Cuenta regresiva…
¡SAQUEN
UNA HOJA! Cristina Fernández. Dibujo Pablo Temes.
Más
candidatos que definiciones. CFK y Carrió logran alterar a sus propias tropas.
© Escrito
por Nelson Castro el domingo 28/05/2017 y Publicado por el Diario Perfil de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La bandera de largada de la campaña
electoral para los comicios de octubre venidero se ha comenzado a agitar con
fuerza. El día elegido fue el pasado jueves 25 de mayo, circunstancia no
casual, con la que se intentó dotar a estas movidas de aires patrióticos y de
mucha carga emotiva.
Vayamos por partes. En el oficialismo observan desde la tribuna los
vaivenes de las distintas vertientes del Partido Justicialista. A la vez buscan
con denuedo espantar los fantasmas que puedan atentar contra la unidad en la
propia tropa. Esa figura corresponde al “huracán Carrió”, que desgranó su cuota de
furia al comienzo de la semana, furia que fue amainando con el transcurrir de
los días. Ahora volvió la calma, aunque nadie sabe por cuánto tiempo. “Ya lo
aclaró la propia Lilita. No se va a alejar de Cambiemos: estamos en
presencia de un tironeo que, hasta el momento, les sirve tanto al Presidente
como a la diputada. Por una parte, el Gobierno exhibe –con impostado esfuerzo–
los vaivenes de un fiscal interno que no permitiría ningún acto de corrupción
en el seno del poder, y por la otra, la Coalición Cívica sabe que le conviene
mantenerse cerca de Mauricio Macri para no perderle pisada al núcleo de toma de
decisiones. Además, la gente no le perdonaría a Carrió una ruptura que
atentara contra la unidad del Gobierno, al que dejaría sin destino ni futuro”,
señala una fuente que conoce al dedillo los detalles de la novela.
Largada. Luego del acto de lanzamiento en el estadio
Malvinas Argentinas, en el massismo volvieron a entusiasmarse con un futuro
competitivo, aun cuando todos dudan de las verdaderas dimensiones de la “ancha
avenida del medio” en la cual –según el propio Sergio Massa– transita el
electorado que no está de acuerdo con la polarización entre presente y pasado
que ofrecen como única alternativa tanto el PRO como el Frente para la
Victoria. En rigor de verdad, si el PJ terminase dirimiendo su interna en las
primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), jugase o no Cristina
Fernández de Kirchner, generaría un revuelo tal que, como resultado,
terminaría por relegar aún más al Frente Renovador.
En el PJ el ritmo que se vive es
vertiginoso. CFK habló y dijo mucho sin terminar de definir nada sobre su
futuro y su posible candidatura. ¿Unidad consensuada o confrontación
para la unidad? Esa es la pregunta. Al menos para el FpV y para el
randazzismo. Del lado del ex ministro del Interior y Transporte aseguran que la
aparición mediática de CFK no alteró en absoluto sus planes. Allí diferencian
entre PASO e internas partidarias. “Las PASO están para democratizar la interna
partidaria. No puede ser que decidan el futuro del peronismo cuatro o cinco
dirigentes. La unidad llegará después de la contienda”, aseguran. Y agregan que
“Cristina se siente cómoda en un escenario donde ella dirija y ordene
territorialmente. No concibe un esquema donde alguien le dispute ese orden.
Legalmente no hay chances de dejar a Randazzo fuera de la competencia interna.
El ya está consiguiendo los avales y las adhesiones para poder presentarse por
dentro del FpV”.
¿Qué dicen desde algunas de las
vertientes del cristinismo? Que “no tiene sentido confrontar antes de
conversar. Si luego de replantearse la unidad no se llega a un acuerdo, ahí se
verá”. Concretamente, la lista de unidad significa, en ese ámbito,
“negociar” con CFK los lugares y nombres, algo que Randazzo no está dispuesto a
hacer por la sumisión que implica lidiar con quien, al mejor estilo de lo que
hacía cuando ejercía la presidencia, quiere poner a dedo –su dedo– los nombres
y el orden a ocupar en esa lista.
Visto está que, hasta el momento,
Randazzo no piensa retroceder en su decisión de ir a las PASO. ¿Qué hará CFK,
pues? Dentro del FpV hay una coincidencia absoluta: nadie lo sabe con certeza
ya que, como es costumbre, ella no se lo ha dicho a ningún dirigente. Por eso,
las especulaciones están a la orden del día. Una de ellas, que alude al envío
de un delfín electoral, fue una de las más mentadas en la semana que pasó.
Creer o no creer. Desde distintas vertientes del FpV manejan un
plano más realista: “No parece tener sentido que una líder que busca la unidad
termine confrontando en las PASO a través de otra lista (Magario, Scioli, etc).
No son pocos los que creen que si no se alcanza el consenso Cristina no va a
jugar y, entonces, terminará por no apoyar o bendecir ninguna otra opción. Randazzo
no es el enemigo. El partido ya vivió una mala experiencia en la recordada contienda entre Aníbal Fernández y Julián
Domínguez”.
El razonamiento que da sustento a las
chances de la ex presidenta tiene que ver con el caudal electoral que arrastra
y con la necesidad de los intendentes del Gran Buenos Aires, que para no pasar
sobresaltos deben jugar a ganador. En este sentido, buscan ejercer presión
contra el ex ministro para que deponga su precandidatura. Si se alcanza un
relativo consenso en que la ex presidenta es la mejor opción y aun así Randazzo
no desiste de sus planes, “quedará como un loco suelto que se opone a la unidad
para concretar sus aspiraciones. Si esto pasa se lo dejará actuar, aunque
por cuenta propia y con un apoyo muy acotado y a regañadientes”, especulan
desde el kirchnerismo duro.
La reaparición mediática de CFK tuvo un
impacto que fue tan grande entre sus seguidores como entre los que no la
quieren ni un poquito. Nada que sorprenda porque, en verdad, CFK no aportó nada
nuevo. Todo tuvo un aire a sus Aló Presidenta –un déjà vu–, con los cuales
fatigó con cadenas nacionales, a veces semanales, a la ciudadanía a lo largo de
sus mandatos. Ella dirigió todo. Ella determinó qué contestar y qué no. Se
dedicó a desgranar críticas contra Macri –algunas certeras–, que son las que le
hace la mayoría de los argentinos: inflación, falta de trabajo, bajos salarios,
inseguridad, déficit fiscal. La única autocrítica fue para los legisladores de
su partido que aprobaron proyectos presentados por el Gobierno. Nada habló de
la corrupción habiente durante los 12 años del kirchnerato, del 25% de pobreza
con el que terminó su gestión, de la destrucción del Indec y de la inflación y
la inseguridad existentes en sus dos gobiernos –“una sensación”–, la expansión
del narcotráfico, el incumplimiento de las sentencias judiciales a favor de los
jubilados, la no modificación del mínimo no imponible a los sueldos, el oneroso
acuerdo con el Club de París, junto con el también oneroso conflicto con los
holdouts producto de su equivocada estrategia ante el fallo del juez Thomas
Griesa, de la falta de creación de empleo genuino a expensas de un crecimiento
explosivo del empleo público, de la utilización de la AFIP como herramienta de
persecución política, etc., etc., etc. Es decir, se vio a una genuina Cristina
Fernández de Kirchner que, sin dudas, desea volver a ser presidenta para
completar lo que durante sus dos presidencias no pudo completar: ir por todo.
Producción periodística: Santiago
Serra.
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