Gogoro quiere ser el Tesla de los scooters…
En Taiwán, si no tienes una scooter no eres nadie. Así
que parece un buen lugar para hacer crecer un proyecto de moto eléctrica que
bien podría terminar convirtiéndose en el Tesla de su mercado. Quedan pocas
semanas para que el vehículo se ponga a la venta, pero la compañía se lo ha
montado bien para que hablemos de ella y de su moto, a la que no le faltan
atractivos, ni razones, para convertirse en un éxito.
Gogoro es el nombre que comparten moto y empresa, nacidas
en Taipei a manos de Horace Luke, conocido por ser diseñador en HTC, y de su
socio y jefe de tecnología Matt Taylor, también relacionado en el pasado con la
empresa de los teléfonos. Nos repetimos demasiado con la creadora de los One y
Desire ya que uno de los principales inversores en la moto es Cher Wang, actual
CEO de HTC.
Antes de que os explique nada sobre ella,
ya podéis ver que el scooter taiwanés tiene un diseño moderno pero reconocible,
con un aire a vespa y líneas muy bien resueltas, en las que acomodar toda la
tecnología necesaria para echar a andar, pero sin que se note demasiado que
está ahí presente. No se notan, pero hay muchas innovaciones en Gogoro.
En Taiwán,
si no tienes una scooter no eres nadie. Así que parece un buen lugar para hacer
crecer un proyecto de moto eléctrica que bien podría terminar convirtiéndose en el Tesla de su mercado. Quedan pocas semanas para que el vehículo se ponga a la
venta, pero la compañía se lo ha montado bien para que hablemos de ella y de su
moto, a la que no le faltan atractivos, ni razones, para convertirse en un
éxito.
Gogoro es el nombre
que comparten moto y empresa, nacidas en Taipei a manos de Horace Luke, conocido
por ser diseñador en HTC, y de su socio y jefe de tecnología Matt Taylor, también
relacionado en el pasado con la empresa de los teléfonos. Nos repetimos
demasiado con la creadora de los One y Desire ya que uno de los principales
inversores en la moto es Cher Wang, actual CEO de HTC.
Antes de que os explique nada sobre ella,
ya podéis ver que el scooter taiwanés tiene un diseño moderno pero reconocible,
con un aire a vespa y líneas
muy bien resueltas, en las que acomodar toda la tecnología necesaria para echar
a andar, pero sin que se note demasiado que está ahí presente. No se
notan, pero hay muchas innovaciones en Gogoro.
Para entender la calidad que han puesto en los detalles
debemos conocer que las lámparas Philips que lleva son las mismas que monta un
Porsche GT3.
El diseño es parte esencial en este
proyecto, cada uno de los elementos dentro y fuera de la moto están cuidados
con detalle, era de esperar teniendo en cuenta el trabajo de sus padres. La
parte externa dará mucho juego al poder cambiar
paneles y personalizar la moto a nuestro antojo.
Pero no todo está diseñado pensando en el
atractivo, se trata de un producto muy funcional, en el que las partes están
bien diferenciadas: motor y refrigeración en el tren trasero, chasis monobloque
de aluminio, baterías, y carrocería estilo vespa. Los ingenieros consiguen que
todo quede en un peso de 95
kilogramos (9
kilos son de las baterías).
La moto se desbloquea con un pequeño
accesorio que funciona por proximidad Bluetooth, y el arranque se realiza con
un generoso botón “GO”. El cuadro de mandos está repleto de colorido e
información, destacando el tamaño del velocímetro en la zona central, con un
indicador del estado de baterías a su izquierda.
Gogoro tiene pinta de vespa moderna, y está cuidada hasta
el último detalle. Puede convertirse en el estandarte de las scooters
eléctricas
Como era de esperar, Gogoro se lleva bien con
dispositivos móviles, para los que han creado una aplicación - iOS y Android
-desde la que poder hacer diferentes cosas, como modificar el aspecto de la
interfaz, conocer parámetros de la moto, o jugar con la iluminación. También
nos indicará donde está la estación más cercana con baterías
disponibles.
Las baterías son de alquiler.
En Gogoro creen que es mejor llegar a un punto y cambiar
las baterías, que perder el tiempo en recargarlas.
La Gogoro es capaz de llegar a 50 kilómetros de
autonomía, lo hace con dos unidades independientes de baterías que van
situadas bajo el asiento del conductor. También están diseñadas con gusto y
funcionalidad para que cambiarlas lo pueda hacer cualquiera.
Las prestaciones de la moto son bastante buenas, pudiendo
alcanzar 100 kilómetros por hora con una única persona encima,
y no más de 80 kilos de peso. La aceleración también es destacable, llegando a
50 kilómetros por hora en 4,2 segundos. Para conseguir estos números el motor
eléctrico da una potencia de hasta 8,58 caballos, y un par de 25Nm.
Dentro de esos bloques hay un montón de pilas de litio -
conectadas en serie - que son fabricadas por la casa Panasonic. Lo bueno y lo
malo del sistema, según se mire, es que han apostado por un sistema de alquiler
de las baterías, como ya hemos visto en el mundo de los coches con algunas
firmas como Renault. La batería no es tuya, la usas mientras pagues al dueño de
la misma, y cuando se estropee o cumpla su ciclo de vida, no será un problema
tuyo.
Las baterías estarán alojadas y cargándose
en estaciones especiales que se distribuirán por la ciudad de Taipei. Para
llevarnos una, tenemos que dejar las que tenemos en la moto - se guarda la
identificación de la última mono que se la llevó -. La estación de carga, sin
que haya nadie asistiendo en las operaciones, nos indicará cuál es la batería
rellena que debemos llevarnos.
Entrando a conocer la vida de las baterías,
nos cuentan que soportan 2.000 ciclos de carga, y esperan que al llegar a un
cuarto de esa cifra, se habría perdido un 20% de la capacidad total. Por esto,
cuando se llega a los 500 ciclos, se
sacan del sistema y se reubican en otros usos - data centers, hogar - donde el
rendimiento no sea tan importante.
En los últimos años hemos estado viendo que la
electricidad no solo llega a coches, o motos deportivas, en el mundo de los
scooters tenemos ejemplos de empresas importantes como BMW y su C Evolution. También hay otros nombres menos conocidos como Vectrix, Ubco, XkutyOne, o
prototipos como el de KTM. La
principal diferencia de Gogoro es su particular sistema de baterías.
¿Llegará a Europa?
La idea inicial es cubrir la demanda en la capital de
Taiwán, que comenzará vender las primeras unidades en julio. En la capital se
instalarán más de 80
puntos de intercambio de baterías. No se habla nada sobre el
extranjero, pero se conoce que hay una lista de 230 ciudades interesadas.
No conocemos el precio final de la moto,
pero se espera que esté entre 2.000 y 3.000 dólares, a lo que habrá que sumar
el citado alquiler de baterías.
La razón de elegir Taipei es por cercanía
con los que desarrollan el proyecto, pero también por ser un lugar donde hay 14 millones de motos circulando -
con 18 millones de habitantes -, y el gobierno también está interesado de
limpiar un poco la atmósfera con este tipo de vehículos.
La moto fue protagonista en el pasado CES
de Las Vegas, en el reciente Computex 2015, y también ha tenido un lugar
especial en el Salón del Automóvil de Taipei. A lo largo del año se dejará ir
viendo por otros salones de coches y motos.
Teniendo en cuenta que se mueve con gracia entre el mundo
de los vehículos y el de la tecnología, lo tiene fácil para ir dejándose ver en
diferentes escenarios, que por otra parte están
obligados a converger. Todas las pruebas a las que he tenido
ocasión de acceder son positivas, tanto en aspecto como en funcionamiento, así
que la cosa pinta muy bien a poco que acierten con precios, y que el sistema de
baterías sea tan efectivo como presumen.
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