los apretones de Borges y Álvarez, dos personajes inolvidables de la historia de la televisión argentina que desde ayer tienen un lugar bien ganado en la calle Corrientes.
© Escrito por Silvia Gómez y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el jueves 3 de Noviembre de 2011.