Pasan cosas…
Íbamos bien y pasaron
cosas, dijo Mauricio Macri. Y sí, pasaron dos cosas esta semana que podrían
sumarse a las que pasan todos los días, pero que pueden cambiar el panorama
electoral del 2019. Con esta crisis en la economía, las cosas que pasan no son
buenas para Cambiemos. Las dos cosas que pasaron fueron la investigación periodística que
demostró la estafa electoral del oficialismo en la provincia de Buenos Aires y
la carta que firmó la mayoría de la oposición contra el acuerdo con el Fondo
Monetario Internacional.
Escrito por Luis Bruschtein el sábado 21/07/2018 y publicado por el
Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Hubo
denuncias más fuertes, algunas que involucraron al presidente, como las casi 50 empresas y cuentas offshore que
tiene el Grupo Macri, o la autocondonación de la deuda de 70 mil millones de
pesos (habría que recalcular y aumentar esa cifra por la devaluación) que el
Grupo Macri tiene con el Estado argentino por el Correo. Son denuncias que
provenían de fuentes internacionales que no tienen relación con la disputa
política local, como es el consorcio internacional de periodistas de investigación.
Y las cifras son multimillonarias en dólares. Sin embargo, cuando se
produjeron, la imagen de Macri estaba en su cenit, la situación económica no se
les había ido de las manos y apenas pudieron mellar el poderoso blindaje
protector de las corporaciones mediáticas oficialistas.
El
fenómeno que demuestra que no todo está dicho sobre el poder de los grandes
medios fue que una investigación casi artesanal, por una cifra menor que las
otras estafas denunciadas, y que se difundió por un portal de Internet, pudo
rasgar ese muro infranqueable de los medios más poderosos. Tampoco se trata del
mito de la primavera mediática donde un solo internetista derrumba el sistema.
Hubo dos condicionantes importantes: es el peor momento de Mauricio Macri y su
gobierno. La crisis tiene un impacto tan fuerte en la sociedad, que involucra a
capas medias y empresarias, además de los sectores más vulnerables. El
malhumor, ya no se puede ocultar.
El
otro factor es que la alianza con las corporaciones mediáticas está cambiando
su equilibrio interno. Si el dominante antes era Macri, como la llave para los
negocios a los que aspiraba el Grupo Clarín, ahora el Grupo se convirtió en el
principal jugador de la economía y del manejo de las comunicaciones. La
polaridad interna cambió: ahora manda el Grupo, que empieza a sondear opciones.
El
impacto de la investigación que inició el periodista Juan Amorín para El
Destape, demostró que aún en estas sociedades donde las grandes corporaciones
de medios capturan la subjetividad de las personas para manipularlas, en algún
momento la realidad se puede imponer sobre la virtualidad. Como sucedía con las
viejas dictaduras que amenazaban con eternizarse pero en algún momento la
fuerza de las armas decaía ante las resistencias populares.
El
resquebrajamiento de esa doble cara se puso en evidencia en la conferencia de
prensa de Macri. Se manejó como lo hizo siempre, con los mismos criterios de
desprecio por la realidad y tapando un presente desastroso con falsas
expectativas para el futuro. Pero lo que en su momento fue carta de triunfo,
ahora apenas movió el amperímetro. No generó expectativa ni frenó la caída
vertiginosa en su credibilidad.
La
denuncia por los aportes truchos se propagó en forma exponencial. Aparecieron
falsos aportantes incluso en las filas
del oficialismo, dispuestos a denunciar la estafa de su partido lo cual también
fue síntoma de desmoralización y deserción. Además el torpedo impactó en la
línea de flotación del armado electoral de Cambiemos para el 2019 porque María
Eugenia Vidal fue preparada y preservada como figura de relevo de Macri. Y si
Macri trata de repetir, la gobernadora es la carta principal en la provincia de
Buenos Aires. La expulsión de la contadora Fernanda Inza y las conferencias de
prensa de Vidal y Macri en el mismo día mostraron que, potenciadas por el
malestar social, las denuncias habían hecho daño.
Para
el otrora ascendente Cambiemos, el escándalo de los aportes truchos indicó el
cambio hacia la curva descendente. En contraposición, la carta de la oposición
a Christine Lagarde expresó un escalón de ascenso para una oposición que no
terminaba de caer. Y sienta un precedente importante para las próximas
elecciones presidenciales.
Los
medios oficialistas le dieron menos importancia que la propia Lagarde. La
presidenta del FMI había pedido que en su agenda se incluyan entrevistas con
dirigentes de la oposición. Al Fondo le preocupa la sustentabilidad de un
acuerdo firmado por un gobierno que quizás no sobrepase el 2019. La carta
subraya que si bien la Constitución habilita al Poder Ejecutivo a tomar deuda,
cuando ésta involucra condicionamientos de tipo político y económico, el
acuerdo debe pasar por el Congreso. Si Lagarde estaba preocupada, el documento
le aclara que la mayoría de la oposición está en desacuerdo y queda implícito
que el convenio podría ser denunciado en el futuro si no pasa por el Congreso.
La
carta constituye otro punto de contacto entre fuerzas opositoras diferentes,
desde las dos CTA, dos triunviros de la CGT, Pablo Moyano, referentes de los
movimientos sociales de diversas corrientes así como legisladores de los
bloques del FPV-PJ, del Frente Renovador y algunos del Federal.
No
constituyen toda la oposición, pero sí la gran mayoría. Tampoco implica un
acuerdo electoral ni se habla de que confluyan en una sola lista para el 2019,
o que participen en una sola interna. El documento representa un espacio amplio
que está en la sociedad y que se expresó en los multitudinarios actos del 25 de
Mayo y del 9 de Julio. Cientos de miles de personas se movilizaron en esas
fechas en contra del acuerdo con el FMI.
Pero
da cuenta de dos factores. El primero es que el ámbito de lo político empieza a
acompasarse con lo que sucede en la economía y en los movimientos sociales, que
son los que perciben primero los efectos del ajuste y la crisis. Son niveles
que tienen tiempos diferentes que ahora empiezan a sincronizar. La política es
más lenta en reaccionar que la economía y lo social. Y además las confluencias
se hacen más trabajosas porque Cambiemos se encargó de dinamitar el camino,
indujo la división y el enfrentamiento.
Pocos
apostaban a un final feliz en las conversaciones de unidad que se iniciaron en
el peronismo. La sensación era de que apenas se hablara de una lista, se
terminaba el diálogo y que seguramente habría más peleas que reencuentros. El
documento crítico del FMI no implica un compromiso, pero está representando una amplia base
social. Casi el 70 por ciento del país rechaza el acuerdo con el FMI. Y pese a
que no haya acuerdos de listas o internas ni candidaturas, ese amplio espacio,
o una parte importante de él, será un jugador desequilibrante si es que hay
segunda vuelta en las elecciones presidenciales de 2019.
Un
paradigma de los dos primeros años de gobierno de Cambiemos fue que la
oposición no resistía una segunda vuelta. Por primera vez despunta un espacio
opositor que puede disputar el ballotage y no solo por lo que hagan sus
dirigentes, sino porque esa amplia base electoral es la que empuja esas
definiciones. Los dirigentes podrán ir en listas separadas y competir por su
cuenta. Pero llegado el momento, esa base tan amplia deberá decidir por el
candidato de ese espacio que haya pasado a segunda vuelta. Ese conjunto heterogéneo prefiere esa línea de confluencia
más que la planteada por Cambiemos, a pesar de los enojos y recelos.
Nos
pasaron cosas, dijo Macri y tiene razón. Estas dos pueden cambiar el escenario
electoral de 2019 al esmerilar a la candidata de recambio del oficialismo y al
empezar a delinearse un espacio de oposición que sin ataduras de acuerdos o
listas, puede actuar en forma coincidente en esas elecciones.
El
final no tiene que ver con las elecciones. Es un twitt que circula como el
espanto y la peste: “Sarampión en CABA, 750 mil niños en riesgo por caída de cobertura
de vacunas. Dos muertes y un trasplante hepático por fiebre amarilla, 7 casos
de dengue en la villa 21-24. Aumento de los casos de sífilis y tuberculosis.
Enfermedades controladas reemergen”. Desgraciadamente no es una “fakenews”, es
una maldita noticia verdadera.
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