Los dos modelos...
El presidente electo, Javier Milei,
adelantó que en el futuro inmediato convivirán en la Argentina una economía
estancada y altos índices de inflación. En sus palabras, “va a haber una
estanflación, porque cuando hagamos el reordenamiento fiscal, impactará
negativamente en la actividad económica”. Inmediatamente atribuyó esa situación
a las políticas monetarias aplicadas por el gobierno saliente. Luego agregó:
“por eso yo digo que la única billetera que va a estar abierta es la de Capital
Humano, para darle contención a los caídos”.
© Escrito por Carlos Heller (*) el
domingo 03/12/2023 y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, República Argentina.
Milei dice, y tiene razón, que es el primer presidente votado por
un porcentaje significativo de la ciudadanía que, durante la campaña electoral,
anticipó que si ganaba iba a llevar adelante un fuerte ajuste.
Otros gobiernos que impulsaron planes similares no los anticiparon
o, incluso, plantearon lo contrario. Fue el caso del de Carlos Menem, quien
prometió “salariazo y revolución productiva” y a quien luego se le atribuyó la
frase “si decía lo que iba a hacer no me votaban”. Mauricio Macri en 2015
transitó una senda parecida: en la campaña electoral aseguró que iba a respetar
todo lo que estaba bien del gobierno anterior y que impulsaría una “revolución
de la alegría”.
Milei, como ya dijimos, viene sosteniendo que en la Argentina es
indispensable un gran ajuste y que su implementación debe hacerse a través de
una política de shock: resolver el déficit cuasifiscal generado por las Leliq,
interrumpir la obra pública, eliminar ministerios, acelerar privatizaciones y
despidos, entre otras iniciativas. Por supuesto: es imposible desarrollar un
proceso de recortes de gran magnitud sin que haya “caídos”.
Desde su perspectiva, el camino hacia el bienestar exige atravesar
el malestar: si se toman esas medidas drásticas de ajuste, dice el presidente
electo, se podrá derrotar a la inflación en un plazo que va desde los 18 a los
24 meses. La Argentina sin inflación es posible. Pero, según ellos, hay que
pasarla mal un tiempo. En ese mismo sentido, Diana Mondino, futura canciller
del nuevo gobierno, afirmó en una reunión con la UIA: “Aguanten seis meses que
la Argentina va a ser el mejor país del mundo”.
Hay, en estos planteos, cuestiones ideológicas de fondo. Milei no
considera, por ejemplo, que en los procesos inflacionarios haya un componente
importante de puja distributiva. Por eso en su diagnóstico sobresale la idea
del atraso de ciertos precios relativos. Cuando se habla de ello hay que
preguntarse, ¿relativos con relación a qué? La respuesta es respecto a los
salarios, las jubilaciones y el resto de los ingresos fijos. Por lo tanto,
actualizar los precios relativos supuestamente atrasados significa que todos
los ingresos mencionados caigan en términos reales.
En el corto plazo, es presumible que los que votaron al presidente
electo le den un crédito. De lo contrario no lo hubieran votado. Ellos creen
que el problema es “el costo de la política y la casta” y que, si eso “se
resuelve”, van a vivir mejor. Nadie vota conscientemente para empeorar.
Seguramente el nuevo gobierno tratará de utilizar el tiempo
inicial de mayor legitimidad para intentar hacer todo lo que quiere hacer. Allí
también estará Macri aconsejando al nuevo presidente acerca de que tiene que
desplegar sus políticas de modo veloz y que el gradualismo no es una opción.
Hay dos modelos de país y Milei expresa de un modo nítido uno de
ellos. En él todo está sujeto a la rentabilidad económica, la libertad de
mercado y las desregulaciones.
Pero así como el presidente electo expresa uno de los modelos, es
importante identificar a quiénes expresamos el otro. Nuestro Bloque de
Diputados va a ser el más grande de la Cámara y tendremos una enorme
responsabilidad en el proceso político que se abre.
Milei prometió que el 10 de diciembre, recién asumido, anunciará
en la Asamblea Legislativa los proyectos de ley que enviará al Parlamento. Allí
volverá a darse el debate estructural sobre los dos modelos de país, pero en
torno a iniciativas concretas. Todo resultado electoral establece que quien
gana gobierna y quien pierde expresa la oposición. Dentro de la estricta lógica
institucional, ejerceremos con plena legitimidad y responsabilidad el rol
asignado para esta nueva etapa.
(*) Diputado nacional por el Frente de Todos y presidente del
Partido Solidario.
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