Diario Tiempo Argentino…
A los lectores:
En las primeras páginas de Anatomía de un instante, libro del español Javier Cercas, el escritor cita a Jorge Luis Borges: “Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un momento: el momento en el que el hombre sabe para siempre quien es”.
En las primeras páginas de Anatomía de un instante, libro del español Javier Cercas, el escritor cita a Jorge Luis Borges: “Cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un momento: el momento en el que el hombre sabe para siempre quien es”.
© Escrito por Gustavo Cirelli el
lunes 29/02/2016 y publicado por el Diario tiempo Argentino de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
En las primeras páginas de Anatomía de un instante, libro
del español Javier Cercas, el escritor cita a Jorge Luis Borges: “Cualquier
destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un momento: el
momento en el que el hombre sabe para siempre quien es”.
Por estas horas, que fueron semanas y ya suman meses, los
trabajadores de Tiempo Argentino marcaron con su pulso, compromiso y
profesionalismo, quiénes son, de qué madera genuina y solidaria están hechos y
cuál es el destino colectivo que no dudaron en escribir cuando la mentira y la
desidia arrinconaron a los laburantes y a sus familias contra el abismo de la
angustia, la incertidumbre que impone la estafa no sólo moral de no cobrar los
salarios desde diciembre -con el medio aguinaldo incluido-, la falta de
certezas sobre el futuro laboral y por ende también, como consecuencia directa,
el silenciamiento de voces necesarias en estos tiempos para narrar desde un
punto de vista singular al conjunto de la sociedad qué es lo que está
ocurriendo en esta nueva etapa que se abrió en el país y que ha nublado la
esperanza de muchos, para alegría algunos. Falta la voz de Tiempo.
La última edición del diario fue hace una eternidad, el viernes 5 de febrero. Desde entonces por imposición ajena a los periodistas, fotógrafos, diagramados, correctores, retocadores de fotos, infógrafos, asistentes, columnistas, y todos y cada uno de los que hicieron el diario estos casi seis años, Tiempo se vio forzado a quebrar el contrato con sus lectores, un vínculo que, en verdad se enriqueció por el afecto solidario expresado en plazas y en el multitudinario festival en apoyo a los trabajadores del Grupo 23 en el Parque Centenario, y en sus visitas a la redacción; redacción que en horas de domingo volvió a latir al ritmo del periodismo, cómo indica la lógica. Un bálsamo.
Lo ilógico ha sido cada instante vivido desde el incumplimiento de la responsabilidad empresarial de pagar sueldos y respetar las condiciones laborales de la redacción de Tiempo, situación que también sufren los trabajadores de Radio América y sus familias. Las falsas promesas, la ofensiva dilación de pagos ante la urgencia que es por demás evidente; la insoportable levedad de los días envueltos en la mentira, e incluso, la indiferencia de algunos que deberían actuar de oficio -ni hablar por convicciones- (ya habrá tiempo para acordarse de ellos) en defensa de los derechos de los trabajadores encuentra su contracara, en ese abrazo cotidiano, ejemplar, de quienes permanecen hace semanas en las instalaciones del edificio del diario para preservar la fuente laboral, también las herramientas de este oficio terrestre tan vapuleado por ciertos empresarios; sin olvidar a algún que otro ex colega genuflexo -que son infinitamente pocos, por cierto- que se relamen en su onanismo ante el infortunio de aquellos que fueron pares: nunca nadie desde las páginas de Tiempo deseó que un trabajador quedará en la calle. Ahí radica la verdadera grieta de la que se ufanaron tantos: canallas o no canallas. No hay grieta entre quienes piensan distinto, eso se llama libertad de expresión.
En esta columna deberían estar mencionados, uno a uno, los compañeros trabajadores de prensa de Tiempo que se pusieron de pie (“cualquier destino, por largo y complicado que sea, consta en realidad de un solo momento”) para que no le roben ni le impongan su destino.
Quien esto escribe tuvo la oportunidad de estar en el lugar indicado en el momento justo, y fundar un diario junto a Roberto Caballero y decenas de entrañables colegas (algo inusual en la vida profesional); diario que narró una época intensa, y con el nervio intacto para seguir: estas páginas lo acreditan.
Pero antes, durante y después de esta experiencia inigualable, quien esto escribe, es un trabajador de prensa que en los últimos años asumió la responsabilidad de la dirección periodística, y como tal, se apartó de la participación colectiva expresada en asambleas, pero sin desconocer nunca que el cuerpo y el alma de un medio de prensa está junto a los que mantienen vivo el oficio. Esta edición en la que se expresa mucho más que la calidad periodística de Tiempo durante más de 2000 días, surgió por iniciativa de los trabajadores que votaron romper el cerco de silencio con los lectores y demostrar, como ya se mencionó, que el nervio profesional no se negocia. A continuación el comunicado completo que fue aprobado en la asamblea de trabajadores, el viernes 26 de febrero:
“Los trabajadores del diario Tiempo Argentino decidimos desafiar el lock out patronal que impide la salida del matutino en su formato papel desde hace 24 días y resolvimos publicar una edición completa a la que podrá accederse el lunes en formato digital en las páginas:
Ante la sostenida negativa de la empresa a imprimir el producto de nuestra
labor profesional.
Esta medida busca visibilizar un conflicto que se inició a mediados de diciembre,
cuando la empresa dejó de abonar el medio aguinaldo de 2015, y se agravó en los
últimos tres meses con la falta de pago de los salarios de diciembre, enero y
febrero de 200 trabajadores. Además, pretende demostrar que el matutino sigue
vivo y que sus trabajadores de prensa estamos en condiciones de ofrecer
contenidos profesionales como lo hicimos en los últimos seis años.
Hace tres semanas el presunto comprador del diario Mariano Martínez Rojas decidió dejar de imprimir el matutino, una situación que profundizó la crisis con los trabajadores debido a la extendida deuda salarial. En respuesta la asamblea de trabajadores decidió iniciar una permanencia ininterrumpida en defensa de las fuentes de trabajo, medida que ya fue denunciada ante el Ministerio de Trabajo.
Durante la jornada, difundiremos los contenidos del diario bajo el hashtag #VuelveTiempo. Los invitamos a reproducir las notas con total libertad y dialogar, si lo consideran necesario, con nuestros delegados gremiales.
Asamblea de Trabajadores Diario Tiempo Argentino”
Los lectores de Tiempo, a lo largo de estas interminables semanas, se vieron privados de informarse cómo habían decidido hacerlo. No encontraron en sus páginas –ni al diario, por cierto- las investigaciones, informes, entrevistas, fotos, ni a sus columnistas (ninguno dudó en colaborar en esta edición -disculpas para aquellos que en la urgencia no pudieron ser contactados: también hubiesen escrito-). Y en ese silencio ensordecedor, el lector debió esperar hasta hoy para informarse con Tiempo, una vez más.
Mañana no.
Mañana, como desde hace semanas, los trabajadores del diario deberán colgar el oficio por un rato para reclamar lo que les corresponde: cobrar los salarios adeudados y seguridad laboral para ejercer libremente el periodismo. De eso, ni más ni menos, se trata. Mañana seguirán exigiendo respeto.
Alguien, al pasar, en pleno cierre, lanzó una humorada oportuna: “Luche y vuelve (Tiempo)”.
La sonrisa confirma que el ánimo está intacto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Por favor, indicar Nombre Completo y Lugar de Origen. Muchas Gracias