domingo, 30 de julio de 2017

Las Grandes Mentiras De La Economía… @dealgunamanera…

Derribando Mitos… 

Si bien e incursionado en reflexiones, filosóficas, religiosas biológicas y físicas durante toda mi vida, cuestionando muchas presuntas verdades y hasta atreviéndome a construir teorías propias, recién desde hace algunos años me he permitido incursionar también en la economía.

El futuro es previsible. © Escrito por Teodoro M. Goette el viernes 28/07/2017 y publicado en Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Hace tiempo que los políticos y los economistas nos engañan con conceptos como “inflación” y “tipo de cambio”. Toda la economía parece dar vueltas alrededor de estos dos conceptos que en rigor y tal como se usan son falaces y no expresan nada.

El valor de los bienes es en realidad lo que debe ocupar y preocupar a la economía. Este valor no es absoluto sino relativo.

La ecuación fundamental de la economía tanto para un país como para una empresa o una persona es la diferencia entre ingresos (productivos o resultado de una renta) y los egresos (incluye gastos básicos, suntuarios, pago de créditos y dispendios).

La verdadera inflación es el porcentaje de aumento de los egresos sobre los ingresos más allá de los números artificiosos que el Banco Central maneje. En este sentido es una medida del quebranto de un país.

Visto de esta manera comprenderemos que la verdadera inflación en Argentina es monstruosa. La gran mentira de la inflación contenida, como toda mentira tiene patas cortas y tarde o temprano culmina con el inevitable shock de sinceramiento con todas sus consecuencias, tal como ocurrió ya tantas veces.

De igual manera, si los egresos de un comerciante o de industrial se incrementan (sueldos, alquileres, gastos operativos, gastos fijos, precio de los insumos, impuestos, fletes, etc...) tienen que aumentar los ingresos (precios) o reducir sus egresos (esto se traduce en despidos, desmejoramiento de la calidad, dilatación de los pagos, reducción de stocks tanto de insumos como de productos terminados, reducción de gastos fijos, desatención del mantenimiento, etc...), de lo contrario sobreviene el quebranto. Vemos que es pueril despotricar porque todos los días hay aumentos de precios. Estos aumentos son inevitables y hacen a la supervivencia de las empresas.

El tipo de cambio es otro concepto artificioso. El verdadero tipo de cambio corresponde en realidad a la relación entre el precio que debe pagarse por un paquete estándar de bienes, en el país que emite la moneda y el que debe pagarse por el mismo paquete en el nuestro, en pesos. Si en USA el paquete debe pagarse u$s 100,00 y en Argentina el mismo paquete debe pagarse $ 1000,00 la relación es 10 a 1 con lo cual el cada dólar no cuesta $ 10,00. Ese es el verdadero valor de cambio.

Si sin llegar a hacer un estudio profundo y metódico analizamos simplemente el hechos cotidiano de gente que va al exterior (países limítrofes y USA) a comprar bienes que cuestan el 50 % o menos de lo que cuestan en Argentina, deducimos que el precio del dólar es por lo menos el doble del valor “oficial”. Esto también ya ocurrió muchas veces y como ese dólar oficial es el que se emplea para mentir la inflación, tarde o temprano al igual que esta se sincerará con el consiguiente shock.

El gobierno, que se resiste por “razones políticas” (electorales y marketineras) a reducir egresos (gasto fiscal) debe recurrir a aumentar los ingresos de cualquier manera. En el gobierno anterior se hizo entre otras cosas tomando barato dinero del Anses y del Banco Central y en este gobierno recurriendo además a préstamos al exterior. Tanto en uno como en otro caso, la relación fundamental ingresos/egresos se degrada generando más inflación y quebranto.

El futuro es previsible.


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