Chicanas y turbulencias…
El Gobierno deja atrás una semana intensa de
disputas que demuestra la necesidad de que le dé aire a su ala política.
© Escrito por
Nelson Castro el sábado 14/09/2024 y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Fue una semana turbulenta. Otra más. Y lo fue tanto dentro como fuera del Gobierno. El enfrentamiento del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con Santiago Caputo, el asesor estrella del Presidente, no fue un rumor sino una realidad. “Tanta tensión hizo que Francos terminara en el hospital”, se escuchó decir en tono de chicana por los pasillos del poder a los que no lo quieren mucho a Caputo sobre quien, dicho sea de paso, son cada vez más los que echan pestes dentro del ámbito del Poder Ejecutivo.
Hay una realidad indiscutible: Francos
encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdos con los sectores de la oposición
que le son afines al oficialismo. Caputo, en cambio, no. La búsqueda de
acuerdos es la esencia de la política. El joven maravilla no sabe nada de eso.
A ella debió recurrir en definitiva el Presidente en un intento de último
momento para convencer a cinco diputados de la Unión Cívica Radical de cambiar
su voto y evitar que el frente opositor lograra revertir el veto presidencial a
la nueva fórmula de cálculo de haberes para jubilados y pensionados.
Francos
encarna el diálogo y la búsqueda de acuerdo con los sectores de la oposición
afines al oficialismo.
Ese manotazo de ahogado de Milei dio
resultado. El que intentó con algunos dirigentes opositores del mismo partido
para evitar el rechazo del DNU por el que se asignaban 100 mil millones de
pesos en gastos reservados para los servicios de inteligencia, no. Es increíble
que el Presidente no haya advertido que, a la vista de los nefastos
antecedentes del mal uso de los gastos reservados destinados a los servicios de
inteligencia, ese proyecto era absolutamente contradictorio con los postulados
de transparencia que pregona La Libertad Avanza, y que, el intento de imponer
semejante decisión a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia era de
imposible concreción. Logró así un récord: fue la primera vez desde la
creación de los DNU –hecho que estableció la Reforma Constitucional de 1994–
que se lo rechaza.
Milei ha perdido el foco respecto de lo
que representa el veto a la reforma de la fórmula de cálculo de los haberes de
los jubilados como así también el atinente a la Ley de Financiamiento
Universitario, medidas que perjudican claramente a la población, dentro de la
cual hay muchos que lo votaron. Ellos creyeron y apoyaron la idea de terminar
con la casta. Pero ni los jubilados ni los estudiantes, docentes y trabajadores
de las universidades son la casta. Una cosa es combatir la corrupción que
existe en muchos negociados oscuros de las universidades, pero eso hay que
hacerlo con las casas de estudio funcionando a pleno y resguardando la calidad
que, a pesar del sin fin de dificultades que enfrentan, mantienen muchas de
ellas. La educación es esencial.
El Gobierno esperaba un índice de
inflación correspondiente al mes de agosto bastante menor. El 4,2% que reflejó
el Indec, dejó un sabor amargo en el equipo económico y en el Gobierno en
general. Se dio algo que había anticipado Domingo Cavallo: bajar la inflación
debajo del 4% va a ser una tarea difícil y larga.
Veremos qué anuncia el Presidente en la
presentación de la Ley de Presupuesto 2025, una presentación que tendrá mucho
de show, algo que a él le encanta. Milei busca ser el centro de todo. Eso sirve
por un tiempo que se acorta si las medidas económicas no logran generar
bienestar general, algo que está ausente de este duro presente. Habrá muchas
bancas vacías. Un empresario lo definió con tono de suspenso: “Podés ordenar la
macro, bajar el déficit fiscal y la inflación, pero si no hay reactivación, la
plata en la calle no aparece. Para muchos argentinos ha comenzado la cuenta
regresiva”.
En este ámbito de pelea constante, en la
Casa Rosada y el Ministerio de Economía se celebró la decisión del
directorio del Fondo Monetario Internacional de desplazar de sus
funciones como encargado de las negociaciones con el gobierno argentino al
Director del Hemisferio Occidental, el chileno Rodrigo Valdés, quien fue
ministro de Hacienda de Michelle Bachelet. En el Gobierno entienden que de esta
manera queda allanado el camino para cerrar un nuevo acuerdo con el organismo
que le permita a la Argentina acceder a nuevos fondos sin los cuales levantar
el cepo se hace imposible. La persistencia del cepo es un obstáculo para los
proyectos de inversiones extranjeras de los cuales tanta dependencia tiene
nuestro país.
Una vez más, el principal activo del
Gobierno es la ausencia de una oposición real y organizada. No hay nadie
enfrente y, según parece, no lo habrá por un buen tiempo. En La Rosada respiran
aliviados, pero empiezan a aparecer los primeros sincericidios. “Está bien
correr con ventaja, pero algunos lo viven con un dejo de pedantería y hasta
soberbia que ni les permite ver que este panorama despejado de nubarrones no
durará para siempre” –reconoció una voz que frecuenta los pasillos del poder.
No es para menos, el kirchnerismo residual y el rancio por igual, le recuerdan
a la gente lo inviable de aquel pasado tortuoso. El paro aeronáutico generó una
bronca incontenible entre miles de argentinos que no pudieron llegar a sus
destinos. Entre ellos, pacientes que debían ser operados y que tuvieron que
reprogramar cualquier intervención. Aerolíneas Argentinas sigue siendo refugio
de gremialistas sin escrúpulos –como Pablo Biró– que ganan millones y no
resignan poder. La extorsión es su bandera. La empresa convocó a una asamblea
accionaria para mediados de la semana próxima para exigir la expulsión de Biró
del directorio. A Javier Milei, este tipo de conflictos le vienen como anillo
al dedo. La poca inteligencia de Biró no le permite ver ese lado de la
película. Kirchnerismo en estado puro.
El
principal activo del Gobierno es la ausencia de una oposición real y
organizada: no hay nadie enfrente.
El Gobierno iniciará una nueva semana
luego de fuertes turbulencias. Debería detenerse a pensar en darle más pista al
ala política representada por Guillermo Francos y levantar el pie del
acelerador con el látigo y el banquito. La realidad demanda acuerdos urgentes y
el oficialismo ya no puede perder más tiempo en chicanas y malos tratos.
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