Los bolsillos de Fidel…
Datos. No basta
con una fuente para dar algo por cierto. Foto: Cedoc
Perfil
Buena parte de los medios argentinos, en línea con sus
similares de otros puntos del mundo, replicó casi como en calcos una información
de hace al menos diez años como si hubiese sido generada en estos días, tras la
muerte de Fidel Castro. Casi todos los diarios y portales de este país dieron
por cierto que el fallecido jefe de la Revolución cubana tenía una fortuna de
900 millones de dólares, con posesiones tan extravagantes como una fábrica de
quesos y una isla, por mencionar sólo dos. La fuente, en todos los casos, es
una sola: la revista norteamericana especializada en economía Forbes, reforzada
sin precisiones con un libro publicado por el cubano Juan Reinaldo Sánchez,
quien fuera custodio de Castro y se exiliara años atrás (falleció en 2015).
© Escrito por Julio
Petrarca el domingo 04/11/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Una de las patas sobre las que se asienta el buen periodismo exige de
quienes lo ejercen un rigor que debe acercarse a la perfección. No basta con
dar por cierto algo que publicó otro medio –o muchos– para legitimar un
artículo propio: es obligación de quienes ejercemos este oficio avanzar con
otros datos, cotejar y comparar los ya publicados y confirmar la veracidad de
la información. Forbes debió reconocer, mediante uno de sus voceros, que lo
publicado en varias oportunidades sobre la supuesta fortuna de Fidel no
respondió al cumplimiento de mínimos protocolos de investigación sino a
estimaciones propias, interpretativas.
Evan Hessel, periodista de la revista norteamericana que participó en el
artículo, aceptó en una entrevista de Radio Martí, medio de cubanos exiliados
en Miami: “Tratar de determinar o estimar el valor de lo que tuvo Fidel Castro
es difícil. Lo que intentamos hacer es utilizar un cuerpo de investigación
académica describiendo las diversas empresas estatales de Cuba y tratamos de
saber qué tipo de efectivo, qué tipo de ganancias pudo extraer de estos
negocios”. Es decir: no hay datos concretos pero sí la suposición de que ellos
son ciertos. El vocero de Forbes fue más concreto: confesó que su cálculo es
“más arte que ciencia”. Es interesante observar cómo la revista norteamericana
(cuyas estimaciones fueron cuestionadas no pocas veces, en algunos casos con
juicios de por medio) abordó el tema de la supuesta fortuna de Castro a lo
largo de los últimos años. En 2003 afirmaba que era de 110 millones, cifra que
trepó dos años más tarde a 550 millones para desembocar, con su informe de mayo
de 2006, en los 900 millones de los que hablan los medios en estos días. ¿Cómo
llegó Forbes a estas cifras? Pues estimando –sin aportar dato alguno que lo
corroborara– que un porcentaje del valor de empresas cubanas estatales iba a
parar a ignotas cuentas de Fidel, sin precisiones sobre su ubicación. Como es
sabido, las grandes compañías cubanas son de gestión estatal, como las citadas
en el artículo (Palacio de las Convenciones, el conglomerado de negocios al por
menor llamado Cimex y las ventas de vacunas y productos farmacéuticos de Medicuba,
por ejemplo), por lo que no distribuyen dividendos sino que aportan todas sus
ganancias a las arcas del Estado. Hace algunos años, también Forbes informó que
Castro había vendido la mayor productora de ron en la isla, Havana Club, a la
firma francesa Pernod Ricard. En verdad, se trató de una asociación al 50%
entre la compañía gala y la destiladora isleña: ésta se encarga de la
producción, y aquélla, de la distribución mundial. La revista norteamericana
nunca desmintió lo publicado.
Muchas veces desde este espacio he señalado que resulta seductor para
muchos editores el poder contar con títulos que atrapen, aun a sabiendas de que
pueden resultar engañosos o errados. Perfil publicó ayer lo que otros medios
argentinos ya habían difundido. Lamentablemente, el lector no avisado pudo
interpretar que la información era nueva y confiable, en particular por un
párrafo de la nota publicada en la página 60 bajo el título “Estiman en US$ 900
millones la fortuna de Fidel Castro”. Dice allí que luego de la muerte del líder
cubano “comenzó a hablarse” de ello. En verdad, como se señala más arriba,
desde hace ya 13 años la revista se está ocupando periódicamente del tema, al
incluir a Castro en un ranking de los jefes de Estado más ricos del mundo
(figuran en él reinas, reyes, dictadores, políticos, presidentes, primeros
ministros).
¿Debió Perfil ignorar, no publicar lo que otros medios ya habían informado?
De ninguna manera: es misión de este diario el dar a sus lectores toda la
información disponible sobre cualquier tema de interés público, como lo hace
habitualmente. Sin embargo, existen límites vinculados con el grado de
confiabilidad que tienen las fuentes.
Ahí está el quid de la cuestión.
Ahí está el quid de la cuestión.
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