La entrevista que esperaba el fútbol argentino...
Es muy probable que el personaje elegido para la tapa de esta edición, con la que celebramos el
17º aniversario de El Barrio, decepcione a la mayoría de nuestros lectores. ¿Por qué un ex árbitro de
fútbol, que ni siquiera vive en la Comuna 12, tiene el privilegio de ser la
noticia más importante del mes?, se preguntarán muchos de ustedes.
Asumimos el riesgo que en esta oportunidad implica dejar
afuera de la portada temas más acordes a nuestra idiosincrasia, pero nos
hacemos cargo de una decisión editorial largamente debatida. Ocurre que este
medio ha intentado en los últimos años, a partir de su creciente alcance,
abordar cuestiones más universales. Somos periodistas que a veces sentimos la
necesidad de no acotar nuestra labor a los límites barriales, al margen de que
ésa sea la lógica naturaleza de El
Barrio.
Por eso nos permitimos, de tanto en tanto, la licencia de buscar también
aquella primicia que marque la agenda de los grandes medios de comunicación.
Llamémosle desafíos profesionales.
Gabriel
Vito Brazenas ha sido una figura esquiva para el periodismo, especialmente desde el 5 de
julio de 2009. Aquella tarde fue el juez principal del partido final por el
Torneo Clausura de Fútbol entre Vélez y Huracán, disputada en el estadio José
Amalfitani. Sus graves fallos privaron al equipo de Parque Patricios de
coronarse campeón, provocando la indignación unánime de la sociedad futbolera.
Tras una década en el referato, ese partido marcaría la despedida de Brazenas
no sólo de la profesión sino también de la vida pública. Su repentino
alejamiento de la actividad alimentó toda clase de hipótesis sobre su desempeño
en aquel cotejo.
Sus apariciones en los últimos siete años fueron escasas y no exentas de
polémica. Un par de breves entrevistas en radios y algún escrache en Mar del
Plata constituyeron las únicas noticias confirmadas sobre su vida. En 2013 Ernesto Cherquis Bialo,
vocero de la Asociación del Fútbol Argentino, reflexionó ante este periódico
sobre algunas prácticas reñidas con la ética del ex presidente Julio Grondona. En el
último año las investigaciones sobre corrupción que involucraron a los máximos
dirigentes del fútbol mundial incluyeron a las principales autoridades de
CONMEBOL y AFA, sospechadas entre otros delitos por amañar partidos.
Hace muchos años que soñábamos con entrevistar a Gabriel
Brazenas. “La carta que Grondona se reservaba para los partidos que le
importaban mucho, más allá de la formalidad de los sorteos”, según lo describe Ceferino Reatoen su
libro Doce noches. Cuando para
nuestra sorpresa aceptó entusiasmado la nota, explicando que rehúye de los
grandes medios, intuimos que contábamos con una gran ventaja. Así como los
periódicos barriales son subestimados por las grandes estrellas, nuestra
fortaleza reside en ser a menudo el confesionario de aquellas figuras caídas en
desgracia. Suelen relajarse con nosotros y entonces hablan. Así sucedió con el
ex árbitro.
El resultado final es un larguísimo reportaje de más de
dos horas, que debió ser reducido a la mitad, por momentos cargado de tensión,
reproches e insinuaciones. Creemos que este hallazgo periodístico merece ser
analizado como una radiografía del fútbol argentino. Cada uno podrá, luego,
trazar su propio diagnóstico.
Gabriel Brazenas rompe el silencio
Poco y nada se supo de él
desde el 5 de julio de 2009, cuando quedó en el ojo de la tormenta tras la
polémica final entre Vélez y Huracán. El Barrio logró una extensa entrevista,
en la que sin eufemismos respondió a casi un centenar de preguntas. Sus
declaraciones esconden misterios y describen la lógica perversa del fútbol
argentino.
© Escrito por Por
Marcelo Benini y Tomás Labrit el domingo 03/04/2016 y publicado por el
Periódico El Barrio de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Dicen que trabajé de albañil. Googlean mucho ustedes. Vivo en Fray Justo
Santamaría de Oro y Demaría desde 1999. Nunca me mudé. Compré en Palermo
después de haber vivido en Lanús. Son todos vagos, nadie labura. No investigan
nada”.
Gabriel Vito Brazenas (48) repetirá esta acusación una y otra vez, casi
como un mantra. No le caen bien los periodistas. Pese a ello, quizá por la
naturaleza barrial de este medio, aceptó conversar con El Barrio. Fueron más de
dos horas en un bar de Palermo. La interminable entrevista es la primera que
concede a un medio gráfico y la más importante de todas sus apariciones
públicas. Aunque previsiblemente se desmarcó de cualquier sospecha sobre lo
sucedido el 5 de julio de 2009, dejó jugosos entrelineados acerca de la década
en la que se desempeñó como árbitro de primera división (1999-2009).
Casi todas sus respuestas esconden secretos y acertijos. Un subtitulado
invisible que permite comprender la lógica perversa del fútbol argentino.
“Todos piensan que a mí me echó Julio (se refiere a Grondona). Digo Julio
porque lo quería mucho y lo sigo queriendo. Era un tipo maravilloso para el
fútbol”, dice Brazenas del ex presidente de la AFA, con quien acordó su
desvinculación como árbitro tras la fatídica final entre Vélez y Huracán. Ese
día, varios errores decisivos privaron al Globo de ser campeón. Desde entonces,
poco y nada se supo de él. Hasta hoy.
-¿Es cierto que te
retiraste por problemas físicos?
-Sí. Tengo cinco tornillos y una placa de titanio. En 2005 me quedé sin
fuerza en una prueba física. El médico de AFA me decía que era un problema
psicológico. Hasta que me agarró un neurocirujano de primer nivel y me hizo una
resonancia. ¿Viste la manguera, cuando vos la estrangulás? Así tenía la médula.
El médico me dijo que había que operar. Yo le pregunté cuándo iba a volver a
dirigir y me dijo: “Rezá para que no quedes en silla de ruedas”. Y después de
dos años volví. Ese fue mi primer error.
-¿No fue un error que te
designaran a dirigir en 2009 Vélez-Huracán?
-No, ¡si yo era el mejor! Se lesionaban todos los referís cuando llegaban a
la final.
Pero vos venías de mucho
tiempo inactivo.
-Yo volví a dirigir después de dos años y medio parado. Nadie pensaba que
iba a dar la prueba física, pero la di. Quedé muerto. Esto fue a fines de 2008
me parece. Ese día en la escuela estaba Horacio Elizondo, uno de los peores
males que hubo en la Argentina.
-Elizondo dijo que Giménez, Sequeira y vos se fueron del referato sin
explicaciones.
-Sí, ¿y qué explicación tengo que darle? Yo no le doy explicaciones ni a mi
mujer.
-En junio del año pasado
se difundieron escuchas telefónicas en las que Grondona hablaba con el
presidente del Colegio de Árbitros: elegían a dedo a los referís.
-A ver, vuelvo a repetirte. Que los árbitros sean puestos a dedo es un
secreto a voces. ¿Te tomas el trabajo de ver lo líneas todos los fines de
semana? Yo sí.
-Muchas veces los jueces
de línea son más decisivos que los árbitros.
-No estoy hablando de la mala fe. Porque si no, hace siete años estoy
esperando que me lleven preso porque dijeron que había arreglado un partido. No
tengo causas. La única vez que fui a un juzgado fue para llevar a un periodista
y le cobré plata.
-¿Te sentís estigmatizado
por tu desempeño en ese partido, condenado socialmente?
-¿Condena social? Hace cuatro o cinco meses, cuando terminó el torneo, hubo
tres partidos a la tarde que salieron empatados. Y a un equipo lo mandaron al
descenso. ¿Nadie dijo nada? Un jugador se hizo un gol en contra. ¿Tengo que
pensar mal?
-Y, se puede pensar mal…
-¿Por qué? Estaría mal, no tengo pruebas. ¿Entendés lo que te digo?
-Es la desconfianza permanente que reina en el fútbol argentino.
-Es la vida, se juega como se vive.
-Eso dice el periodista
Juan Fazzini, vecino nuestro…
-Sí, pero yo lo digo hace cincuenta años. Mirá, yo fui psicólogo de
jugadores durante veinte años dentro de la cancha, a 190 pulsaciones, que es
muy difícil.
-En lo personal, ¿fue una
bisagra en tu vida aquella final?
-A ver, nombrame a algún árbitro de mi generación que esté posicionado
mejor que yo.
-Ángel Sánchez…
-¿Ángel Sánchez? No es de mi generación, es anterior. ¿Qué hace Ángel
Sánchez?
-Es columnista deportivo.
-¿Viste? No hablemos más. ¿Vos entendés lo que te digo?
-¿A qué querés llegar?
-A que todo depende del objetivo que vos tengas en la vida. Si tu objetivo
es dejar el arbitraje y dedicarte al periodismo es una cosa. Ahora, si vos
crees que el arbitraje termina y empieza otra parte de tu vida, es otra. Es mi
caso y el de muchos más. ¿Saben a qué se dedican Furchi, Favale y Sequeira? No.
¿Saben por qué?
-¿Porque no les pasó algo
traumático como a vos?
-No es traumático, es normal. A las personas que asumen riesgos es muy
probable que les pase esto. Los tipos que tienen finales, descensos, que están
expuestos constantemente, tienen mucha más posibilidades de equivocarse que el
tipo que está escondido debajo de una mesa. Todavía sigue dirigiendo Juan Pablo
Pompei. ¿No te llama la atención? ¿Cuántas finales dirigió? Lo adoro, pero
decime cuántas.
-No lo suelen designar
para los partidos decisivos.
-Lo estás diciendo vos. Tiene 49 años y sigue dirigiendo…
-¿Es lógico o desmedido
el manto de sospecha que existe sobre algunos árbitros?
-Es lógico, porque la sociedad argentina está mal. El problema de la
sociedad argentina es la crisis de credibilidad. No se cree en el error. Cuando
se equivoca un tipo, siempre es de mala fe. Te hago una pregunta, ¿quién es el
que más pone el ojo en la mala fe? El periodismo, porque conoce la mala fe.
-¿Y el escándalo por
coimas en la FIFA que involucra a dirigentes de la AFA?
-Eso viene del año 90.
¿Pensás que el periodismo no lo conocía?
¿Pensás que el periodismo no lo conocía?
-No sé, nunca trabajé para un medio masivo.-Por eso estoy hablando con vos.
¿O vos pensás que acá enfrente (señala el edificio de Radio La Red) nadie sabe
nada? Yo ni estaba en el arbitraje. Fui a un Sudamericano y a un Mundial Sub 17
de la FIFA. ¿Y vos me hablás de que los árbitros se ponen a dedo? La FIFA puso
a dedo toda la vida a los árbitros
-¿No hay un sorteo de por
medio?
-¿Qué sorteo? Hay tipos que se lesionaban para no dirigir. ¿De qué me
hablas?
-Por ejemplo, en el caso
de Ceballos…
-(Interrumpe) Ceballos se equivocó porque se le cruzó un jugador adelante y
cuando vio la jugada el tipo cayó adentro del área. ¿Querés ver el video? Lo
vemos juntos. ¿Sabés cuánto es un metro en una cancha? No existe. ¿Sabés las
medidas de una cancha? Lo tienen que saber, ustedes son periodistas. El
reglamento de la FIFA dice que las medidas reglamentarias son 105 por 68
metros.
-¿Querés decir que en
esas medidas un metro no es nada?
-¿Querés verlo? Vamos a la cancha un día. ¿Sabes qué pasa viejo? Hay que
leer. ¿Te dije que son todos vagos? Porque si vos vas a un medio de
comunicación y en vez de llevarle “Brazenas chorro” le decís “Brazenas se
equivocó” no te lo compra nadie.
-Una de las primeras
medidas del nuevo presidente de FIFA fue aprobar el uso del video ref. ¿Por qué
se tardó tanto en implementar este sistema?
-Soy realista. Está todo maravilloso con Gianni Infantino, pero que yo sepa
tuvo alguna relación con Blatter y Platini. La FIFA busca transparentar su
imagen, ¿entonces qué hace? Pone el video en la entrada de gol, pero no en el
fuera de juego. ¿Vos sabés que la tecnología también se equivoca? A mí dejame
al fútbol como está.
-De haberse aplicado,
hubieras podido apoyarte en la tecnología en 2009.
-¿Por qué?
-Para enmendar los
errores.
-¿Cuáles?
-Por ejemplo, en la falta
de Larrivey a Monzón previa al gol de Vélez.
-¿Vos pensás que fue foul?
-Y… fue plancha al
arquero.
-Para mí, no. En la cancha no es plancha. Porque anteriormente hubo una
jugada similar que le hizo Arano a Cubero, que fue planchazo y expulsión y yo
no la cobré.
-¿Pero no fueron culposas
tus declaraciones después del partido?
-No, porque por
televisión es una cosa y en la cancha es otra.
-Habías admitido errores…
-En la televisión, sentado en el living de mi casa, es una cosa. Pero hay
planos que no te dan la posibilidad de ver que fue foul.
-Cuando te designaron
para este partido, ¿imaginabas que podía pasar algo así?
-En todos los partidos tenés que estar preparado para que pase algo así. El
árbitro que piensa que se va a ir aplaudido de una cancha, que se retire
mañana. Porque a mí me aplaudían los de Vélez que me putearon cuando dirigí la
final contra Racing en 2001, cuando decían que no agregué minutos. Lo que yo
hice fue terminarlo a los 90 minutos. Entonces los mismos que me insultaban ese
día, me aplaudían en el otro.
-Pero los que definían el
campeonato en 2001 eran Racing y River, no Vélez…
-Sí, pero ese día corrían mucho los de Vélez. ¿Sabés cómo corrían?
-¿Vos decís que hubo
incentivación?
-No, yo no sé (irónico). Corrían y, la verdad, dejaron todo. Como debe ser.
-En una entrevista años
después de su retiro, el ex árbitro Daniel Giménez dijo: “¿Sabés cómo compran y
venden árbitros y vos ni te enterás?” ¿Qué opinás?
-Es real. A mí me pasó en una final, pero me avivé. Hay tipos que dicen que
te compran y vos ni te enterás. Te voy a hacer la exposición. Vos me citaste
para hacer la entrevista acá y, si sos mala leche, hablas con un dirigente y le
decís que vas a tener una charla conmigo para arreglar algo. El dirigente va a
venir y te va a ver a vos conmigo. Vos después le decís que está todo cocinado
y yo ni me enteré. Ponele que yo me equivoqué y ganaste el partido. Vos te la
llevás y yo no me enteré nunca.
-¿Entonces la suciedad
corre por cuenta de los dirigentes?
-Sí, y de su entorno. Eso es lo que dijo Giménez.
-Pero a Giménez lo
echaron del arbitraje en 2007, igual que a vos: después de una escandalosa
final por el ascenso en la que también fue perjudicado Huracán.
-No lo echaron, no señor. Dejó de dirigir. Le pagaron su contrato y se fue.
-¿Y eso no es un despido
encubierto?
-Llamalo como quieras. Pero que yo sepa Giménez no tiene ninguna causa. Lo
que hizo fue un arreglo con la AFA, una forma que da la ley para que no haya
más juicios. Fue un despido indirecto, lo mismo que hice yo con Grondona.
-¿Qué te dijo Grondona
sobre tu actuación en el partido Vélez-Huracán?
-Nada. ¿Qué me va a decir? Nunca tuve una reunión con él después de ese
partido. Los árbitros no tienen relación con el presidente de AFA. Tienen una
reunión cuando realmente la necesitan.
¿Y este caso no ameritaba
un encuentro?
-¿Por qué? Si es normal que pase esto.
-¿Normal? Menos a los
hinchas de Vélez, tenías a todo el país en contra…
-¿Sabés lo que me hubiera dicho Grondona? “¿Sabés las cosas que dicen de
mí?” (imita su tono de voz). Yo no soy soberbio, pero sé la respuesta de
Grondona. Entonces no me iba a sentar para que me boludearan. ¿Vos me entendés?
-¿El que calla no otorga?
-Son pavadas. Eso es trabajo para ustedes. Yo trabajé con el jefe de prensa
del General Perón. Algo aprendí.
-¿Te sentiste protegido
por la AFA?
-¿Por qué me tiene que proteger? Yo me fui porque no di físicamente la
prueba. Estuve un año tratando de entrenar.
-Da la sensación de que
si no hubieran fallado en partidos decisivos, tanto vos como Giménez no
hubieran tenido necesidad de irse del arbitraje.
-Pero, escuchame una cosa… Si la FIFA te sube las pruebas físicas y yo no
las doy, me tengo que ir. Ahora, que vos lo creas o no es un problema tuyo y no
mío.
-¿Estabas apto
físicamente para dirigir esa final?
-¿Cómo no? Cuando después me citan para hacer la prueba física, no la pude
dar. ¿Sabés cuántas veces me pasó? Un montón. ¿Cuántas veces te enteraste?
Nunca. No sólo a mí. Lo dijo Lunati: hay árbitros que dirigen sin dar la prueba
física.
-Sos muy inteligente para
declarar…
-El test de psicología de AFA me dio nueve. Fui abanderado de primero a
quinto año y estuve en el cuadro de honor con promedio general de 8,93.
-¿Fuiste a la
universidad?
-No, nunca. Trabajé de 1988 a 2001 en el Tribunal de Cuentas y en la
Auditoría General de la Nación. Me fui con el retiro voluntario.
-¿Del Gobierno de la
Ciudad te retiraste también?
-Si, también. Terminé mi trabajo y me fui.
-¿No fue por el escándalo
de Vélez-Huracán?
-No. Presenté el informe final y me retiré. Ahora no quiero trabajar en el
Estado. Además fui asesor de Daniel Scioli seis años en la Provincia de Buenos
Aires. Trabajaba dentro de la Secretaría de Deportes con el Chino Tapia. La
gente no investiga, viejo. No trabajan, son vagos. Perdoname que te lo diga,
pero es así. Yo empecé a dirigir a los doce años enfrente del Cementerio de
Lanús, en la villa.
-Eso te curtió.
-¿Sabes lo que es dirigir a los doce años en las villas? ¿Tenés idea? No,
no tenés idea.
-Me lo puedo imaginar.
-Entonces es normal que pase esto. ¿Quién quiere a los referís? Nadie.
Decime, ¿quién quiere a la Justicia? Nadie, porque si te beneficia es Justicia
y si te perjudica no.
-La Justicia también
puede ser injusta según cómo la apliques…
-Y, está aplicada por los hombres. Los jueces se pueden equivocar como los
referís.
-Gastón Monzón, el ex
arquero de Huracán, dice que nunca se olvidó de aquella jugada clave. De hecho,
jamás recuperó el nivel.
-¿Y vos le echas la culpa a una jugada? Si a vos te afecta una jugada tenés
un problema importante. Perdoname que te lo diga.
-¿A vos no te dejó una
huella ese último partido que dirigiste?
-Es parte de la vida. La vida es así.
-¿Qué creés que piensa el
hincha de Huracán de vos?
-Eso se lo tenés que preguntar a ellos, no a mí. Yo no soy hincha de
fútbol, los roles son distintos. Puede ser que estén afectados y es respetable.
-¿No te dolió haber
perjudicado a un equipo que generaba identificación en el futbolero promedio
por su estilo de juego?
-Quizá por eso las cosas se potenciaron también. Son las reglas del juego,
¡te puede pasar! ¿Vos le preguntaste a Palermo cómo se sintió después de haber
errado tres penales con la Selección? Es raro que un jugador erre tres penales
en un partido.
-¿Te trajo alguna
consecuencia personal tu último partido?
-A ver, ¿si tuve cosas buenas le echo la culpa a esto y si tuve malas
también? Vos no podés echarle la culpa a determinado hecho de tu vida. Yo viví
en la villa, viejo. ¿Sabés los golpes que recibí? De todos los costados. A mí
no me mueve nada. Por ahí a otro lo hubiese matado. Estoy golpeado desde los
siete años.
-¿No hubieras deseado
irte por la puerta grande?
-Pero, ¿qué es la puerta grande? ¿Un partido despedida?
-Podrías haber dirigido
algunos años más.
-No, porque físicamente no podía más. ¿Querés que dirija en una silla de
ruedas? No puedo por los dolores, estoy jodido. Tengo firmados los papeles por
un médico neurocirujano, por un traumatólogo, está todo documentado. Sino la
AFA no me hubiese garpado lo que me correspondía. ¿Vos entendés lo que te digo?
-El común de los hinchas
cree que usaste el problema físico como una excusa.
-Ese es un problema tuyo. ¿Sabés lo que yo pienso de un montón de cosas?
¿Cuándo piensa bien la gente? Nunca. Cuando vos te comprás algo, es porque
cagaste a alguno. Nunca te lo ganaste con el laburo propio. ¿Es así o no? No me
asientas, ¡decime que sí!
-En muchos casos, sí.
-Es un problema social. La gente está en todo su derecho en pensar lo que
quiera. ¿Qué es lo malo que yo hice? Ahora, fui un ideólogo espectacular si usé
el problema físico para retirarme. Tendría que haber sido jugador de ajedrez y
no referí.
-¿No estabas al límite de
tu estado físico?
-Claro que sí, siempre estuve al borde. Toda mi vida estuve al borde.
-¿No fue un error
entonces haber aceptado dirigir un partido tan trascendental?
-¡Cómo no iba a aceptar, si yo era empleado de la AFA!
-¿No había mejor opción
que vos para dirigir esa final?
-Y… Si me la dieron, seguramente yo era la mejor opción. Que yo sepa, en la
semana anterior al partido ninguno de los equipos se quejó de mi arbitraje.
-Sí, nos consta. ¿Pero
estabas al ciento por ciento de tu estado físico?
-Yo di la prueba. Hay tipos que físicamente pueden estar mejor, pero por
ahí no rinden. Ahora, si el línea me levanta mal la bandera, ¿querés que lo
mate? Era un línea mundialista el que me puso la AFA (N. de la R.: Se refiere a
Ricardo Casas).
-El juez de línea Alberto
Barrientos también te levantó mal la bandera en 2001 y Racing salió campeón.
-Sí. Y dijo por qué, ¿no?
-Reconoció que era hincha
de Racing.
-¿Y a vos te parece lógico eso? ¿Yo qué tengo que hacer con ese tipo?
-Ahora, ¿nadie sabía que
Barrientos era de Racing?
-(Se irrita) ¿Vos me hablás en serio o me estás cargando? No me jodas a mí.
Si vos me decís así, tengo que pensar que te estás haciendo el logi. ¿Y vos me
estás condenando a mí? Me condenan a mí y no a un tipo que admitió lo que hizo.
-¿Sufriste escraches o
agresiones en la calle?
-Vengo pasando malos momentos desde que empecé a dirigir fútbol. Una vez
casi me agarro a trompadas con un barra de Chacarita en Plaza Italia.
-¿Cosechaste amistades en
el mundo del fútbol?
-Eh… (silencio).
-Alguien con quien te
juntes un domingo a comer un asado…
-No, no, eso jamás. No te olvides que en el arbitraje el fracaso de uno es
el éxito del otro. Están todos esperando el error tuyo para que te suspendan.
Al principio son todos brazenistas y cuando van ascendiendo sos un hijo de
puta.
-¿Tenés trato con
futbolistas o dirigentes?
-Con dirigentes, ni en pedo. Cuando los veo, los saludo y nada más. Sabés
lo que pasa, ya sé cómo son. Hace muchos años un dirigente me dijo “el tipo más
bueno es el último en cagarte”. Te cagan todos: el más hijo de puta primero y
el más bueno, último.
-¿Entrevistas tan
extensas como ésta diste alguna vez?
-No, porque yo nunca me llevé con los periodistas.
-¿Tenés algún mensaje
para dar, a los hinchas de Huracán por ejemplo?
-No, las cosas se dan porque se dan. La vida es así. ¿Qué le voy a decir a
la gente? Es lógico que el hincha esté enojado porque se sintió perjudicado.
¿Te van a aplaudir?
-Se insinuó que fuiste
sobornado por esa final. René Houseman habló de 250.000 dólares. Otras fuentes
precisaron 80.000…
-Alguno está equivocado. ¿Cobré 80 o 250 mil dólares? Hay una gran
diferencia. ¿Vos viste las cosas que se dicen? ¿Cuánto me dieron al final?
Estoy esperando. ¿Quién la tiene? Capaz alguno se la llevó…
-En tu perfil de WhatsApp
pusiste la foto de Kwai Chang Caine, el monje de la serie “Kung Fu”, que anda
solo por la vida, prófugo de un crimen. ¿Te identificás con él?
-Totalmente. Por eso la puse.
-¿Qué significa la frase
“Nadie paga favores pasados”, que aparece en el estado? (N. de la R. después de
la entrevista la cambió por otra no menos sugestiva: “La mentira es necesaria
cuando la realidad es difícil de creer”).
-Que te dejan solo. Vos haces una cosa por un tipo, pasa el tiempo y no se
acuerda.
-¿Te referís a alguna
traición?
-Lo digo en general, no solo en el fútbol. Mi vida no es el fútbol,
¿entendés? Fue parte del trabajo. Tuve diez trabajos anteriores, fui
funcionario de gobierno. La frase no tiene nada que ver con el fútbol. Tengo
una lista de gente que ayudé y ni las gracias me dio.
-Como dijo alguna vez
Diego Maradona, ¿te sentís “más solo que Kung-Fu”?
-(Se quiebra, por primera vez en la entrevista) Es lo que me tocó en la
vida y no reniego de eso. Cuanto más conozco a las personas, más voy a llorar a
mi gatito. En dos meses se va a morir, porque tiene un tumor. Por él se me cae
una lágrima, por los demás no.
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