Salvataje y Turbulencias - El auxilio de Trump no logra disipar las dudas…
“Le pertenezco Mr., Donald...” Dibujo: Pablo Temes
La ayuda del amigo americano no alcanzó para calmar
los mercados. Crecen las tensiones internas.
Trump –en su apogeo, tras su paso relámpago y fulgurante por Medio Oriente como hacedor de la ansiada paz en esa
convulsionada región – decidió mantener en su agenda la reunión con el
presidente argentino a pesar de las opiniones de algunos de sus asesores que le
sugirieron cancelarla. El traspié generado por la respuesta de Trump ante la
pregunta de Nieves Zuberbühler, enviada
especial de TN y Canal 13, desnudó la falta de
preparación de la reunión por parte del gobierno argentino.
La euforia con que se vivió en el oficialismo todo el apoyo recibido
desde la Casa Blanca se fue desvaneciendo con el correr de los
días. Esa primera reacción de optimismo desbordante no se tradujo a los
llamados mercados. El dólar cerró la semana con tendencia
alcista a pesar de los muchos billetes inyectados a la plaza
por los bancos que están actuando como ejecutores de esta decisión del Tesoro
de los Estados Unidos. Esto es producto de algo denominado incertidumbre. Esa
incertidumbre es provocada no sólo por el difícil escenario electoral que debe
enfrentar el oficialismo sino también por sus muchos problemas internos y de
gestión. “Cuando la confianza no termina de afianzarse ocurren estas cosas. El
problema de fondo sigue siendo político” –aseguró un economista que supo ser
cercano a La Libertad Avanza.
Hoy más que nuncaSuscribite
Una de las tantas disputas internas es la que vienen sosteniendo el jefe
de Gabinete, Guillermo Francos, y Santiago Caputo.
Hoy por hoy, nadie sabe cómo pude terminar eso. Lo que sí se sabe es que la
tensión entre ellos crece día tras día. En la entrevista que le concedió
a Esteban Trebucq, el Presidente – a quien se lo vio
tenso y enojado– reconoció que después de las elecciones habrá un cargo para el
asesor estrella que, hay que señalar, tuvo mucha injerencia a
través de sus contactos clave en la administración Trump para destrabar la
instrumentación de los acuerdos de ayuda, en una negociación que tuvo ribetes
muy intensos por la urgencia que el Gobierno tenía de frenar –sí o sí– la
escalada del dólar. Una corrida previa a las elecciones hubiera herido
gravemente la performance del oficialismo.
Lo que es claro que la seguidilla de contrarios sucesos que le vienen
ocurriendo al Gobierno –el caso Spagnuolo, el caso Espert, la reversión de los
vetos presidenciales por parte del Congreso– han fortalecido a Caputo quien, a
su manera, bregó siempre por generar canales de diálogo y cooperación entre el
oficialismo y sectores de la oposición que le son afines. Precisamente, la
implementación de esos acuerdos representa otro factor de incerteza. Evidencia
acabada de ello fue el intercambio de mensajes sucedidos el jueves entre
Mauricio Macri y el asesor. El expresidente señaló que “la gente necesita dejar
atrás rápidamente el estancamiento y pasar de la estabilidad al crecimiento”,
para después agregar que se necesitará que “después del 26 el Gobierno
convoque al diálogo, con humildad y honestidad” y “que acepte
eventualmente una oposición constructiva que traerá propuestas desde cada
rincón del país para realizar las reformas necesarias que nos harán cambiar”.
La contestación de Santiago Caputo no se hizo esperar: “Esto que dijo Macri lo venimos planteando hace un año y medio, no
es el oráculo; estamos de acuerdo, pero los cambios y las reformas
las lidera Milei”. El mensaje fue claro: todos de acuerdo, pero lo que plantea
el ex presidente ya lo había propuesto el oficialismo y que quede claro que,
más allá de cualquier acuerdo, el que manda es Milei, nada de compartir cartel
o poder con otro u otros.
En la vereda de enfrente el peronismo luce cada vez más desvaído y
anacrónico. El 17 de octubre encontró a sus dirigentes separados, como tantas
otras veces. Otra muestra de esto fue la escuálida concurrencia que alteró la
tranquilidad del vecindario de Monserrat adyacente a la prisión de San José
1111, en donde Cristina Fernández de Kirchner intentó
investirse con ropajes de heroína, algo que claramente no es. Las diferencias
de la expresidenta con Axel Kicillof se
agrandan día a día. En estas horas, las confesiones del ex general
venezolano Hugo Armando Carvajal, quien fue
jefe de contrainteligencia de los gobiernos de Hugo
Chávez y de Nicolás Maduro, indicando que hubo dinero que a través
de Pdvsa el régimen bolivariano destinó para apoyar las campañas electorales
del kirchnerismo, reflota toda la trama de corrupción implementada para
permanecer en el poder indefinidamente. Un pecado que nadie que se considere
democrático debería olvidar.
La campaña del peronismo/kirchnerismo se vio sostenida únicamente por
los errores antes mencionados de los libertarios. Los candidatos del PJ se limitaron a poner el piloto automático,
no hacer nada para no cometer errores y repetir como loros algún que otro eslogan
de campaña. Nada nuevo para ofrecer a un electorado
desorientado y cada vez más desilusionado de la clase política que lo conmina a
vivir peor y con menores perspectivas de crecimiento.






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