Se abrió una puerta…
© Escrito por Nelson Castro el sábado 02/03/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
Fue un discurso que pudo ser entendido por todos y que llegó a la gente. Claramente, la primera parte fue la más fuerte desde el punto de vista de lo que representa. Hay en desarrollo un nuevo escenario social –que el Presidente comprende muy bien– y que tiene que ver con los privilegios de la dirigencia política, sindical y social. En eso, da en el blanco porque describe un sistema que les ha permitido a prácticamente todos –alguna excepción siempre hay– beneficiarse a través del uso de los dineros públicos. El uso de los pasajes de Aerolíneas Argentinas asignados a legisladores, gobernadores y otros funcionarios para sumar millas y lograr tickets gratis para viajar por el país y el mundo ejemplifica muy bien esta situación escandalosa propia de lo que el Presidente llama la casta. Los nombres concretos que dio potenciaron su discurso.
No se quedó solo en el peronismo y sus aliados –Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa, Pablo Moyano, Juan Grabois, Máximo Kirchner y Roberto Baradel–, sino que se extendió hasta Gerardo Morales por el repudiable caso de persecución judicial abusiva a quienes osaron retuitear un mensaje que lo molestó. El silencio de la UCR en cualquiera de sus variantes es vergonzoso.
Olvidan que CFK era –es– igual. Si revieran varios de los discursos de inauguración de las sesiones del Congreso que pronunció “la condenada”, observarían que ella hacía lo mismo y le agregaba un tono de maestra ciruela con el que pretendía erigirse en dueña de la verdad.
Esto marca una diferencia de lo que vino ocurriendo
hasta ahora en donde nadie sabía a ciencia cierta quiénes eran los negociadores
oficiales del Gobierno. Esto permitirá darle a la negociación otrovolumen
político. Está claro también que esta apertura a la negociación es producto de
una estrategia. Milei tensó la cuerda hasta el máximo con el caso Chubut para
abrir esta instancia que comunicó el viernes. Como ya se ha dicho en esta
columna, el primer mandatario suele pisar el freno centímetros antes de estrellarse
contra la pared.
La situación actual ha cambiado drásticamente. Ya no se trata de un presidente inflexible, sino de un hombre que, con habilidad, abrió una puerta al diálogo y colocó y descolocó a más de un gobernador. Será difícil para los mandatarios provinciales rechazar esa oferta. Una actitud semejante tendría un costo político muy alto.
La jugada del Gobierno tiene sustento para llegar a buen puerto. Hubo alivio en gran parte del arco político de las provincias y también en los empresarios, que veían con preocupación la intransigencia inicial. “Milei abrió la única puerta que le permitirá avanzar con un plan de gobierno sostenible. Y comprometió a toda la clase política para la realización de esa tarea en este país donde la economía depende siempre de los vaivenes políticos, este nuevo escenario podría traer algo de tranquilidad”, reflexionó un hombre de negocios.
La duda
sigue siendo el cuadro que pintará la realidad social. La paciencia de la gente
no depende de su buena voluntad. Se trata directamente de las penurias que la
clase media y media baja y los más necesitados pueden soportar. Alguien en el
Gobierno debería advertirle al Presidente la necesidad de sostener y promover
medidas paliativas que le permitan llegar con algo de aire a la tierra
prometida. De lo contrario, el camino se tornará peligroso y utópico.
Las cosas
no están como para poner al país a caminar por la cornisa.
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