Cantos…
Horneros. Fotografía: Mario Rovina
Un estudio
del que participaron investigadores del CONICET reveló que los horneros poseen
el órgano vocal con más fuentes sonoras de todo el reino animal.
© Publicado el sábado 22/09/2017 por la Redacción del Diario La
Vanguardia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Una
investigación publicada en la revista Current Biology reveló que la riqueza
acústica de las aves también pasa por la complejidad de la estructura de
fonación, una alternativa al aprendizaje vocal y el control neuromuscular. Esto
sucede en el caso de los traquéofonos, grupo de pájaros que incluye a los
horneros y otras especies de clamadores que, al no poder aprender a cantar a
través de la retroalimentación auditiva y el adecuado dominio de sus músculos,
alcanzan variedad sonora a partir de la estructura anatómica de su órgano
fonador, el cual cuenta con tres fuentes sonoras distintas, algo hasta el
momento no detectado en ningún otro animal.
Se sabe
que la evolución del comportamiento complejo surge de la interrelación entre la
especialización morfológica y los mecanismos de control muscular. No obstante,
cuando se hace referencia a los procesos de diversificación del canto de los
pájaros, en general sólo se toma en cuenta el dominio de los músculos de los
labios, directamente asociado al aprendizaje vocal de las aves. Pero no todas
las especies de pájaros cuentan con una estructura neuronal que les permite
aprender a cantar, de hecho ésta es la característica principal que distingue a
los cantores de los clamadores.
Entonces
surge la pregunta: ¿cómo, de todas formas, las especies de este último grupo
pueden alcanzar variedad de modulaciones sonoras?
“La
novedad de nuestro trabajo consiste no solo en revelar el dato llamativo de que
los traqueófonos son el conjunto de animales con mayor cantidad de fuentes de
sonido en la naturaleza, sino también en mostrar que la diversificación
acústica de las aves se puede alcanzar gracias a la riqueza anatómica de sus
órganos vocales en los casos en los que no hay capacidad de aprendizaje”,
afirma Gabriel Mindlin, investigador superior del CONICET en el Instituto de
Física de Buenos Aires (IFIBA, CONICET – UBA) y uno de los autores del trabajo.
Durante
doscientos años se creyó que los pájaros traqueófonos producían sonido de
manera exclusiva a través de una membrana traqueal de su siringe (órgano vocal
de las aves), pero este estudio comprueba que también emiten vocalizaciones
mediante un par de labios ubicados en la zona de unión de los bronquios y la
tráquea.
“Pudimos
confirmar, a partir del trabajo experimental en el campo y en el laboratorio
con seis especies distintas de traqueófonos, que estos pájaros pueden producir
sonido tanto a través del par de labios traquebroncales –tal como lo hacen los
pájaros cantores– como de su membrana traqueal y a partir de la interacción
entre estas tres fuentes”, explica Pablo Tubaro, investigador principal del
CONICET y director del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino
Rivadavia” (MACN, CONICET).
“Lo que
sucedió es que como estas especies carecen de una estructura neuronal apta para
aprender a cantar, generaron una especialización morfológica con la que
alcanzan una complejidad acústica similar a la de los pájaros cantores”, agrega
Mindlin.
En el Laboratorio
Una
parte del trabajo experimental se realizó en la Estación Biológica Corrientes
del Museo Argentino de Ciencias Naturales y consistió en capturar especies de
traqueófonos en el campo y mirar con el endoscopio para ver qué era lo que
realmente vibraba en cada caso cuando fonaban. Esta tarea la llevaron a cabo Sarah
García y Franz Goller de la Universidad de Utah, Estados Unidos, junto con
Cecilia Kopuchian, investigadora asistente del Consejo en el Centro de Ecología
Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE).
“Si
bien en el rol sonoro de cada una de las tres fuentes varía según la especie,
en general encontramos que la membrana traqueal sirve para producir sonidos de
una frecuencia mucho más baja que la de los labios. Si la de estos últimos está
a 2 kilohertz, la de los labios se ubica alrededor de 200 hertz. Los cantores,
en cambio, logran este tipo de modulaciones mediante el control de los músculos
de los labios traqueobroncales”, comenta Mindlin.
Finalmente,
los investigadores confirmaron sus indicios a través de la elaboración de
modelos computacionales que reproducen los mecanismos fonadores de estas aves.
El
trabajo de investigación, en colaboración con científicos de los Estados
Unidos, fue realizado totalmente en la Argentina, donde es posible encontrar
una gran variedad de especies de pájaros clamadores que hasta ahora no fueron
demasiado estudiados.
”Los
clamadores tienen una presencia de particular importancia en Sudamérica, pero
sabemos mucho menos sobre ellos que de los cantores. Uno de los objetivos
generales a los que apuntamos con este proyecto de investigación, es saldar esa
deuda al buscar comprender mejor el funcionamiento de sus mecanismos de
vocalización”, concluye Tubaro.
En base
a Centro Científico Tecnológico CONICET Nordeste.
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