El secreto del orgasmo
femenino: del clítoris a la cabeza...
¿Fue real o fingido? Esa
es la duda que –eternamente- acosará a los hombres y pesará sobre las mujeres.
Pero, ¿qué se pone en juego para despertar el clímax? Llegar o no llegar, esa
es la cuestión.
Entre gemidos y sábanas
arrugadas, ella le dice lo bien que la pasó. Él sonríe, complacido. Pero la
duda está: ¿cuánto hay de verdad en ese orgasmo infinito que ella parece haber
tenido? Porque es una realidad, alguna que otra vez las mujeres fingen. Mejor
dicho, fingimos.
Para hacerlos sentir
bien; para sentirnos bien nosotras… Las razones no importan. Lo cierto es que,
cada tanto, ese clímax espectacular tiene más de show que de verdadero placer.
¿Por qué sucede esto? Se sabe que un buen entorno erótico y un amante
complaciente suman mucho a la hora de gozar. Pero, no es suficiente: ¿cuáles
son las claves del placer sexual de las mujeres?
Del clítoris a la cabeza
Las manifestaciones
físicas del orgasmo son claras: se producen pequeños temblores y se contraen el
útero y los esfínteres. Sin embargo, ha sido la neurociencia la que ha trazado
un “mapa del orgasmo” para alumbrar el verdadero secreto del gozo. Es que lejos
del clítoris, la vagina, los puntos G, A, K, U y todo el abecedario que
intenten ubicar en nuestros genitales, el orgasmo se da… ¡En el cerebro!
Un grupo de
investigadores de la Universidad de Groningen realizó tomografías por emisión
de positrones para analizar el flujo sanguíneo cerebral de un grupo de mujeres
mientras llegaba al clímax. De acuerdo a los resultados de este estudio, se
comprobó que durante el orgasmo se produce un descenso notorio en este flujo en
la zona orbitofrontal lateral del lado izquierdo del cerebro. Esta sería la llave
de la cuestión, ya que no se verificó lo mismo cuando a las investigadas se les
pidió que fingieran. ¿Conclusión? La capacidad de relajarnos, desinhibirnos y
gozar estaría en esta área de nuestra cabeza.
¿Y ellos?
Que somos distintos, no
es novedad. Y esto no podía ser la excepción. El mismo grupo de investigadores
descubrió que, si bien hay un patrón similar en cuanto a la respuesta cerebral
en ambos sexos, también hay procesos que nos diferencian.
En las mujeres se produce
una activación elevada de la ínsula, una zona que se relaciona –entre otras
cosas- con la empatía y el procesamiento de sensaciones físicas y que se
conecta con la calidad del orgasmo.
En los hombres, en
cambio, el área de mayor activación es la sustancia gris periacueductal -que está
relacionada con el control de la actividad sexual-, y que sería la responsable
de liberar dopamina tras el orgasmo y elevar el nivel de placer.
© Publicado por http://www.entremujeres.com el martes 11 de Diciembre de 2012.
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