El entramado político y económico detrás de Araucaria Energy S.A.
La empresa que
lleva adelante la instalación de la Termoeléctrica no cuenta con antecedentes
en el campo energético. La firma aparece asociada a fondos de inversión y
estudios de abogados vinculados a funcionarios del gobierno nacional.
© Escrito por Mauro Perna el martes 21/02/2018
y publicado por el Bisemanario EL Civismo de la Ciudad de Luján, Provincia de
Buenos Aires, República Argentina.
Araucaria Energy S.A., la
empresa que lleva delante la construcción de una planta termoeléctrica en
Luján, no cuenta con antecedentes en proyectos de producción energética. Su
incursión en este campo va de la mano de dos socios estratégicos: la reconocida
multinacional alemana Siemmens -que además de fabricar las turbinas aporta su
experiencia técnica- y Stoneway Capital, que aportó el financiamiento necesario
para concretar las inversiones.
Además, tras comprar a principios
de este año el 51 por ciento de Stoneway Capital, se suma al conglomerado de
empresas So Energy, que ya participaba en el mercado energético argentino a
través de las centrales instaladas en Rio Tercero (Córdoba) y Salto (Buenos
Aires).
Emergencia
energética
A pesar de que en Luján el
desembarco de la empresa trascendió a la opinión pública hace apenas dos
semanas, cuando el Concejo Deliberante aprobó la rezonificación del predio
donde se erige la planta casi finalizada y con un plazo perentorio para empezar
a operar, el marco político que impulsó la instalación de la central
termoeléctrica comenzó a desplegarse apenas seis días después de la asunción
del presidente Mauricio Macri.
El 16 de diciembre de 2015,
el Ejecutivo Nacional declaró la Emergencia del Sector Eléctrico Nacional e
instruyó al Ministerio de Energía y Minería para que elabore “un programa de
acciones necesarias en relación a los segmentos de generación, transporte y
distribución de energía eléctrica, con el objetivo de adecuar la calidad y
seguridad del suministro, en condiciones técnicas y económicas”.
En este contexto, el 22 de
marzo de 2016, la Secretaría de Energía Eléctrica, dependiente de la cartera
que conduce Juan José Aranguren, a través de la Resolución Nº 21, delegó en la
Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (CAMMESA) “la convocatoria
a inversores ajenos al Estado Nacional, para que manifiesten su interés en la
instalación de nueva oferta de generación vinculada al Sistema Argentino de
Interconexión (SADI), la que deberá estar en condiciones de aportar potencia
para el próximo período estacional de verano y los subsiguientes de invierno
mayo-octubre 2017 y verano-noviembre de 2018”.
Un mes más tarde, el 25 de
abril de 2016, Araucaria Energy S.A. fue creada por Jorge Alejandro Nuñez y
Tomás Nuñez, ambos con domicilio en el Piso 15 de la Avenida Libertador 498 de
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires -domicilio compartido por varias empresas,
entre ellas Sideco Americana S.A., la legendaria empresa de la familia Macri,
ubicada en el Piso 18-. La firma se creó con un capital inicial de tan solo
100.000 pesos, una cifra inverosímil para una empresa con vocación de
transformarse en un jugador de peso en el mercado energético.
Concluida la evaluación
técnica y económica de los oferentes -con un total de 24 grupos empresarios-,
entre junio y julio de 2016 CAMMESA quedó autorizada a “iniciar las tratativas
tendientes a concretar la suscripción del Contrato de Demanda Mayorista (CdD),
con cada una de las empresas cuya oferta haya resultado elegida”. Entre ellas
figura Araucaria Energy, con la instalación de cuatro centrales termoeléctricas
en Matheu, San Pedro, Las Palmas y Luján.
Financiamiento
La oferta presentada por
Araucaria Energy fue aceptada por CAMMESA, pero el financiamiento necesario
para llevar adelante las inversiones todavía no estaba asegurado. Sin embargo,
Araucaria estaba obligada, como requisito para firmar los contratos, a entregar
al ente gubernamental una garantía de 78 millones de dólares.
“La garantía fue otorgada
por AES Internacional, una entidad financiera de Dubái, que posee un capital de
apenas 4 millones de dólares, situación que fue denunciada por quien aparecía
entonces como apoderado de Stoneway Energy, Álvaro Campins Camejo, un
venezolano controversial, con procesos judiciales abiertos tanto en su país
como en otros países de América Central por estafas y corrupción. Lo hizo a
través de un mail que envió el 17 de enero a los directivos de CAMESSA”, relata
Gabriela Cerruti en su portal digital Nuevas Voces, una de las pocas
periodistas que ha investigado el armado de empresas de energía ad hoc para
participar en las convocatorias lanzadas por el Ministerio de Energía.
“Pero en lugar de cancelar
el contrato, CAMMESA decidió otorgar un plazo a los socios locales de Stoneway
Energy para conseguir un nuevo aval. Fue entonces cuando se presentó la nueva
empresa como parte del contrato y cuando apareció Norberto Quintana ofreciendo
el bono de deuda en el exterior, que finalmente se colocó en febrero”, completa
la ex legisladora porteña y dirigente de Nuevo Encuentro.
Project
bond
Los “proyect bonds” o
“bonos para proyectos” son un instrumento financiero utilizado para solventar
inversiones en grandes obras de infraestructura, especialmente en las áreas de
transporte y energía. Como herramientas, constituyen una alternativa al
tradicional financiamiento bancario, ya que los recursos obtenidos provienen
directamente del mercado de capitales. Fue la opción elegida por Araucaria
Energy para afrontar la construcción de las cuatro centrales termoeléctricas.
La empresa controlante de
Araucaria Energy, Stoneway Capital, colocó un bono internacional por 500
millones de dólares, luego de realizar un “road show” en Nueva York, Los
Ángeles, Boston, Londres, Ámsterdam y Paris. La noticia fue destacada por el
diario especializado en información económica Ámbito Financiero el 17 de
febrero de 2017, que definió la colocación del bono como la consolidación de
“la vuelta de la Argentina a los mercados de capitales”.
“Esta transacción
constituye el primer ‘project bond’ en Argentina tras más de dos décadas, el
último había sido emitido por IEBA en 1992 durante las privatizaciones. Los
fondos serán aplicados para la construcción de 4 plantas de Energía térmica
ubicadas en las localidades bonaerenses de Matheu, Luján, Las Palmas y San
Pedro, generando más de 600 puestos de trabajos directos y 1300 indirectos”,
agregaba el matutino, en tanto señalaba que, “por encima de los 500 millones de
deuda, Siemens y Stoneway Capital aportaron 136,5 millones de dólares como
capital a riesgo”.
Estudio
de abogados
En la operación también
participó como asesor el estudio Holland & Knight, un destacado bufet de
abogados con sede central en Nueva York y oficinas en más de 20 ciudades
estadounidenses, además de sucursales en México, Colombia y Reino Unido. A través
de su página web, el 28 de febrero pasado Holland & Knight anunciaba que
había “asesorado al desarrollador de energía Stoneway Capital Corporation en la
obtención de un project bond de 500 millones de dólares”, proveyendo el
financiamiento para el “desarrollo, obtención, construcción y operación de
cuatro plantas generadores de ciclo simple en Buenos Aires, Argentina”.
Asimismo, añade, “la
transacción también incluyó un crédito prendario de 115 millones de dólares de
Siemmens Financial Services y una inversión de capital adicional de SoEnergy
International Inc., un desarrollador de energía con base en Florida”.
La participación de
estudios de abogados es una norma en este tipo de operaciones, garantizando su
seguridad jurídica a cambio de jugosas comisiones. En este sentido, hasta el
pasado mes de junio, Holland & Knight ya había intermediado en 6 de las 17
colocaciones de bonos de deuda de distintas provincias; a saber: Tierra del
Fuego, Chubut, Mendoza, Buenos Aires y Salta.
El problema con Holland
& Knight es que entre sus abogados se cuenta Norberto Eladio Quintana,
hermano menor del actual secretario de Coordinación Interministerial de la
Nación, Mario Quintana, uno de los hombre de confianza del presidente Mauricio
Macri. Esto le valió al ministro una denuncia penal por parte de Gabriela
Cerruti por el delito de “negociaciones incompatibles con el ejercicio de
funciones públicas”, causa que se tramita ante el juez Sebastián Ramos y la
fiscal María Paloma Ochoa, que fue quien dio impulso a la investigación.
En su portal, Cerruti
explica con detalles los fundamentos de su denuncia: “Norberto Quintana es
directamente quien se encarga en aquel estudio (Holland & Knight) de las
colocaciones de bonos”, afirma. De hecho, el propio bufet detalla en su página que
“los socios de Holland & Knight Norberto Quintana, Stephen Double y la
consultora Lara M. Ríos lideraron el trabajo para llegar a este acuerdo y
representan a Stoneway Group/Araucaria Energy, en este tema”.
Por parte del Estado,
“Mario Quintana fue quien participó en el trámite de autorización de estos
bonos provinciales lo que hace que su hermano Norberto gane sumas millonarias
en concepto de comisiones y honorarios profesionales, en contraposición a lo
que indica la Ley de Ética Pública”, amplía Cerruti, subrayando que entre las
principales funciones de la cartera explicitadas en su página de presentación
figuran la de colaborar “en la gestión del financiamiento externo y las
relaciones con los organismos multilaterales de crédito”.
So
Energy
El 18 de enero de 2017,
nuevamente Ámbito Financiero daba cuenta de las últimas noticias en materia de
adquisiciones de empresas. El portal refería que “So Energy International
compró recientemente el 51 por ciento de Stoneway Energy (Stoneway Capital
Corporation), compañía controlante de las subsidiarias Araucaria Energy S.A. y
SPI Energy S.A.”.
“La adquisición mayoritaria
se valuó en el orden de los 200 millones de dólares, y es estratégica para la
compradora, que triplicó de esta forma la construcción de nuevas centrales en
el país. Con esto, el grupo tendrá un total de 6 nuevas plantas bajo la
Resolución 021/2016 ubicadas en Matheu, Luján, Salto, Rio Tercero, Las Palmas y
San Pedro. Así, se convierte en la segunda firma extranjera más importante en
la generación de energía en Argentina”, completaba.
Además, indicaba que “el
total de las Centrales están siendo construidas por Siemens que forma parte
minoritaria de Stoneway Energy, y que también hará la operación y mantenimiento
de las plantas durante los próximos 10 años. De esta manera, Stoneway está
altamente comprometida con el país a largo plazo, y asume el desafío sobre la
necesidad de bajar los costos que tiene el sistema energético”.
“Su equipo está poniendo
todos los esfuerzos para llevar adelante las propuestas más eficientes, así
como lo han hecho en la "Manifestación de Interés" de la Resolución
420/16 de la Secretaría de Energía de la Nación en donde se presentaron más de
100 proyectos el pasado viernes 13 de enero”, concluía.
Laberinto
financiero
No es fácil rastrear
información sobre Stoneway Capital, una de las empresas controlantes de
Araucaria Energy. En su página web se presenta como “una compañía privada de
Nueva Brunswick, Canadá, con oficinas centrales en Buenos Aires, Argentina.
Nuestro propósito es construir y operar -a través de de nuestras dos
subsidiarias indirectas argentinas, Araucaria Energy S.A. and SPI Energy S.A.-,
plantas de energía de ciclo simple que utilizarán combustible diesel o gas
natural para proveer electricidad al mercado eléctrico mayorista de Argentina”.
Sin brindar información
sobre la historia y experiencia de la compañía en el rubro energético, solo se
menciona a sus dos socios -Araucaria Energy y el flamante So Energy- y se
brindan detalles de los únicos cuatro proyectos en marcha: San Pedro, Luján,
Matheu y Las Palmas.
Una vez más, es Cerruti
quien ayuda a arrojar luz sobre la procedencia de la compañía. “José Irusta
Cornet, Rogelio Eduardo Nores y Jorge Alejandro Nuñez -este último, que en
calidad de presidente inició el trámite en la Municipalidad de Luján-, dueños
en los papeles de las compañías de energía Araucaria y Spi Energy que ganaron
la construcción de cinco centrales termoeléctricas por 2.400 millones de
dólares y colocaron un bono de deuda privada por otros 500 millones de dólares,
están lejos de ser expertos en el tema. Vinculados al mundo de la televisión y
de los negocios, ya vendieron los contratos ganados, luego de haberse quedado
en el medio con jugosas comisiones, y de haber hecho crecer así los fondos de
inversión que comparten con el ministro de Finanzas, Luis Caputo”.
“Irusta Cornet, Nores y
Nuñez compartían cargos y acciones en distintos fondos de inversión, como
Araucaria Capital, pero a medida de la licitación del campo energético crearon
el año pasado dos empresas, Araucaria Energy y Spi Energy, y una ‘controladora’
con sede en las Islas Vírgenes, Stoneway. Con esos nombres y sin ningún
antecedente en el área energética ganaron la construcción de cinco centrales
termoeléctricas. Con la licitación ganada y usando como intermediario al
estudio del hermano del vicejefe de gabinete, Mario Quintana, emitieron un bono
por quinientos millones de dólares. Ahora, vendieron el contrato a la empresa
colombiana So Energy y subcontrataron a Siemens para que lleve adelante las
obras”, advierte.
Y agrega: “Fondos de
inversión ligados a funcionarios del gobierno crean empresas ad hoc para
quedarse con contratos y licitaciones, emiten deuda privada, revalorizan las
empresas a partir de las licitaciones ganadas y venden los contratos amparados
en cláusulas previstas en la misma licitación”.
Araucaria
Energy
Santiago del Sel, la cara
visible de Araucaria Energy, tal como lo denomina el portal La Política On
Line, confirma en una entrevista que la empresa fue creada especialmente para
participar en el sector energético a partir de las posibilidades que abrió la
convocatoria del gobierno nacional.
“Surge a partir de un grupo
de argentinos que viven aquí y en Estados Unidos, que comenzaron a estudiar
demandas de energía de Argentina a partir de distintos escenarios, tanto del
estancamiento que veníamos, como ante un gran salto para recuperar más de diez
años sin inversión. Ese análisis coincide con el cambio de Gobierno y la nueva
política de Macri y Aranguren de convocar al sector privado para diversificar
la matriz energética y los operadores”, señala.
Para concretar sus
objetivos “se fueron atando los socios del proyecto, como Siemens en la parte
de ingeniería y So Energy, una empresa tradicional de Colombia que ahora la
controlan capitales norteamericanos y por último la pata más compleja: el
financiamiento. Se decidió entonces emitir un bono que se cerró en febrero de
este año a diez años, con el que se levantaron 500 millones de dólares en los
mercados internacionales y fue el gran éxito de la operación. Ese bono
significó que Argentina volviese al ruedo de lo que se llama financiamiento de
proyectos, que hace veinte años no se lograba. Se dio entonces un buen análisis
de la oportunidad, con un adecuado contexto político y regulatorio, con socios
de tecnología de punta y el componente financiero”.
Por último, ante una
pregunta del medio, del Sel admite que el grupo “surge como una firma con
experiencia en colocación de bonos y mercados financieros y va mutando a
empresa de energía. Nuestro foco está puesto en el sector energético, que es lo
que requiere el país. En seis meses cuando comencemos a operar, nos
convertiremos en un grupo generador de energía”, concluye.
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