Primera prueba de fuego…
Dentro de la
cupula Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes
Reuniones y negociaciones de última hora en la oposición. El no de Manes a
Vidal y el rol de la UCR.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 24/06/2017 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La intriga llegó a su fin. La oficialización de las listas permite arrojar
algo de certeza sobre las PASO. Una vez superada la interna, las elecciones de
medio término serán para muchos la primera prueba de fuego del gobierno de
Cambiemos. Están en juego las aspiraciones de oficialistas y opositores con el
peso determinante de la conformación del nuevo mapa de fuerzas que regirá el
Congreso en la segunda parte del mandato del presidente Mauricio Macri.
Buenos Aires ha concentrado gran parte de la lucha por
torcer o mantener esa relación de fuerzas. De las 127 bancas que se renuevan en
la Cámara baja, 35 corresponden al distrito más importante del país. Veamos
cómo han quedado las cosas. La figura de CFK significó, además, un condimento
especial.
K vs. PJ.
Con la confirmación de la candidatura a senadora de Cristina Fernández de
Kirchner se devela una incógnita que, en realidad, nunca fue: la ex
presidenta no tenía otra alternativa si es que deseaba mantener viva su ilusión
–es en verdad su anhelo– de volver a la Presidencia en 2019. Sólo su
egocentrismo y concepción monárquica de la política hizo difícil lo que debió
haber sido algo simple: una interna con Florencio Randazzo, que, según refieren
todas las encuestas, ella habría ganado con comodidad y que hubiera evitado el
profundo trauma que se vivió dentro del justicialismo y que pervivirá por un
largo tiempo.
Según coinciden fuentes del peronismo, CFK y Randazzo hablaron de las listas el viernes por la noche. Los detalles de la historia cambian según de qué lado se la mire. Lo que
importa es que en esa noche no se llegó a un acuerdo. La ex presidenta le vetó
a Randazzo la participación de Julián Domínguez, del Movimiento Evita que
comanda Emilio Pérsico y de Fernando “Chino” Navarro, a quienes considera
traidores a “los que habría que tirar por la ventana” (sic).
Todo esto generó una negociación febril entre
representantes de Sergio Massa y Florencio Randazzo. Sus operadores fueron
Felipe Solá y Alberto Fernández. La idea era que, a pesar de haber cerrado el
término para la presentación de los frentes y alianzas electorales, el Frente
Renovador y el Partido Justicialista lograran alguna forma de adhesión. Cuando
esta columna cerraba, todo esto se había desvanecido tras la reunión que mantuvo
Randazzo con los doce intendentes que lo apoyan en el palacio Raggio, algunos
de los cuales no dejaban de expresar el temor por su futuro.
Apuesta oficial.
En el oficialismo, que reveló los primeros lugares de las listas antes que
nadie, para así contrarrestar el golpe de efecto que intentaba hacer durar CFK
con su silencio, se entusiasman con alcanzar 12 bancas a diputado nacional por
Bs. As. y dos senadores. En la Cámara alta la pulseada por el primer puesto la
ganó Esteban Bullrich por sobre Gladys González (titular de Acumar). Es cierto que hubo
debate respecto del orden de los dos primeros puestos en la lista a senadores.
Bullrich y González tienen la estima del Presidente, pero por cuestiones de
peso político se impuso el ex ministro de Educación.
“Para unos es el reconocimiento por
resistir los embates de Baradel y los gremios que pusieron en jaque la
educación en la Provincia y para otros la necesidad de proteger y aprovechar
mejor un recurso muy valioso que terminaría desgastado en la cartera
educativa”, sostienen dos fuentes de peso dentro del PRO. En cuanto a la
conformación de la lista de candidatos a diputados, la historia fue algo más
apasionada: “Graciela (Ocaña) está feliz; hace un mes realizó el acuerdo para
que Confianza Pública se integre a Cambiemos pero desde hace tiempo que sus
cualidades políticas encajaban en la lista de ítems valorados por el presidente
Mauricio Macri y la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal: honestidad,
experiencia y sobre todo ejecutividad”, dicen desde el PRO.
“Facundo Manes pidió el primer lugar y fue muy explícito
–casi taxativo– en que sólo aceptaría si se le ofrecía ser cabeza de lista. La
gobernadora en persona le ofreció el segundo puesto y no aceptó. Fin de la
discusión”, sentenció una fuente cercana, que buscó disipar los rumores acerca
de alguna indecisión del prestigioso neurólogo que fue médico de CFK. En
realidad, señalan, lo que hubo fue falta de compromiso. En Cambiemos generaban
recelo los aires de importancia de Manes y la poca predisposición para
disimular que, a su criterio, el nombre propio estaba por encima de cualquier
división partidaria. “No quiso poner el cuerpo”, se quejaron de manera más
explícita en otro sector de la coalición gobernante. Además terminó por pesar
que, en última instancia, la figura de Manes era seductora para un sector del
electorado al cual el Gobierno ya tiene buena llegada. Distinto es el caso de Héctor
“Toty” Flores –más
dirigente social que político–, necesario para reforzar lazos con los sectores
castigados por la pobreza y la exclusión.
Visión radical.
Desde la UCR también se lamentaron. “Manes tiene entidad propia, debería
haber aceptado. Fue un error político. Entre el primer y segundo lugar no hay
diferencia, sólo vanidad”, aseguraron. Sin embargo, también hubo lugar para la
autocrítica: “Eso de pensar que Manes es un librepensador no tan radical no
sirvió; se lo debió haber rodeado mejor”.
Respecto de las PASO en la Ciudad, en el radicalismo
todavía dura la turbación por lo que significó la exclusión de Martín Lousteau. “Lousteau debería haber participado por dentro porque, en una elección de
medio término tan decisiva, hay que mostrar volumen político. La UCR como
partido nacional debió sostener la competitividad en Cambiemos y su ampliación
en todo el país”, señalan varias fuentes del radicalismo. La Capital fue un
trago amargo para el radicalismo que tuvo causales compartidas: el PRO, para
cuidar el espacio que lo vio nacer, cerró la posibilidad de ampliarse.
“La UCR y la Coalición Cívica tendrían que haber garantizado la inclusión
de todos. No olvidemos que la señora Carrió invitó hace poco a votar al de
rulos y no al pelado (sic) y luego desapareció. Nos consta que el presidente
Macri hizo lo que pudo para sostener el pluralismo, pero la mala organización
pudo más”, concluyeron lapidariamente quienes conocen lo que se vivió en el
oficialismo.
Así las cosas, salvo por unos pocos casos en algunas
provincias, ¿las PASO tienen sentido? Es la pregunta que se hace gran parte de
una ciudadanía que ve cómo la mayoría de las candidaturas se han hecho a dedo,
viejo mal de la política argentina.
Producción periodística: Santiago Serra.
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