Efectos del ajuste prolongado…
Rumbo compartido. Milei con la titular del FMI, Kristalina
Georgieva: coincidencias acerca de la profundización del ajuste. Fotografía: NA.
La esperada recuperación de la
actividad económica comenzaría… en el segundo semestre, según acaba de vaticinar
el Fondo Monetario Internacional (FMI), en el reporte técnico divulgado tras la
aprobación de la octava revisión del acuerdo vigente con el organismo. La
ilusión, compartida con el Gobierno nacional, hace recordar a aquella esperanza
nunca concretada de comienzos de la gestión Macri en 2016.
© Escrito por Carlos Heller, Dirigente Cooperativista el sábado
21/06/2024 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires, República Argentina.
Todos los indicadores económicos y sociales que se van conociendo,
sin embargo, demuestran que esos vaticinios solo reflejan el fervor que
despierta –en Washington y en núcleos del poder local concentrado– la nueva
experiencia neoliberal, ahora recargada, aunque con similares fines regresivos.
Por este camino es bien difícil que «este año sea recordado como el
punto de inflexión en donde volvimos a empezar a ser grandes», como expresó el
presidente de la Nación Javier Milei en Rosario, durante el acto por el Día de
la Bandera.
El propio reporte del FMI advierte que «la actual recesión
económica podría prolongarse más y el proceso de desinflación podría resultar
más difícil, provocando penurias prolongadas e intensificación de las tensiones
sociales, incluso con el refuerzo del gasto social».
Semejante enfoque resulta similar al que despliegan analistas de
las más diversas tendencias, que no encuentran motivos para el optimismo a
corto plazo.
Son insoslayables las proyecciones del propio Fondo y del Banco
Mundial, según las cuales la caída del producto bruto argentino será de 3,5%.
Pero si se descuenta el repunte que experimenta este año el agro, tras la
fuerte sequía de 2023, resulta que la previsión para el PIB no agrícola es un
desplome de 5,7%, como consecuencia de las políticas aplicadas desde diciembre
último.
Ante este panorama, ¿Cuáles serían las supuestas señales positivas?
El FMI, fiel a sus postulados ideológicos, aguarda que amaine «el viento en
contra que enfrenta la consolidación fiscal». Es decir, que se profundice el
ajuste en el gasto público.
También apuesta a que «los salarios reales se empiecen a recuperar
y la inversión repunte gradualmente en respuesta a los esfuerzos de reforma».
Desde luego, el ejercicio de imaginación que se propone es notorio,
toda vez que las remuneraciones en el sector laboral no parecen prontas a ganar
terreno en el contexto recesivo mencionado. Y de seguro seguirán perdiendo
capacidad de compra de bienes y servicios, ya que el propio Fondo pide a las
autoridades que «continúen con la corrección de los precios relativos». Algo
que ya viene ocurriendo con total libertad y que completarían los próximos
ajustes de tarifas.
Vale añadir que el FMI proyecta un desempleo para este año de 8,2%
de la población económicamente activa; de 7,5% en 2025 hasta llegar a 2027 con
un 7%. Esto es, varios años por delante con niveles de desocupación de entre
0,9 y 2,2 puntos más que el 6,1% registrado en 2023.
No es de extrañar que la caída del poder adquisitivo actual y la
que se proyecta se correspondan con los datos del derrumbe de ventas de
supermercados y autoservicios mayoristas (-18,2% en abril, frente a doce meses
atrás).
Sede en
Washington. El organismo financiero anticipa para 2024 una caída del 3,5% del
producto bruto interno del país. Fotografía: Getty Images.
Presiones.
Con este telón de fondo, las preocupaciones de la mayor parte de la población difieren de las de aquellos que aguardan cambios favorables para sus megos negocios. Entre estos últimos, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) se manifestó con respecto a la aprobación de la Ley de Bases y el paquete fiscal en el Senado.
La entidad propició una mayor desregulación administrativa del Estado, y señaló que la redacción final de la reforma laboral de la Ley de Bases «aún no genera las condiciones mínimas necesarias para un aumento sustancial de la empleabilidad, ni para la reducción significativa de la informalidad». Lo cual significa que demandan una mayor flexibilización y menor protección para los trabajadores.
En cuanto al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), la (AmCham) objetó el «listado acotado de las industrias alcanzadas», que juzgó «limitativo e innecesario».
Por otra parte, en una clara intención de incidir en el próximo tratamiento de las iniciativas en Diputados, la cámara empresaria rechazó la eliminación de los capítulos de Ganancias (porque «se recortan los recursos fiscales del Estado, tanto provinciales como nacionales, que son indispensables para alcanzar el objetivo del superávit fiscal»), como también de Bienes Personales.
La actual legislación «presenta múltiples inequidades», evaluó la entidad, y solicitó a los diputados que insistan con el texto original con media sanción. En cuanto a Bienes Personales se preocupan porque afecta a la clase media, ya que impone un «carácter casi confiscatorio», cuando en verdad el proyecto beneficia mucho más a las grandes fortunas que a la clase media.
No debe haber antecedentes de una cámara representante de empresas extranjeras que opine con ese nivel de intromisión en asuntos que son de competencia de poderes institucionales del país.
Con este telón de fondo, las preocupaciones de la mayor parte de la población difieren de las de aquellos que aguardan cambios favorables para sus megos negocios. Entre estos últimos, la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina (AmCham) se manifestó con respecto a la aprobación de la Ley de Bases y el paquete fiscal en el Senado.
La entidad propició una mayor desregulación administrativa del Estado, y señaló que la redacción final de la reforma laboral de la Ley de Bases «aún no genera las condiciones mínimas necesarias para un aumento sustancial de la empleabilidad, ni para la reducción significativa de la informalidad». Lo cual significa que demandan una mayor flexibilización y menor protección para los trabajadores.
En cuanto al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), la (AmCham) objetó el «listado acotado de las industrias alcanzadas», que juzgó «limitativo e innecesario».
Por otra parte, en una clara intención de incidir en el próximo tratamiento de las iniciativas en Diputados, la cámara empresaria rechazó la eliminación de los capítulos de Ganancias (porque «se recortan los recursos fiscales del Estado, tanto provinciales como nacionales, que son indispensables para alcanzar el objetivo del superávit fiscal»), como también de Bienes Personales.
La actual legislación «presenta múltiples inequidades», evaluó la entidad, y solicitó a los diputados que insistan con el texto original con media sanción. En cuanto a Bienes Personales se preocupan porque afecta a la clase media, ya que impone un «carácter casi confiscatorio», cuando en verdad el proyecto beneficia mucho más a las grandes fortunas que a la clase media.
No debe haber antecedentes de una cámara representante de empresas extranjeras que opine con ese nivel de intromisión en asuntos que son de competencia de poderes institucionales del país.
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