Idas y vueltas…
El Amigo Americano Thomas Griesa. Dibujo: Pablo Temes
El
Gobierno se contradice a sí mismo. Datos e internas. Y señales positivas.
Mauricio Macri pensaba realizar el anuncio sobre el aumento
del mínimo no imponible del impuesto a las ganancias a los salarios durante su
discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. La dinámica de
los hechos lo obligó a adelantarlo. La causa de tal anticipación fue una sola:
la inflación. Los índices de los primeros meses de gestión lo han
sorprendido.
El aumento del mínimo no imponible fue una
promesa de campaña que hicieron todos los candidatos. Desde el punto de vista
enunciativo, los anuncios del jueves pasado marcaron el cumplimiento del compromiso asumido
por parte del Presidente.
Sin embargo, en lo concreto, lo que le
queda por hacer al Gobierno es mucho aún. Y esa deuda se potencia todavía más
con la decisión de postergar la modificación de las escalas que se aplican para
gravar los salarios. La marcha atrás de Macri dejó un sabor agridulce que
molestó a los dirigentes sindicales que lo acompañaron en el acto del jueves.
El Presidente debe ser más cuidadoso con estas contramarchas. La
modificación de las escalas es clave para desmontar una trama que no sólo
castiga el bolsillo de los asalariados, sino que también produce inequidades
notables.
Los objetivos que el Gobierno ha perseguido
con esta medida y la de la extensión de la asignación universal por hijo son
dos: mejorar el poder adquisitivo de los
trabajadores y
crear las condiciones para que en las negociaciones paritarias se llegue a
acuerdos salariales que no excedan el 25%, una meta que la escalada de precios
complica.
Las dificultades siempre generan tensiones dentro de cualquier gobierno. El de
Macri no escapa a esa regla. En el centro de muchas de ellas está el jefe de
Gabinete, Marcos Peña. No es una novedad: lo mismo sucedió durante la gestión
en la Ciudad de Buenos Aires. Quien por estas horas está bajo fuego cruzado es
el ministro de Educación, Esteban Bullrich. Él había arreglado con la dirigencia docente un aumento
que llevaba el mínimo de los maestros a $ 8.500. El
acuerdo, que estaba a punto de ser firmado, motivó quejas de varios
gobernadores. A la cabeza de ellos estaba María Eugenia Vidal. Ello obligó
al Presidente a fulminar la iniciativa. ¿El ministro se cortó por las suyas o
hubo otra contramarcha? Conclusión: peligra una vez más el comienzo de las
clases, un triste clásico de los últimos años.
El desplazamiento de Graciela
Bevacqua de su cargo del Indec fue una muestra de impericia
política y de una inadecuada lectura de la realidad. Pretender atravesar un
proceso inflacionario como el que padece el país sin la posibilidad de producir
índices oficiales serios fue un error, mucho más cuando de ese guarismo va a
depender los acuerdos salariales de las paritarias. Lo notable es que cuando
Bevacqua habló de ocho meses, nadie la
contradijo. El problema con el que se va a encontrar el Gobierno cuando salga
el nuevo índice oficial será su credibilidad.
Hipoteca.
Las dificultades de la hora han convencido a Macri de la
necesidad de hacer pública la herencia que le dejó CFK. De eso se habló –entre
otras cosas– en la reunión que compartió con los legisladores de Cambiemos en
Olivos. Quienes conocen el pensamiento del jefe de Estado aseguran que ya
tomó la decisión de hacerlo en su discurso de inauguración de las sesiones
ordinarias del Congreso, el próximo 1º de marzo. Por eso hay
inquietud en el kirchnerismo, que está barajando la idea de no concurrir a la
sesión.
Los acuerdos legislativos serán de mucha
importancia para la economía argentina. El fallo del juez Thomas Griesa del
viernes coloca al Gobierno en una buena posición para avanzar en el cierre del
oneroso conflicto con los fondos buitre. Pero para ello es necesaria la
derogación de la ley cerrojo. La única manera que tiene el Gobierno de lograrlo
es con apoyo del peronismo. He ahí un desafío para el Presidente. Sin la
solución del conflicto con los holdouts, las fuentes de
financiación barata seguirán cerradas. Lo mismo ocurrirá con muchos proyectos
de inversión que podrían concretar empresas de los Estados Unidos.
Hablando de EE.UU., la rapidez con que Barack
Obama decidió
incluir a la Argentina en su agenda de viajes habla del nivel de confrontación
–inútil– que generó CFK.
Un párrafo final para el acto del jueves,
en el que se anunció el aumento del mínimo no imponible del impuesto a las
ganancias. En la política, como en muchas otras actividades de la vida, las
cuestiones de forma tienen un valor. Observar al Presidente rodeado de gobernadores de diferentes pertenencias partidarias
junto a dirigentes sindicales que no le son afines representó un contraste
notable con los parámetros que impuso Cristina Fernández de Kirchner, que
transformó la Casa Rosada en un reducto de militancia partidaria. Quedó
reflejada allí una escena de convivencia política, sin la cual será imposible
alcanzar el sueño de un país mejor.
Producción periodística: Guido Baistrocchi.
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