Frases picantes…
Papa Francisco. Dibujo: Pablo
Temes
El real significado de gestos y dichos del Presidente a gremios y
empresarios.
Dos frases pronunciadas
por Macri en la semana aún resuenan en los ámbitos políticos y empresariales:
en una de ellas, les pidió a los empresarios que dejen de lado “temores y
mezquindades”; en la otra, que “se rompan
el traste” para ponerse a la altura
de la situación actual, que es compleja y, en algunos casos, dramática. El
contexto estuvo marcado por el inicio de las negociaciones entre el gobierno
nacional, la CGT y las seis principales centrales empresariales que acordaron
esta semana estudiar –sector por sector– el pago de un bono
extraordinario de fin de año para trabajadores privados y estatales con un piso de $ 2 mil. Diciembre,
con su potencial conflictividad, es un desvelo para el Gobierno.
¿Acaso el Presidente se cansó del empresariado argentino? Es probable que sí, sobre todo conociendo de primera mano a muchos de los protagonistas de este universo del cual formó parte hasta hace muy pocos años. “El Gobierno está intentando poner en el eje de toda la política pública a los individuos en situación de vulnerabilidad, con el objetivo firme de combatir el flagelo de la pobreza. Mauricio ha repetido en más de una oportunidad que no puede ser que uno de cada tres argentinos la esté pasando mal”, destacan fuentes de la Casa Rosada.
¿Acaso el Presidente se cansó del empresariado argentino? Es probable que sí, sobre todo conociendo de primera mano a muchos de los protagonistas de este universo del cual formó parte hasta hace muy pocos años. “El Gobierno está intentando poner en el eje de toda la política pública a los individuos en situación de vulnerabilidad, con el objetivo firme de combatir el flagelo de la pobreza. Mauricio ha repetido en más de una oportunidad que no puede ser que uno de cada tres argentinos la esté pasando mal”, destacan fuentes de la Casa Rosada.
Ante esta situación, la
cantidad de peros y reparos puestos por las diferentes entidades empresariales
lo sacó de quicio. Desde la Unión Industrial Argentina insistieron en
que el pago de la compensación salarial dependerá de cada uno de los
sectores y de cada una de las empresas, debido a que se firmaron 800
convenios colectivos y 400 acuerdos sindicales, situación que implica
diferentes realidades dentro de los distintos rubros de la industria. No fue la
única entidad empresarial que levantó la voz; lo mismo hicieron aquellas que
nuclean a los comerciantes y a las pymes.
Conoce de primera mano a muchos protagonistas de ese
universo que integró hasta hace poco
Consciente y sabedora de
las dificultades de este tiempo, la Iglesia tomó la decisión de constituirse en
una protagonista activa en la ardua tarea de abrir canales de diálogo en la
búsqueda de consensos. De ahí que su rol haya sido fundamental en la concreción
del encuentro. El Episcopado tiene aún muy a flor a piel el recuerdo de
aquellos dramáticos días de finales de 2001 y de comienzos de 2002. En ese
tiempo, la memoria nos trae el recuerdo de las conversaciones y las gestiones
de los tres obispos designados por la Conferencia Episcopal Argentina para
generar diálogo y consensos entre cada uno de los sectores de cuyo
compromiso dependía mantener la paz social. Esos tres obispos fueron monseñor
Jorge Casaretto y los hoy fallecidos monseñor Juan Carlos Maccarone y monseñor
Ramón Artemio Staffolani.
Estando ese recuerdo tan
fresco, a nadie debe sorprender esta actitud activa de la Iglesia. Ninguno de
los miembros de su jerarquía quiere que aquello se repita. Hasta el mismísimo papa Francisco ha sido un puntal clave en la
trama de esta historia. “La Iglesia ha venido trabajando para lograr reunir en
una mesa a las partes para que se escuchen entre sí y no como mero signo
formal. El esfuerzo y el tiempo ganado estuvieron dados en que, por primera vez
después de 12 años, los participantes se miraron a los ojos, se escucharon y se
entendieron”, subraya una fuente que trabajó incansablemente en la concreción
de las reuniones.
La Iglesia ve con buenos ojos cómo está respondiendo el Gobierno. “Con el kirchnerismo no había
ninguna chance. Hablaban ellos y punto. Por supuesto hasta que Jorge Bergoglio
se convirtió en Francisco. Allí CFK tuvo la viveza política de dar un volantazo
y alinear el Gobierno detrás del papa latinoamericano, luego de un primer
momento de ofuscación y enojo.
Otro gesto para destacar es el de la CGT en cabeza de los nuevos triunviros. En una de las últimas reuniones se les escuchó decir –especialmente a Héctor Daer y a Juan Carlos Schmidt– que “los muchachos de los movimientos sociales también son trabajadores”, un reconocimiento justo que tardó en llegar pero que facilitó el diálogo.
Otro gesto para destacar es el de la CGT en cabeza de los nuevos triunviros. En una de las últimas reuniones se les escuchó decir –especialmente a Héctor Daer y a Juan Carlos Schmidt– que “los muchachos de los movimientos sociales también son trabajadores”, un reconocimiento justo que tardó en llegar pero que facilitó el diálogo.
En plena época de vacío kirchnerista al por entonces cardenal Bergoglio, varios de los que hoy forman parte del gabinete nacional ya se encontraban trabajando con diferentes sectores de la Iglesia. Hay gestos que no son casualidad y que hablan de una comunión con el otro. A lo largo de las dos horas que duró la reunión que tuvo lugar el miércoles pasado en el Ministerio de Desarrollo Social con trabajadores sociales y cooperativas, fue la propia ministra Carolina Stanley quien llegó con el termo bajo el brazo y les cebó mate a sus interlocutores. Es un dato no menor, que habla del trato de inclusión a sectores vulnerables que habían sido carcomidos por La Cámpora y que hasta hoy se sentían huérfanos políticos. Hay que recordar que Stanley fue una de los figuras del Gobierno que merecieron el encomio del Santo Padre durante su reunión del sábado 16 con el Presidente; la otra fue la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal.
“Quizás Macri esperaba
un poco más de cooperación de los empresarios en momentos en que todos hicieron
un esfuerzo. De todas las partes reunidas en la mesa de discusión,
fueron los hombres de negocios los más desconfiados y reticentes”, sentenció
una fuente que participó en el detrás de escena. En consonancia con la
preocupación presidencial estuvieron las palabras de Adrián Werthein,
presidente del Consejo Interamericano de Comercio y Producción, que sesionó en
Buenos Aires. “Hay que creer e invertir porque el riesgo de venezuelizarse es
inminente”, sentenció en una distendida conversación con periodistas. Su reflexión
es una verdad indiscutible.
La economía no termina de
arrancar. Los así llamados “brotes verdes” con los que se ilusiona el Gobierno
son de un verde mustio. En el fin de semana pasado, las ventas por el Día de la
Madre experimentaron una caída del 4,8% en relación con el año último. Si no
hay más inversiones que generen más trabajo genuino y de buena calidad,
las chances de revertir la fenomenal pobreza que hoy castiga a un tercio de la
población de nuestro país serán nulas. En lo que va de la actual gestión, la
pobreza –que ya era alta al final de la gestión de Cristina Fernández de
Kirchner– ha aumentado significativamente. La pobreza es la condición
sobre la que pivotan los populismos. Y los populismos llevan a la
venezuelización, es decir, al chavismo.
Producción periodística: Santiago Serra.
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