Vamos viendo…
Vamos viendo lo que cualquiera puede leer. Todos los mensajes escritos por Alberto Fernández publicados en redes sociales donde acusaba a Cristina Kirchner de delitos gravísimos. Vamos viendo que ahora dice que es inocente de todos los cargos por los que fue procesada. Vamos viendo que la Universidad de Buenos Aires invita a exponer al condenado Boudou. Vamos viendo que todos los presos con preventiva por corruptos que estaban adentro, salen. Se van a vivir a casas en countries, o barrios caros. Vamos viendo cómo ahorró el empleado público De Vido para tener ahora una chacra que da al río.
Vamos viendo que a
Victoria Donda no le da vergüenza lo que hizo. Que aún no renuncia. Vamos
viendo que comen con la boca llena. Lo que hay. Lo que había. Lo que quedó de
anoche. Los restos. Las sobras. Las migas.
Mastican una y otra vez las mismas palabras. “Pobreza”,
“trabajadores”, “pueblo”, “vulnerables”. Hacen pasta base de relato.
Vamos viendo qué bien
les va a los capos sindicales. Cómo han progresado desde los años 90. Tienen
casas, pisos, campos, flota de coches, armas, testaferros, matones, barras,
gordos, patovicas, servicios, alcahuetes, lameculos. Vamos viendo cómo
extorsionan, amedrentan, amenazan, rascan pedazos, porciones, sobreprecios,
peajes, coimas.
Vamos viendo cómo nacen
pibes sin futuro. Hijos de padres que querían. Nietos de abuelos que creyeron.
Hijos a su vez de padres que sufrieron. Nietos a su vez de abuelos inmigrantes
que construyeron. El oleaje de la vida por vivir es incesante. Cuando se
retira, la marea deja cuerpos en la playa. Recién llegados. Recién deseados.
Vamos viendo cómo crecen. Tienen proyectos que serían razonables en un país
posible. Vamos viendo cómo les mentimos que sí, que claro, por supuesto, que
cuando pase, que este año no, que el otro tal vez. Vamos viendo cómo nos miran,
cómo quedan en pausa, en lista de espera.
Mastican una y otra vez
las mismas palabras. “Pobreza”, “trabajadores”, “pueblo”, “vulnerables”. Hacen
pasta base de relato.
Vamos viendo cómo
generaciones de jóvenes entusiastas, esperanzados, enérgicos, van cayendo unos
sobre otros en el mismo pozo de desánimo. Vamos viendo cómo se hacinan. En
conurbanos. En villas. En asentamientos. En el barro. Con el balde. Junto a la
canilla. Alrededor de las ollas. De los comedores. De las salitas. De las manos
que reparten las bolsas, las cajas, el subsidio, la tarjeta, las monedas, las
limosnas. Vamos viendo cómo la desesperación los amasija. Cómo les cuesta
asomar la cabeza. Respirar. Hacerse un lugar donde tirar un colchón para
dormir.
Vamos viendo desde la
ventana el tiempo que hace. En un café. Un bondi casi vacío. En el tren. Asomados
al balcón. En la plaza. En el salón del geriátrico. En los umbrales. Vamos
viendo al que tira del carro con los perros detrás. Su mujer, sus pibes. Pasan
cada vez más seguido. En los contenedores ya no hay basura suficiente para
todos. Vamos viendo. De madrugada. De día. Cada tarde. Después de pedir. De
dar. En el subte. De regreso. En la casilla. Enrejados en casa. En la puerta.
El pasillo. La esquina. Con un mate. Un faso. Un tetrabrik. Una cerveza. Vamos
viendo qué decir, qué hacer con esta bruma continua, constante, esta impotencia
que se acumula, se carga, pesa.
Sin más que saber que
hoy fue ayer, que ayer fue antes de ayer, que antes de ayer fue hace mucho, que
cuánto pasó desde entonces, vamos viendo que en una de esas, que quién sabe,
que dice la radio, que escuché en la tele, que el año que viene, que por ahí,
que ya veremos, que mientras tanto vamos viendo. A golpes de bastón blanco
contra la pared de este puto abismo, vamos viendo.
© Escrito por Carlos Ares, Periodista, el sábado 17 de Abril de 2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.
Producción: Silvina Márquez.
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