lunes, 16 de octubre de 2017

Objetivo Global 5: Promover la igualdad de género… @dealgunamanera...

Objetivo Global 5: Promover la igualdad de género…


Se entiende por igualdad de género ofrecer a hombres y mujeres las mismas oportunidades. Y para que podamos alcanzar este objetivo, debemos empezar desde el principio, la educación.

Todas las personas deben tener acceso a los estudios, sin distinción, para que en el futuro, disfruten de las mismas oportunidades laborales.

© Escrito por Fernanda Medeiros (España/Brasil) el jueves 01/10/2015 y publicado por MSD Idiomas Madrid de la Ciudad de Madrid, España.

Si volvemos en el tiempo, veremos que no siempre niños y niñas han tenido la misma formación. No siempre han estado estudiando en colegios mixtos, como hacen actualmente. Los cambios fueron surgiendo a medida que la sociedad fue desarrollándose.

Hasta entonces, la educación de las niñas era direccionada y sesgada a un futuro en el entorno doméstico, para lo cual debían ser preparadas a fin de contraer matrimonio, cuidar de la casa, del marido y de los hijos. Los niños, por su vez, tenían acceso a los estudios para prepararles para encontrar un buen trabajo y poder mantener la casa, esposa e hijos. En este contexto, niños y niñas no estaban integrados en colegios mixtos, dado que la formación de ambos era distinta.

El modelo educativo separatista tuvo origen en el siglo XVIII y estaba estrechamente relacionado a los principios religiosos y sociales, cuyas interpretaciones eran que hombres y mujeres nacieron para desempeñar funciones distintas en la sociedad y por esta razón, debían tener una educación diferenciada. En ese momento, unas pocas mujeres pertenecientes a las altas clases sociales (aristócratas) defendían la idea de que las mujeres debían tener una educación superior porque desempeñaban el papel de primeras educadoras de sus hijos.

La educación de niños y niños por separado se mantiene hasta finales del siglo XIX, cuando empezaron a surgir propuestas más sólidas a favor de la igualdad en el ámbito educacional para hombres y mujeres paralelamente al origen de colegios mixtos, lo que afloraba muchas opiniones.


Al principio del siglo XX fueron implantados los primeros centros escolares mixtos públicos y privados. En aquel momento, estos colegios se clasificaban como progresistas y opuestos a los valores religiosos de la época. Si bien hubo poca adhesión a este nuevo sistema, las niñas que formaron parte de ello pudieron incrementar su nivel de estudios y por consecuencia, ampliar su nivel de actuación.

Años más tarde las instituciones de ensino mixtas ganaron fuerza y se expandieron, no por consecuencia de un debate pedagógico o acción reivindicativa por parte de las mujeres, sino por la necesidad de legitimar un sistema educativo homogéneo a todos los individuos, independiente del sexo.

El debate que gira en nuestros días hace referencia a la calidad de esta igualdad. Suponemos que hemos logrado ofrecer la misma educación a hombres y mujeres, pero hay dos evidencias que ponen en manifiesto que todavía no hemos logrado ofrecer las mismas oportunidades para ambos.

La primera de ellas es que pocas mujeres acceden a los estudios técnicos, en los cuales se concentran las mejores posibilidades profesionales y salarios más elevados. La segunda es que el mercado ofrece una remuneración superior a los hombres que a las mujeres que tienen la misma formación. 


Son inúmeras las interpretaciones que se pueden dar a estas evidencias pero de manera general, se considera que las diferencias entre hombres y mujeres están relacionadas al contexto social. Cada sociedad establece sus patrones y el papel de la mujer varía de acuerdo con los principios sociales en los cuales ella está inserida.

Estas diferencias generaron nuevas líneas de pensamiento con nuevas reflexiones, como es caso del sexismo, que defiende la idea de que sí hemos logrado la igualdad entre hombres y mujeres a nivel educacional pero no a nivel social. Otra reflexión es que la educación mixta no cumple la función de promover la igualdad de género a la hora de actuar ya que hace prevalecer el androcentrismo (educación para los niños) y disuelve la identidad de las niñas.

Para alcanzar una educación igualitaria entre hombres y mujeres, las instituciones de ensino deben ir más allá de ofrecer un ambiente común para chicos y chicas. Hay que promover la integración de modelos educativos genéricos que posibiliten a ellas actuar donde la presencia masculina es predominante. De mismo modo, introducir en el currículo conocimientos que estuvieron inaccesibles a ellos durante todo ese tiempo, para que puedan ser convertidas en formas de conducta para ambos en un futuro.

Las propuestas de cambios que afectan la población a nivel social y cultural caminan despacio. La percepción y la conciencia llegan de forma gradual a nuestros días. Saber el camino que debe ser recorrido ya es un gran avance hacia a las transformaciones de la sociedad. Pero hay que tener en cuenta otros aspectos asociados al grado de capacidad y nivel de desarrollo de los países (a nivel general) y a los esfuerzos de los individuos (a nivel específico).


Al margen de las reflexiones de igualdad de género, debemos saber que las instituciones solo son el camino por donde debemos tener el derecho y la conciencia de seguir. Entretanto, para actuar en el mercado laboral es necesario tener algo más que conocimiento; es necesario tener práctica. Eso es lo que nos hace más o menos aptos para ejercer una profesión.

La opción de adquirir conocimientos y posteriormente ponerlos en práctica dentro o fuera de la institución de ensino es criterio de cada uno. Los centros de estudios deben posibilitar y promover estas actividades a todos, indistintamente.

El acceso y el contacto con diferentes áreas de ensino generan curiosidad. El estímulo al aprendizaje impulsa nuevas descubiertas. Las innovaciones destacan profesionales altamente capacitados. Las personas conscientes y preparadas pueden transformar el mundo.

Hombres y mujeres son capaces de desempeñar este papel.

Referencias Bibliográficas:

SUBIRATS, Marina. (1994). Conquistar la igualdad: la coeducación hoy. Revista Iberoamericana de Educación, Nº 6, Septiembre – Diciembre.


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