Campañas: Usos del caso López…
El caso López es un capítulo más de la saga destinada a
desacreditar la gestión kirchnerista en general e intentar dañar la imagen de
la presidenta Cristina Kirchner. Es particularmente espectacular, y el
componente narrativo en especial, su impacto en medios masivos, resulta muy
eficaz para desplazar la agenda de opinión pública hacia costados menos
comprometidos para el oficialismo que la aceleración de la crisis
socioeconómica que ya asume una magnitud inimaginable para sólo seis meses de
gobierno.
© Escrito por
Artemio López, Director de Consultora Equis, el viernes 24/06/2016 y publicado
por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Caída de 2 puntos del PBI, inflación por sobre el 43%, salarios
convencionales pactados a la baja en torno al 30% anual y 250 mil nuevos
desempleados con un aumento inédito de la pobreza, que sumó 1,7 millones de
nuevos pobres sólo en el Gran Buenos Aires, pasando del 22% en diciembre al
35,5% en abril de 2016.
Según la actualización de abril del relevamiento de pobreza del Instituto
Germani de la UBA, oportunamente publicado en Perfil, si se toma como población
de referencia el GBA (Conurbano más CABA), en valores cercanos a 12,8 millones
de personas, entre diciembre y finales de abril las personas en situación de
pobreza pasaron de 2.816.000 a 4.544.000. Y las que viven en la indigencia
aumentaron de 752 mil personas a 985.600, un crecimiento sin antecedentes en
sólo seis meses para ambas carencias.
Adicionalmente, el estudio de la UBA muestra que al 35,5% de pobres debe
adicionarse otro 13% de población que, superando la línea de pobreza, no logra
duplicar su valor con los ingresos totales del hogar, colocándose en situación
de vulnerabilidad, donde cualquier circunstancia de pérdida de empleo, horas
extras, changas o aumento de precios sin correlato en mejoras de ingresos
desliza el hogar por debajo del umbral de la pobreza.
En paralelo a este deterioro de indicadores sociales, la valorización
financiera marca la etapa con gran intensidad y el endeudamiento ya supera los
23 mil millones de dólares. Deuda improductiva, contraída para pagar deuda o
gastos corrientes tras el notable impacto del vergonzoso pago a los buitres y
el desfinanciamiento estatal que produjo la actual gestión neoliberal con su
política de Hood Robin: darles a los ricos –quita o reducción de impuestos y
retenciones, quita o reducción de las restricciones a la compra y fuga de
dólares– para sacarles a los pobres –actualizaciones de asignación universal,
jubilaciones, pensiones a la mitad de la inflación, despidos masivos, tasas por
la nubes, para imposibilitar el acceso al crédito–.
Estos son sólo algunos de los indicadores que muestran la profundidad de la
crisis en desarrollo que se pretende desplazar a un segundo plano, dando
centralidad a casos lamentables pero estructuralmente poco significativos como
el de José López, con éxito contundente en los primeros días de instalación
pero acotado en el tiempo.
En este sentido, en lo inmediato en el sistema político en general, el
episodio López atenúa las críticas al modelo socioeconómico y las desplaza al
terreno de la “lucha contra la corrupción”, o sea al campo de la lucha contra
aquello que los medios oficialistas instalan como “corrupción”, a lo que luego
los jueces oficialistas dan, a como dé lugar, cierto formato judicial.
Finalmente, al interior del kirchnerismo, el impacto del caso López produjo
efectos de perplejidad, sobre todo en sus referentes más sensibles, efecto de
desaliento oportunamente agigantado por los medios oficialistas, que
inicialmente quita volumen y sistematicidad a la principal fuerza opositora
para ejercer la crítica absoluta al impiadoso ajuste neoliberal que despliega
el gobierno de Cambiemos.
Ajuste salvaje que ha producido el más grave daño social en menor tiempo en
un proceso inédito al menos desde la recuperación democrática, sin que ningún
alma sensible neoliberal haya mostrado hasta el momento congoja alguna ni el
más mínimo arrepentimiento.
La salida a estos dilemas en el universo kirchnerista se conoce: afirmar la
identidad especialmente en momentos en que las condiciones de esta afirmación
son desfavorables pero no por ello menos productivas política, programática y
finalmente, no caben dudas, también lo será electoralmente. O sea, nunca menos,
estimados lectores de Perfil.
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