PRESENTES
AGÚNDEZ, Jorge Alfredo
ALFONSÍN, Raúl Ricardo
ALPEROVICH, José Jorge
AVELÍN, Nancy Barbarita
BAR, Graciela Yolanda
BARRIONUEVO, José Luis
BRIZUELA DEL MORAL, Eduardo Segundo
BUSTI, Jorge Pedro
CAFIERO, Antonio Francisco
CAPARROS, Mabel Luisa
CASTRO, María Elisa
CHIAPPE, Lázaro Alberto
COLAZO, Mario Jorge
COLOMBO, María Teresita
CURLETTI, Miriam Belén
DANIELE, Mario Domingo
ESCUDERO, Sonia Margarita
FALCO, Luis
FERNÁNDEZ, Nicolás Alejandro
FERNÁNDEZ DE KIRCHNER, Cristina E.
GALLIA, Sergio Adrián
GIOJA, José Luis
GÓMEZ DE BERTONE, Deolide Carmen
GÓMEZ DIEZ, Ricardo
GUINLE, Marcelo Alejandro Horacio
HALAK, Beatriz Susana
IBARRA, Vilma Lidia
ISIDORI, Amanda Mercedes
JENEFES, Guillermo Raúl
JUAREZ, Carlos Arturo
LAMBERTO, Oscar Santiago
LATORRE, Roxana Itatí
LEZCANO, Marcela Fabiana
LÓPEZ ARIAS, Marcelo Eduardo
LOSADA, Mario Aníbal
MAESTRO, Carlos
MAQUEDA, Juan Carlos
MARTÍN, Floriana Nélida
MAYANS, Miguel Ángel
MAZA, Ada Mercedes
MENEM, Eduardo
MORALES, Gerardo Rubén
MORO, Eduardo Aníbal
MÜLLER, Mabel Hilda
NEGRE DE ALONSO, Liliana Teresita
OCHOA, Raúl Ernesto
OVIEDO, Mercedes Margarita
PARDAL, Jorje Alberto
PASSO, Juan Carlos
PAZ, Elba Azucena
PERCEVAL, María Cristina
PICHETTO, Miguel Ángel
PRADES, Carlos Alfonso
PUERTA, Federico Ramón
RASO, Marta Ethel
SEGUI, Malvina María
TAFFAREL, Ricardo César
TERRAGNO, Rodolfo
USANDIZAGA, Horacio Daniel
VERNA, Carlos Alberto
WALTER, Pablo Héctor
ZAVALÍA, josé
AUSENTES
BAGLINI, Raúl Eduardo
MARTI, Rubén Américo
PARDO, Ángel Francisco
SAPAG, Luz María
YOMA, Jorge Raúl
LICENCIA POR ENFERMEDAD
ARANCIO, Lylia Mónica
SALVATORI, Pedro
LICENCIA
CAPITANICH, Jorge Milton
- Izamiento de la bandera nacional
- Incorporación de nota y decreto al Diario de Sesiones
- Modificación de la ley de impuesto a los bienes personales
- Desapoderamiento de fondos depositados o impuestos en entidades financieras
- Cuestión de privilegio
- Desapoderamiento de fondos depositados o impuestos en entidades financieras (continuación)
- Ejercicio Cruz del Sur 2002
- Apéndice
-- En Buenos Aires, a las 18 y 35 del miércoles 24 de abril de 2002:
Sr. Presidente (Maqueda). -- La sesión especial queda abierta existiendo el quórum correspondiente.
A continuación la parte de la sesión donde la Senadora Cristina Fernández de Kirchner alega sobre la intromisión en la Justicia...
Sr. Presidente (Maqueda). --
Tiene la palabra la señora senadora Fernández de Kirchner.
Sra. Fernández de Kirchner. --
Señor presidente: podría fundamentar mi voto negativo
al proyecto en consideración sosteniendo su inconstitucionalidad
en virtud de que, sin lugar a dudas, restringe uno de los pilares del sistema
de garantías y defensas que establece la Constitución Nacional.
Me refiero a los recursos de amparo y de hábeas corpus, ya
sea que se pretendan proteger dos bienes jurídicos muy importantes
como lo son el patrimonio y la libertad.
Bastaría leer solamente el artículo
43 de la Constitución Nacional para advertir que se está
frente a una norma y una restricción decididamente inconstitucional.
Pero hablar hoy de inconstitucionalidad en una Argentina donde ya no se
respeta ningún derecho me parece casi un anacronismo.
La norma en consideración, por sobre
todas las cosas, además de inconstitucional es inútil. Inútil
procesalmente porque le doy 48 ó 72 horas para que un juez la declare
inconstitucional y prosiga adelante con las acciones y los embargos. Pero
además es inútil a los fines de la medida política
que propone que los bancos vuelvan a abrir para que el sistema vuelva a
funcionar. Y acá quiero hacer una distinción. Algún
senador preopinante sostuvo que tenemos que lograr que el sistema financiero
vuelva a funcionar, que tenemos que abrir los bancos.
Pero quiero hacer
una leve diferencia; no basta con que los bancos estén abiertos
para que un sistema financiero funcione. De hecho han estado abiertos estos
días y, sin embargo, el sistema financiero no funciona. ¿Por
qué? Es muy simple; porque se ha roto la base y el eje fundamental
del sistema financiero que es la credibilidad frente a los depositantes,
frente a los ahorristas, que es lo que hace que un sistema financiero funcione
o no. Pueden estar todos los bancos abiertos pero nadie va a volver a depositar
un solo peso en este sistema financiero. Sería casi como --sin que
nadie se ofenda-- volver a votar a de la Rúa. Nadie lo volvería
a hacer.
Entonces, frente a esta situación
de total desconfianza de la sociedad ante los bancos, las medidas que tenemos
que tomar deben ir más a fondo. Si queremos que el sistema financiero
funcione, cada banco deberá asumir la responsabilidad frente a sus
ahorristas sobre los fondos depositados en él. De hecho muchos sabemos
--porque lo han publicitado-- que algunos bancos están devolviendo
el dinero a sus ahorristas. Es más, han pactado con muchos de ellos
para que presenten el recurso ante la Justicia -- para no quedar mal ante
el Banco Central-- y así obtener la devolución de sus depósitos.
Inclusive se los devuelven en la moneda pactada en origen.
Es cierto que
esto puede provocar la caída de bancos, pero es la única
manera de salvar al sistema. Lo dije exactamente hace tres meses en este
mismo recinto cuando tratamos la ley de emergencia. Y expresé: ojalá
me equivoque, pero estoy viendo que por salvar a cuatro o cinco bancos
vamos a hundir a la República. Y eso es lo que hoy está pasando.
Por eso digo que esta norma no sólo va a ser inútil procesalmente,
porque los jueces van a decretar su inaplicabilidad por inconstitucional
en pocas horas sino que, además, tampoco va a cumplir el fin para
el cual está queriendo ser sancionada. Sé --porque también
lo han dicho públicamente--, que muchos de los que hoy votarán
afirmativamente tienen buenas intenciones y lo hacen para ganar tiempo.
Pero todo depende de cómo uno vea el problema; de cómo uno
vea la botella, si medio vacía o medio llena. Los que creemos que
lo único que no le podemos regalar a la crisis es tiempo, que hay
que actuar ya sobre ella, sostenemos que esto es exactamente lo contrario
a lo que tenemos que hacer, porque si esta situación se sigue profundizando
en la misma medida en que lo viene haciendo, mucho me temo que va a transformarse
en un problema absolutamente insoluble.
Señor presidente: lo único
que vamos a lograr con esta ley es prolongar la agonía, la sangría,
la discusión, la no puesta en funcionamiento del sistema financiero,
que es indispensable en una economía capitalista. De hecho todos
estamos de acuerdo, estamos difiriendo en cómo encaramos la crisis
y creemos que el problema radica en mantener abiertos los bancos y no en
tener un sistema financiero. Considero que estamos equivocando las soluciones.
Señor presidente: sería hipócrita
hoy aquí, en la República Argentina, en este contexto, no
abordar el verdadero problema que tiene la sociedad argentina.
Esta sesión que se está desarrollando
parece casi de ficción, donde estamos discutiendo medidas procesales
mientras el país se nos está cayendo a pedazos.
Además de la crisis del sistema
financiero, que se disparó a partir de diciembre, hoy estamos ante
la ruptura de la dialéctica del poder político en el país.
¡Hoy no hay poder político en la República Argentina!
No nos confundamos. Puede haber un presidente que se reúne con gobernadores
en Olivos, puede haber un presidente con su banda presidencial, podemos
estar nosotros sentados aquí en las bancas pero, en realidad, se
ha roto la dialéctica del poder, porque hay una sociedad que no
está dispuesta a acatar lo que ese poder institucional quiere y
manda.
Y esta es la dialéctica del poder;
lo otro, son los atributos formales del poder. Alguien tiene poder político
y las instituciones lo tienen en la medida en que haya una gran porción
de la sociedad --a la que tienen que conducir y administrar-- dispuesta
a respetar lo que ese poder institucional establece.
Hace unas pocas horas un puñado
de ahorristas reunidos en las puertas de este Congreso, más las
discusiones fuertes que han habido en nuestro propio bloque, hicieron rechazar
la iniciativa del Plan Bonos. Y también esto va a ser rechazado
Lo que tenemos que abordar es la licuación del poder político
en la Argentina, que afecta a todos y del que nadie está exento.
Si bien esta cuestión puede ser
apoyada por los veinticuatro gobernadores del país, quienes pueden
reunirse con el presidente en Olivos, cabe destacar que algunos de esos
gobernadores ni siquiera pueden controlar sus propias provincias. O sea
que no pueden transferir un poder que ni siquiera tienen sus provincias
de origen. Y es necesario que abordemos la crisis en toda su magnitud,
para que después no sea tarde.
Recordemos los discursos --no los de la
época de la sanción de la ley de convertibilidad, donde algún
compañero fundamentó sobre ella, ya que en 10 años
pueden pasar muchas cosas-- de hace dos meses apenas, cuando se discutía
en este mismo recinto la ley de emergencia, o cuando se discutió
la ley de quiebra, que ahora aparentemente piden que se derogue y se diga
lo contrario de lo que se dijo.
Creo que uno puede tener compenetración
con quien conduce un Poder Ejecutivo, pero me parece que hay cosas que
hacen a la dignidad, a la representación y a la autoestima de cada
uno, inclusive de cada legislador, a la hora de formular opinión
o de emitir voto.
Sinceramente, me parece que no podemos
asistir más a ceremonias de este tipo. Siento que los legisladores
teatralizamos cuando el país, la gente y la crisis demandan otras
actitudes. No voy a hablar de elecciones anticipadas; creo que podríamos
clasificarlas ya de "elecciones posdatadas", si tenemos en cuenta el nivel
de la crisis y de lo que se está demandando.
Pero quiero que reflexionemos enserio para
que esta crisis, que primero fue de representación --por eso tenemos
que legislar con parlamentos vallados-- y que ahora ya es directamente
de poder de imposición hacia el otro en el ejercicio del poder institucional,
sea abordada a la brevedad antes de que los hechos nos superen a todos
y en la cual, en todo caso, quedemos como responsables por no haber podido
dar siquiera una respuesta institucional que esté a la altura de
las circunstancias y de la historia.
Todos los hombres y mujeres que hoy estamos
sentados acá somos militantes de distintos partidos políticos,
con distintas historias; pero, en definitiva, cada uno a su manera y con
su visión tiene un concepto de cuál es el rol de la política,
de los partidos y de cada uno de ellos como militantes en un momento histórico.
Pero seguramente la crisis es muy superior
a la de hace tres meses atrás, y es imprescindible tomar absoluta
conciencia de esta circunstancia. No es con medidas procesales --ni siquiera
con medidas económicas o anuncios de planes económicos--
que vamos a poder supera esta dificilísima circunstancia histórica.
Rubén A. Marino
Director del Cuerpo de Taquígrafos |
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