Enseña a los niños a ser felices, no a ser ricos. Hazles saber que el valor de una persona no está en lo que tiene o
deja de tener fuera, sino dentro. Enséñale a desarrollar buenas estrategias y
habilidades que le ayuden a comprender quién es el mundo.
© Escrito por Doris Hernandez el sábado
13/05/2018 y publicado por http://www.hoyaprendi.co Colombia.
Esta educación en valores y en emociones basará sus éxitos como personas y como
sociedad. Así, si un niño sabe establecer límites, manejar los extremos
y respetarse a sí mismo, sabrá hacer lo propio con lo demás.
Por
eso, si queremos cosechar tenemos que sembrar a tiempo e intentar evitar
equivocarnos cuando tratamos de otorgar valor o protagonismo a algo sin hacer
valer unos principios moralmente adecuados.
Para
esto podremos aprovechar su desconocimiento y no dañar su inocencia; por ejemplo,
para un niño que aún no comprender el manejo del dinero, tiene más valor una
pequeña moneda que un billete. ¿Por qué? Porque las monedas le divierten, puede
chocarlas, hacerlas rodar, simular una compra, etc.
O
sea, a los niños les hace felices todo aquello que les
proporcione cariño, diversión y sustento. Somos nosotros los que les enseñamos que el valor está
en el precio y no en las intenciones, las posibilidades o el cariño. Como
es obvio, generalmente lo hacemos sin querer con el simple gesto de dar más
importancia o relevancia a aquello que juzgamos por más poderoso, bonito o
“divertido”.
En definitiva, el objetivo es que el niño comprenda
que las personas son las que tienen el
protagonismo de su vida, no sus pertenencias. Del mismo
modo, deberán entender que lo importante detrás de todo aquello que tienen es
la intención y el esfuerzo.
Ser feliz poco tiene que ver con lo material
Es complicado que no cometamos equivocaciones por el camino cuando vivimos
en un mundo que se mueve a lo grande cuando se trata de dinero. Sin embargo,
partimos de la base de que todos nosotros queremos que los niños sean felices
sobre todas las cosas, lo cual es una gran ventaja en la educación emocional y
en valores.
Así,
como la
felicidad real se consigue con cariño, con experiencias compartidas, con amor y
con comprensión, lo esencial es que ayudemos a nuestros niños a
darlo todo de sí mismos para que comprendan que las recompensas están en su
interior. Os ofrecemos algunas ideas sencillas para fomentar que aprendan
desde pequeños el valor de las cosas:
1-Elaborá una caja de tesoros
callejeros
Es muy importante que el niño tenga una caja con cosas que les resulten llamativas en sus paseos por la calles, por el parque o por el bosque. Así, la idea es que puedan tener un lugar en el que recoger aquellos palos, piedras, piñas, hojas plásticos que les hayan llamado la atención y les resulten atractivas.
Es muy importante que el niño tenga una caja con cosas que les resulten llamativas en sus paseos por la calles, por el parque o por el bosque. Así, la idea es que puedan tener un lugar en el que recoger aquellos palos, piedras, piñas, hojas plásticos que les hayan llamado la atención y les resulten atractivas.
2-Cuando toque hacer un regalo, que sea manual
Estamos tan acostumbrados a ir a la tienda a comprar lo que sea que ya ni siquiera hacemos postales o tarjetas de cumpleaños. Las manualidades nos ayudarán a terminar con este vicio tan materialista, premiando siempre el esfuerzo a través de la gratitud y felicidad de los demás.
Estamos tan acostumbrados a ir a la tienda a comprar lo que sea que ya ni siquiera hacemos postales o tarjetas de cumpleaños. Las manualidades nos ayudarán a terminar con este vicio tan materialista, premiando siempre el esfuerzo a través de la gratitud y felicidad de los demás.
3-Personalizar nuestras cosas con un sello
personal
Elaborando un sello personal conseguiremos que cada cosa sea única, irrepetible e insustituible. O sea, que si se rompe un juguete o una batita, la que pueda sustituirle no podrá significar lo mismo.
Elaborando un sello personal conseguiremos que cada cosa sea única, irrepetible e insustituible. O sea, que si se rompe un juguete o una batita, la que pueda sustituirle no podrá significar lo mismo.
¿Cómo
podemos inculcar a nuestros hijos el valor del esfuerzo? A continuación os
damos unas claves para ello:
·
El
niño debe “ganarse” los premios. No
es adecuado comprar por comprar (o dar por dar) simplemente porque les
queremos, porque nos lo piden o porque nos apetece. Cada cosa debe adquirir un
significado positivo más a allá de lo material.
·
Predica
con el ejemplo. Si los niños ven
que tú te esfuerzas y que valoras aquello que lo merece, comprenderán que es
algo positivo y lo asumirán más fácilmente.
·
Hazles
sentir bien y recompensa su esfuerzo; o
sea, incentívales a que se empeñen y otorga importancia a cada pequeño logro.
En este sentido, debemos enfatizar cada pequeña decisión a través de la que
asuman el esfuerzo como la vía para conseguir aquello que queremos.
·
Señala
aquellas situaciones que sean más claras en este sentido y hazlo día a día. Es decir, simplifica los valores y colócales a
ellos como protagonistas siempre que puedas, pues sentirse identificados e
implicados les ayuda a trasladar los aprendizajes a sí mismos.
·
Siempre
es positivo que incorpores cuentos,
pues son herramientas muy útiles a la hora de implementar valores ya que les
hacen reflexionar y adecuar sus sentimientos a sí mismos y al mundo real.
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