Tigre se puso arriba con un testazo de Stracqua, Huracán lo empató con un penal que convirtió Zárate y, enseguida, el local volvió a gritar un gol del 9, que con este doblete llegó a nueve en el torneo. Huracán se hunde en la Promo: quedó a cuatro de River y a siete del Matador.
Le hizo precio. Porque fueron tres y pudieron ser algunos más. Porque tuvo en Stracqualursi a un goleador tremendo. Porque Huracán no se ayuda ni un poquito a sí mismo. Porque las diferencias entre los equipos de Primera y el Globo cada vez parecen más grandes. Porque en la cancha no se notó todo lo que Tigre, el club, su gente y sobre todo su técnico, vivió en los últimos días. Por eso fue un 3-1 que quedó corto.
Tigre golpeó de entrada, con el cabezazo de Stracqualursi tras un buen centro de Román Martínez, y el infierno que Huracán temía sólo se demoró gracias a Claudio Pérez, que metió una mano en un cierre y concedió un penal inocente que Zárate cambió por el empate. Pero la igualdad fue un espejismo, porque Tigre siguió con las riendas del partido en sus manos, con la conducción de Román, los chispazos de Morales y la cabeza en llamas de su goleador. Fue justamente el ex jugador de Gimnasia quien volvió a meterle la testa a un centro, ahora de Cachete, para poner el 2-1 que dibujó un resultado más acorde a la realidad del juego y para escalar a nueve goles en la tabla de goleadores, donde comparte la cima nada menos que con el Tanque Silva y el Burrito Martínez. Y enseguida cayó el 3-1 con una buena definición de Altobelli, tras quedar mano a mano.
Pudo descontar Huracán, con un tiro de Quiroga que dio en un palo, pero que Huracán quedara a tiro del empate habría sido otra ilusión. Luego lo tuvo Altobelli de nuevo, Román Martínez dos veces… Y fue derrota, nomás. Con todo el dolor del alma para Huracán, que se empieza a enterrar en la Promoción, porque River le sacó cuatro puntos con el triunfo del sábado, y porque encima Tigre le saca siete puntos en la lucha directa para salir de esa zona de brasas. Para Huracán, no podía ser peor. Para Tigre, el triunfo es un dulce para cambiar el gusto de una semana de amarguras. Y, también, el primer adiós de un Caruso Lombardi que se despedirá en el próximo partido ante Argentinos.
© Escrito por Marcelo Pagliaccio y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 5 de Octubre e 2010.
Tras una semana caliente, Tigre fue demasiado en ofensiva para un Huracán que dio pena en todas sus líneas, sobre todo atrás. El Globo lleva cinco caídas al hilo.
Tigre venía pequeño de autoestima y de fútbol, pero se sintió un gigante todopoderoso al lado de Huracán, un rival que se arrastró, que penó para progresar hasta un metro en la cancha, que no tuvo un mínimo de luz en sus tres líneas y tambalea en zona de Promoción.
El cuadro victorioso se encontró con un rival ideal en procura de enfriar un clima que quemaba luego de protagonizar dos episodios negativos en la semana: una pelea en un entrenamiento entre Castaño y Cáceres (Caruso recibió un golpe por querer separar) y la grave acusación del colombiano Angulo, quien aseguró que su técnico le pidió dinero a su representante para que juegue. Pero el peso que sobresalió en Tigre fue el ofensivo.
Resultó muy sencillo el trámite del partido para el Matador. Sin ser brillante fue muchísimo más que su oponente y hasta hizo méritos que pudieron llevarlo a un éxito más rotundo. A partir del oportunismo comenzó a manejar el ritmo del encuentro. Un gol mañanero, un segundo tanto un ratito después de que el Globo empatara de penal y un tercero que terminó de cocinar el resultado. El contexto fue siempre el mismo: Tigre con la pelota, en una prolija circulación en el mediocampo, con aplomo y serenidad en los movimientos. Y con el beneficio que le otorgaba una defensa de Huracán que se descascaraba por todos lados: de arriba, de abajo, por el centro y por ambos laterales, pese a que la línea de tres se transformaba en cinco cuando Soplán y Lemos bajaban. Sin contención en el medio, los del fondo sólo podía cortar avances con infracciones y evidenciaron un desprecio por el balón, al que literalmente enviaron dos veces afuera del estadio. La bocha parecía arderles en los pies. A todos.
Sólo dos chances netas (penal incluido) generó Huracán en ofensiva. Matute Morales, en el tramo final de su carrera, no puede en soledad. Nadie lo acompaña en la creación, nadie se le asocia y a él le cuesta cada vez más sacarse un jugador de encima.
Sin una identidad, sin rebeldía, con poca presión al momento de la recuperación (Batagglia fue el mejor) del balón y con una actitud que no parece la máxima, el Globo padece los partidos porque su potencial es muy chato y a los pibes los incomoda la responsabilidad de sacar al equipo del mal momento que representan cinco derrotas consecutivas.
Triunfador en casi todos los rebotes, cuando Tigre perdía la posesión enseguida la recobraba por el desconcierto ajeno. Y contó con la inspiración de Stracqualursi, quien ganó en lo alto con comodidad y pivoteó bien. El Matador le caminó por encima a Huracán. Y lo aventaja por siete puntos en el promedio. Que no es poca cosa.
© Escrito por Nicolás Montala y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 6 de Octubre e 2010.
Desinflado...
Brindisi tiene fuerzas para seguir, pero el Globo está en Promo y cada vez peor.
A esta altura ya es un karma. Y no es para menos: desde que Miguel Brindisi tomó el timón, Huracán ganó sólo cinco puntos sobre 30 (de local: una victoria y dos empates). Para colmo, y con la victoria, Tigre le sacó aún más ventaja en los promedios y el Globo pareciera que lidiará largo rato con la Promo que hoy ocupa. “Fuimos superados, nos ganaron bien; es inobjetable”, hizo catarsis Miguelito.
Además, y aunque los números en rojo queman en Patricios, la preocupación del técnico pasa por el (mal) funcionamiento del equipo, ya que aquí recaería una posible solución de esta malaria. Como así también, sabe que la inclusión de tantos pibes del club pueden llegar a jugar en contra (ayer debutaron Ospina y Vélez) debido a que están madurando apresuradamente y en un contexto que mete miedo.
“Volvimos a tener una actuación más que pálida. ¿Si tengo cosas para rescatar? La verdad que no”. La indignación de Brindisi habla a las claras. Porque, además, no ve un oasis en el horizonte y a Huracán le cuesta hasta sacar del medio (ayer volvió a marcar de visitante, el último tanto lo había convertido Nieto, el 5/9 a Quilmes). “Verdaderemente me duele mucho esto porque tengo sensaciones pesadas”, cerró Miguel, quien por ahora pareciera seguir con fuerzas.
© Escrito por Nicolás Migliavacca y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el lunes 6 de Octubre e 2010.
Los Goles
El Partido....
La Tabla de Posiciones...
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