Onda expansiva…
Pasar el
invierno, Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.
La crisis de mercado desnudó errores
e internas, que obligarán a cambiar planes en el Gobierno.
© Escrito por Nelson Castro el domingo 20/05/2018
y publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
(Fuente Original:
http://www.perfil.com/noticias/columnistas/onda-expansiva.phtml)
(Fuente Original:
http://www.perfil.com/noticias/columnistas/onda-expansiva.phtml)
No fue magia. Superar el desafío que
para el país representaba el así llamado “supermartes”, en el que vencía la
friolera de 625 mil millones de pesos en Lebac, exigió de parte del Gobierno un
trabajo intenso y coordinado como pocas veces se vio en los dos años y medio
que lleva de gestión. Los que conocen la trama de esta instancia crucial que
puso en juego la fortaleza de la administración Macri describen con pelos y
señales, entre otras instancias, las reuniones que se desarrollaron durante el
fin de semana pasado en el domicilio particular de un banquero que vive por la
zona de San Isidro. Se trata de Enrique Cristofani, presidente del Banco
Santander. Los otros participantes fueron Gabriel Martino del HSBC, Gustavo
Manrique del Banco Macro, Martín Zarich del BBVA, y Sergio Grinenco del Banco
Galicia. Por parte del Gobierno estuvieron el ministro de Finanzas, Luis
Caputo, y el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
A las 4 de la tarde comenzaron las
intensas conversaciones, a las que les puso fin la esposa del dueño de casa,
fastidiada por lo inoportuno de esta invasión de la coyuntura política en su
vida hogareña. Eran las 9 de la noche y tenía invitados a cenar. Por lo tanto
la reunión se trasladó a un Starbucks cercano donde se prolongó por un par de
horas más. Era ya tarde cuando convinieron en continuar la tertulia el domingo
por la tarde. Los bancos arriba citados, más el Banco Nación, el Banco
Provincia, la Anses y el Banco JP Morgan son los mayores tenedores de estas letras
del Banco Central que, hasta acá, les han reportado ganancias fabulosas.
Ruido interno.
La corrida cambiaria y la
consiguiente crisis de confianza que afectó al Presidente y a su gobierno
hicieron emerger a la superficie en toda su intensidad las internas que se
viven dentro de una administración cuyo estilo, basado en el así llamado
“equipo”, demostró no ser el apto para enfrentar los problemas de la hora.
Cuando en su presentación en la muestra “Todo Trigo”, en Rosario, el ex
presidente del Banco Nación, Carlos Melconian –hombre de diálogo periódico con
el jefe de Estado– disparó munición gruesa contra el gobierno del cual fue
parte y al cual aún adhiere, hizo una descripción que, más allá de algún
despecho, desnudó en forma cabal errores de concepción y de idoneidad en
funcionarios claves. A eso agregó una descripción detallada de la manera como
los dos adláteres de Marcos Peña, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, manejan
la gestión, lo que dejó al desnudo la ausencia de conceptos básicos de economía
y de manejo político de la administración pública. “Los dos CEO que están abajo
del jefe de Gabinete inventaron dos planillas Excel que en nuestro estudio las
preparó un junior practicando”, fue una de las frases más impactantes y
lapidarias pronunciadas por Melconian.
De Quintana también habló
críticamente Alfonso Prat-Gay. “A ese le queda poco tiempo”, se le oyó decir al
ex ministro de Hacienda que fuera eyectado del Gobierno en diciembre de 2016.
Lagarde busca culminar su gestión en el FMI con una negociación exitosa con
Argentina.
Las internas están a la orden del
día. Las disputas entre Sturzenegger y Caputo se han ahondado durante este
episodio con percepciones bien diferentes entre sí. El presidente del BCRA se
siente ganador. Es lo que se deduce de sus comunicaciones a través de WhatsApp
con diferentes interlocutores. No pasa lo mismo cuando se consulta a otros
miembros del gabinete que hablan sin rodeos de una crítica severa por parte de
Macri hacia el presidente del BCRA por la manera errática con que se manejó la
corrida cambiaria. A ese tándem crítico de Sturzenegger se suma,
silenciosamente, el titular de Hacienda, Nicolás Dujovne, un ministro de poco
peso y desafortunadas declaraciones al que favorece una circunstancia fortuita:
su buena relación personal con la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Christine Lagarde. Esa fue una de las razones por las que estuvo sentado junto
a Caputo en la conferencia de prensa del martes a la tarde cuando la renovación
del 100% de los vencimientos en Lebac trajo alivio al Gobierno. La otra razón
que motivó la participación de Dujovne fue no dejar solo a Caputo, a quien
hablar en público le produce cierto grado de miedo escénico que repercute
negativamente en su oratoria.
Efectos.
La corrida cambiaria, que aún no
terminó según marcan los valores de cierre del dólar en la tarde del viernes,
le generó al Gobierno una crisis de confianza de profundas consecuencias
políticas. El llamado al presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, y
a Ernesto Sanz para incorporarse a la mesa chica del Gobierno demuestra que
Macri comprendió el componente político del problema. Sanz, quien no por
casualidad acaba de blanquear por estas horas sus desacuerdos con Peña, era un
hombre de diálogo frecuente con el Presidente, con quien se reunía todos los
martes por la mañana en la Casa Rosada. A Monzó habían decidido “jubilarlo” y
mandarlo a una embajada de importancia a determinar.
En vista del meollo político que
enfrenta ahora el Gobierno, aparece el llamado a un gran acuerdo político. Es
un llamado hecho en un momento de debilidad. Por lo tanto, le va a resultar más
difícil avanzar en un objetivo fundamental: la reducción del déficit fiscal.
En medio de este fragor, el jefe del
bloque de senadores del peronismo no kirchnerista, Miguel Angel Pichetto, le
dio un resuello al Gobierno al buscar dilatar el tratamiento del proyecto de
freno a la tarifa del gas que cuenta con la media sanción de la Cámara de
Diputados. En el ánimo del legislador está darle tiempo al Gobierno para poder
cerrar rápidamente el acuerdo con el FMI. Las fuentes en Washington coinciden
en señalar que esta es también la idea de la señora Lagarde quien, al estar en
la parte final de su mandato, busca culminar su gestión con el rédito personal
de una negociación exitosa con el gobierno argentino.
La fuerte caída de la imagen de
Macri y lo incierto de la evolución de la economía han afectado fuertemente el
plan “Perdurar”, con el que el Presidente pensaba alcanzar la reelección. Esa
reelección, que hasta hace unas semanas parecía segura, hoy está en duda. Esto
agrega un factor más de incertidumbre para muchos inversores que hoy suman
dudas a las que ya tenían sobre el país. Argentina, el país del mañana mejor
que nunca llega.
(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra
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