Donald Trump, the
american K…
Hay gente que se pasa la vida diciendo que
nuestros políticos son impresentables y que en EE.UU. “estos tipos no llegarían
a ningún lado”. Es verdad que nosotros tenemos algún que otro mamarracho. Pero
ellos también.
Por estos días, allá se están disputando las internas del
Partido Republicano que, a diferencia del kirchnerismo, no niega ser de
derecha.
Va liderando Donald Trump, un autoritario, populista, mediático
y provocador al que, por las dudas, habrá que prestarle atención, no sea cosa
que todo salga mal y Hillary pierda.
Miren si será jodido Trump, que acusa de ser blando a su
principal contrincante Jeb Bush, un tipo que desayuna mirando videos de ejecuciones
en Texas.
Jeb Bush es hermano del ex presidente George W. Bush e
hijo del otro presidente George H. Bush. Una verdadera familia de millonarios
dedicada al poder. Como los Kirchner, pero con todo en blanco.
El otro que le está dando pelea a Donald Trump es Ben
Carson, un republicano cercano al Tea Party (el ala derecha del partido de
derecha) que es… ¡¡negro!! ¡¡Imagínese usted amigo lector, lo que debe ser un
negro de extrema derecha!! Cuando llega a su casa, él mismo se pone los
grilletes.
Completa el panorama una mujer que le está dando pelea a
los tres juntos y que se llama Carly Fiorina. Nadie la recuerda, pero esta
señora es una de las más importantes ejecutivas de EE.UU. y en el año 2004,
siendo la CEO mundial de Hewllet Packard, pidió una entrevista con el
Presidente Kirchner, se tomó un avión y se vino a la Argentina para verlo.
Lo estuvo esperando sentadita en un pasillo de la Rosada
y después de una hora de empollar, le dijeron que el Compañero Centro Cultural
estaba muy ocupado, que cancelaba la reunión y que mejor volviera otro día. No
volvió nunca más.
Se sabe que este gobierno nos ha dejado como el orto
frente a todo el mundo, pero igual, recemos para que esta mina no gane.
En honor a la verdad, digamos que nuestra Presidenta
también siempre maltrató públicamente a Obama, equilibrando de ese modo nuestra
política exterior ante republicanos y demócratas.
En este punto, el kirchnerismo tuvo mala suerte. Le tocó
simular que combate al imperialismo yanqui, justo cuando en la Casa Blanca
estaba sentado el presidente más progresista de la historia norteamericana. En
fin. Como siempre le digo amigo lector, seamos piadosos en la retirada.
Ese es el panorama por allá. ¿Y por casa cómo andamos?
Bien. Por ahora, Scioli primero, Macri segundo, Massa tercero y Ella haciendo
las valijas.
¿Esto puede cambiar? Claro que sí. Menos la que está
embalando floreros, todo lo demás puede modificarse: el primero, el segundo y
el tercero. No es fácil, pero no está todo dicho aún.
En pocos días, el kirchnerismo quedó pegado a la muerte
de un militante en Jujuy, quemaron las urnas en Tucumán, insultaron a Tevez, se
les inundó la Provincia, se les disparó el dólar mientras diluvian pastillas de
metanfetaminas. Con todo eso (Nisman incluido), parece ser que el Compañero
Lancha casi no ha perdido votos. Tampoco sumaron ni uno más.
O sea que por ahora no les alcanzaría para ganar en
primera vuelta e irían al repechaje.
El Compañero Mauri venía bien, pero tuvo una semana dura.
Para decirlo futbolísticamente, el equipo del PRO jugó al offside y Niembra
quedó enganchado.
Para que se entienda lo que pasó, el Compañero Niembra
tenía contratos publicitarios con el gobierno de la Ciudad por 20 palos.
Aparentemente todo legal, pero éticamente discutible porque, tiempo después, se
transformó en candidato a diputado.
Mucha gente dijo: “¡¡¡Eh, al final hacen lo mismo que el
kirchnerismo!!!” Error. Suena parecido, pero no lo es. Para que sea lo mismo,
habría que agregarle dos ceros y quemar la factura.
De hecho, aunque haya sido con factura, el gobierno
nacional le dio al Compañero Spolsky cientos de millones (literalmente) en
publicidad y otras yerbas para bancar sus medios oficialistas, y ahora es
candidato a intendente de Tigre.
Además se pasea por el Conurbano del brazo de Sabbatella
que es el candidato a vicegobernador y a su vez preside la AFSCA, el organismo
que se supone debe controlar a los medios. O sea a Spolsky. ¡¡Y van juntos en
la misma boleta!! Pegaditos. Codo a codo. Eso es hacerla bien.
Si a esto le sumás a Lázaro, Hotesur, De Vido y Ciccone,
causa gracia ver al PRO tambalear por 20 palos de mierda.
¿Quién aprovecha todo esto? El Compañero Massa que sigue
en ascenso y le va comiendo votos a todos. ¿Será que el apodo de Massa, tan
difícil de encontrar, terminará siendo “Compañero Batacazo”? Al fin y al cabo,
en 2013 ya dio uno. En un eventual ballotage, Massa se llevaría todo el voto
opositor y mucho voto peronista. No quiero ni pensar.
Pero el Compañero Mauri sigue firme al acecho de Lancha y
la pelea la da él. No ganó dos Intercontinentales y cuatro Libertadores para
que venga un pibe de Tigre y le arruine el asado.
¿Tiene esto alguna importancia? Hoy ninguna. Hoy lo único
importante es que vamos al Monumental a jugar otro superclásico. Lo de “vamos”
es una forma de decir porque, como todo el mundo sabe, cuando jugás de
visitante en la década ganada, el “vamos” sólo incluye 20 jugadores, el DT, el
utilero y el chofer del bondi que los lleva, pero tiene que esperar afuera y
escucharlo por la radio.
Todos los demás, tenemos que mirarlo por televisión. Y
está bien que así sea porque con el tornillo que hace a la hora del partido,
mejor estar calentito en casa. No se olviden que en la década ganada los
partidos de Boca y de River se juegan domingo a la noche para sumarle rating al
programa de la falange de propaganda neofascista. Ahí tenés otro que se llevó
cientos de palos por servicios al proyecto nacional, popular, eclesiástico y
hotelero, y ahora se dedica a escrachar a Niembra.
Hoy también vamos a ser testigos de otra violación
completa a la ley electoral que sólo permite publicidad partidaria 25 días
antes de las elecciones. Prestarle mucha atención a la tanda del entretiempo, a
los zócalos de Télam durante el partido y a la estática en el estadio que se ve
por la tele.
Lo mejor de todo es que mañana no habrá un puto fiscal
que diga nada. Si esta vez me equivoqué es porque esta nota sirvió para algo.
Lo dudo.
Si Dios quiere, éste será el último superclásico sin
visitantes, y el último superclásico dominguero que se juegue con luz
artificial.
Falta menos. Ya vuelve la alegría, la tolerancia, el
progresismo, la modernidad, la democracia, la legalidad. O algo parecido. Todos
juntos, bosteros y gallinas, bajo un mismo sol. Vení que para vos también tengo, Trump.
© Escrito por Alejandro Borensztein el domingo 12/09/2015 y
publicado por el Diario Clarín
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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