domingo, 10 de abril de 2022

Ensañamiento K contra Alberto... @dealgunamaneraok...

Ensañamiento K contra Alberto...


‘Bombita”. Fernández. Dibujo: Pablo Temes

La vice está en llamas porque sobreviven en el gabinete figuras que le resultan intolerables, como Guzmán o Kulfas.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 09/04/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


La ex presidenta en funciones, Máximo Kirchner y La Cámpora están nerviosos. Una nueva etapa de la ofensiva contra el Presidente se ha puesto en marcha esta semana. “El divorcio es inevitable y sin retorno. Lo que se discute ahora son los términos de esa separación. Se puede convivir bajo el mismo techo con relativa concordia o pueden venir tiempos difíciles para todos. Parece ser que está ocurriendo lo segundo” –asegura un hombre de diálogo directo con el albertismo. Por mucho menos, al entonces vicepresidente Julio Cobos el kirchnerismo lo trató de destituyente.  

Los ejemplos sobre el estrepitoso divorcio en la cúpula del poder sobran. Los K más rancios pasaron de la expectativa ante las presiones ejercidas sobre el primer mandatario a la acción. Sin largas cartas autorreferenciales y con mensajes más cortos y contundentes salieron a la cancha nuevos-viejos interlocutores. Hay que proteger a la Reina y al Príncipe. Axel Kicillof y Roberto Feletti tomaron la posta. El gobernador bonaerense pidió al Fondo Monetario Internacional que no haya más ajuste porque en la Provincia “la situación social no da más” a la vez que el secretario de Comercio, Roberto Feletti, le advirtió al ministro de Economía Martín Guzmán que hay que tener una política económica clara sino, con el aumento de la inflación –que el propio Feletti no puede controlar –“esto se va a poner feo”.

En rigor de verdad –aseguran diversas fuentes que conocen la génesis de la puja– la vicepresidenta y los suyos han decidido acelerar el nivel de conflictividad al ver que el Presidente resiste los embates en su contra más de lo esperado. Un reconocido hombre de negocios coincidió con el diagnóstico: “Lo van a apretar contra los flejes, están jugando al límite porque Alberto no termina de definirse. No hay independencia total ni la habrá, pero tampoco sometimiento absoluto. Resiste como puede. Más allá del ruido mediático sobre la labilidad del Presidente, CFK está en llamas porque todavía sobreviven en el gabinete figuras que le resultan intolerables”, –sentenció.

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Concretamente La Cámpora quiere fuera del gabinete al ya dado varias veces por terminado Martín Guzmán y al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas mientras mantienen en la mira al presidente del Central, Miguel Pesce. Lo que pretenden es aislar por completo a Fernández y asumir el mando de las relaciones con el Fondo Monetario de una manera más acorde con los manuales del buen populista. Si el acuerdo legislativo que respaldó la refinanciación de la deuda con el FMI enojó a Cristina Fernández de Kirchner, el incipiente lanzamiento de un grupo de irresponsables que salió a blandir la idea de la reelección de AF terminó de sacarla de quicio.

Desde el albertismo no se quedan del todo quietos. Puertas adentro celebraron la caída del ex gobernador de Entre Ríos y actual embajador en Israel Sergio Urribarri. Como no podía ser de otra manera, el Presidente le pidió la renuncia de inmediato. El mensaje que se pretende dar de cara a la sociedad es el siguiente: el kirchnerismo duro protegía y toleraba la corrupción, nosotros no vamos a proteger a nadie. Una verdad a medias teñida de épica. ¿Ese “nadie” incluirá a CFK?

La seguidilla de disgustos para la vicepresidenta no parece tener pausa. Germán Martínez, jefe del bloque del Frente de Todos contra Todos en la Cámara de Diputados, dijo que no hay tiempo para aprobar la reforma al Consejo de la Magistratura. Ésta fue una afirmación que le puso los pelos de punta a Cristina que había logrado la media sanción en el Senado. La composición actual del órgano que designa y remueve jueces surgió de un proyecto impulsado por la entonces senadora Kirchner en 2006 que, con excesiva mora, fue declarado inconstitucional por la Corte Suprema que, a la vez, le dio un plazo de 120 días al Congreso para avanzar en una nueva conformación que reemplace a la actual. Caso contrario, se deberá retornar al viejo esquema de veinte miembros con el regreso del Máximo Tribunal a la presidencia del organismo.

Hay que recordar que uno de los objetivos esenciales de CFK para volver al poder fue asegurar su impunidad ante las distintas causas por casos de corrupción que la tienen en el banquillo de los acusados. Como están las cosas hoy en día, ese objetivo parece cada vez más inalcanzable.

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La inflación y las paritarias

Ya no es un secreto que la inflación del mes de marzo llegará al 6%. Más allá de la utilización política del kirchnerismo –que actúa como si ya no fuera parte de este gobierno– para instalar este bombazo, los números reflejan la realidad. Un economista de contacto fluido con los gremios y sectores productivos lo definió con una claridad meridiana: “Hay que poner el ojo en la paritaria para descubrir movimientos subterráneos y verdaderas intenciones. Si los gremios más combativos van por un número racional –hoy un pedido racional giraría en torno al 50%– las cosas podrían sostenerse sin mayor conflictividad; en cambio, si la pauta de negociación se eleva por encima del 50 y llega hasta el 60% las turbulencias provocadas adrede serán inevitables”.

Como se vio desde un principio, el Gobierno carece de un plan económico. Todos son parches. Las aguas revueltas por las que navega el ministro de Economía, que demuestra cada día un creciente apego a su poltrona, son fatales. La interna en el Ministerio es feroz. “Guzmán está creído que es un gran ministro. Su ambición de poder no deja de sorprender”, señala una voz que conoce al dedillo lo que pasa en el laberinto gubernamental. Las quintas columnas que fustigan su gestión se multiplican. Algunas lo hacen público, como el secretario de Comercio. Los más, lo hacen aún por lo bajo.

No hace falta ser un oráculo de la política para caer en la cuenta de que nada de lo que intente hacer el Gobierno en materia económica va a funcionar. Así como están las cosas, la Argentina no despierta el interés de ningún inversor de importancia. El gobierno de AF es y será sinónimo de fracaso.




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