Una cirugía contra la diabetes ya se
realiza en hospitales públicos...
Expertos. Susana
Fuentes, Martín Garaycoechea y Marcelo Rondina de los hospitales El Cruce y
Evita Pueblo. Foto: Cedoc
Médicos lograron normalizar los valores de glucosa
de once pacientes. Se inyectaban insulina dos o tres veces al día, tomaban una variedad
de medicamentos y sentían culpa cada vez que comían algo dulce. Hoy ya no. Su
diabetes mejoró o está en remisión, gracias a una cirugía metabólica sin
precedentes en los hospitales públicos del país.
Once pacientes diabéticos con sobrepeso fueron operados por un equipo
interdisciplinario de los hospitales bonaerenses “El Cruce” de Florencio
Varela y Evita Pueblo de Berazategui. La cirugía metabólica, similar al
by pass gástrico, eliminó su dependencia de la insulina y normalizó sus
valores de glucosa.
“Siete de los pacientes dejaron de requerir insulina y los demás
pasaron de tomar tres medicamentos por día a uno solo”, le dijo a PERFIL
Marcelo Rondina, cirujano del equipo. Los médicos presentaron la experiencia en
el VII Congreso Internacional de Cirugía Bariátrica y Metabólica que se llevó a
cabo recientemente en Mendoza.
La cirugía metabólica es una consecuencia inesperada del by pass gástrico.
El 30% de los obesos mórbidos son diabéticos. Los médicos observaban que al
operarlos para que bajaran de peso, “sin querer” corregían la diabetes.
Rondina señaló que este tratamiento “solo se aplica a personas diabéticas
que cumplen condiciones específicas”. Actualmente, operan a diabéticos tipo
2, con un nivel de obesidad bajo, cuyo índice de masa corporal está entre
30 y 35. “Nunca hablamos de cura, porque la diabetes es una enfermedad
genética. Sí hablamos de remisión o de mejoría –aclaró Rondina–. Tampoco es
‘el’ tratamiento sino una opción terapéutica más que, en casos bien seleccionados,
puede tener resultado favorable”.
Hace tres años que el equipo trabaja en este tema en el país. Los
profesionales del hospital, encabezados por Martín Garaycoechea, fueron
capacitados en Brasil por el especialista Ricardo Cohen, pionero en estas
intervenciones.
La Federación Internacional de Diabetes declaró en 2011 que “hay evidencia
suficiente de que la salud de las personas obesas con diabetes tipo 2 puede
beneficiarse de la cirugía bariátrica en determinados casos”. En 2007
hubo un consenso internacional entre clínicos y cirujanos, en el que se
reconoció a esta operación como alternativa para pacientes con mala respuesta
farmacológica. “A partir de ese momento se empieza a hablar de cirugía
metabólica. No la llamamos cirugía para la obesidad porque la técnica no es la
misma y el paciente tampoco”, diferenció Susana Fuentes, diabetóloga del equipo
interdisciplinario y miembro de la Sociedad Argentina de Diabetes.
“Los resultados son alentadores”, reconoció Rondina. Tras la cirugía,
mejora el funcionamiento del páncreas y baja la tasa de problemas relacionados
con la diabetes. “No se revierten las complicaciones que la persona tiene,
salvo en el caso de la nefropatía (enfermedad del riñón), pero no aparecen
lesiones nuevas”, detalló Fuentes.
Debate. La polémica en torno a la cirugía metabólica es si el paciente lograría los mismos resultados haciendo régimen. Sin embargo, para los médicos los efectos no se explican solamente por la pérdida de kilos. “Las personas vuelven a su casa sin medicación”, describió Rondina. “Tardan más o menos un año en bajar de peso, pero los resultados se ven inmediatamente después de la cirugía”, agregó Fuentes.
Debate. La polémica en torno a la cirugía metabólica es si el paciente lograría los mismos resultados haciendo régimen. Sin embargo, para los médicos los efectos no se explican solamente por la pérdida de kilos. “Las personas vuelven a su casa sin medicación”, describió Rondina. “Tardan más o menos un año en bajar de peso, pero los resultados se ven inmediatamente después de la cirugía”, agregó Fuentes.
La redistribución del pasaje del alimento en el tubo digestivo es la
clave. Tras la operación, la comida entra en contacto inmediato con el
intestino y esto estimula la secreción de una hormona (GLP1) que promueve la
producción de insulina. “Los fármacos actuales para tratar la diabetes son
incretinas, están hechos a base de hormonas que libera el intestino. Son las
mismas que el paciente empieza a producir dentro de su cuerpo después de la
cirugía”, aclaró la diabetóloga.
Un estudio de la Universidad de California publicado a principios de junio
en la revista de la Asociación Médica de Estados Unidos (JAMA), revisó la
evidencia de la cirugía bariátrica en el control de la diabetes, y concluyó que
“puede ayudar a las personas diabéticas moderadamente obesas, pero se necesitan
más pruebas antes de promover su generalización”.
Los autores señalaron que se necesitan más estudios, en particular
sobre cómo les fue a los pacientes después de dos o más años, así como las
tasas de complicaciones y efectos secundarios. Los médicos locales reconocieron
que aún son pocos los casos de pacientes operados en el mundo y todavía se
desconocen los resultados a largo plazo, aunque enfatizaron que las
perspectivas son muy alentadoras. “Todavía no es un procedimiento generalizado
porque la casuística mundial es reducida y el tiempo es corto. Pero las
perspectivas a largo plazo son buenas. A medida que se profundice el
conocimiento, pienso que se va a expandir”, concluyó Rondina.
“La intervención mejoró nuestra calidad de vida”
La vida de estas cuatro personas tiene un punto en común: todos sufrieron
diabetes y, también, todos experimentaron un cambio de vida gracias a la
cirugía metabólica. “No estamos curados sino que la enfermedad está como en
stand-by”, resumió Rita Prieto, de 52 años. Manuel Silva, de 38 años, se enteró
que tenía diabetes hace tres años, en un test preocupacional. Pasó por todos
los tratamientos: medicamentos, dietas e insulina hasta que su médica le
ofreció la posibilidad de la cirugía. “No lo dudé”, destacó el joven, que se
operó el año pasado. Manuel pesa 25 kilos menos que en 2012 y hoy solo necesita
tomar una pastilla a la noche para controlar su diabetes. “Antes portaba la
heladerita con las inyecciones de insulina a todos lados.
Me inyectaba dos veces por día. Ahora ya no; gané calidad de vida”,
resumió.
Eva Perfumo, de 53 años, fue otra de las 11 pacientes que se realizó la
cirugía metabólica. En su caso, le costaba muchísimo cuidarse con las porciones
de comida, que ponían en jaque sus valores de glucemia. Después de la
operación, bajó 20 kilos y ya no toma medicación.
“Es posible llevar una vida y una dieta normal”, celebró. Silvia Paz,
de 60 años, se enteró a los 50 que tenía diabetes. La acosaba el fantasma de su
abuelo que había muerto ciego. La cirugía la liberó de los medicamentos y, como
al resto de los pacientes, alteró su forma de comer: ahora siente saciedad
enseguida y le cambió el gusto por algunos alimentos que antes adoraban. Todo
los pacientes dicen que siguen cuidándose con las comidas. “No nos vas a ver
devorar un kilo de azúcar. Seguimos siendo diabéticos”, concluyó Rita.
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