Mitos y verdades sobre la andropausia…
Sólo el 5% de quienes la
padecen consultan a un especialista por motivación propia. Síntomas,
tratamientos y factores de riesgo.
La andropausia es la caída de los valores de
testosterona por debajo de los esperables para un adulto joven, junto con la
presencia de síntomas específicos y no específicos consecuentes de dicha
disminución. La andropausia (cuyo nombre correcto es hipogonadismo de comienzo
tardío) comienza a manifestarse más comúnmente a partir de los 40 años, y su
prevalencia se cuatriplica a partir de los 60. De acuerdo con el Instituto de Diagnóstico e Investigaciones
Metabólicas (IDIM) sólo un
5% de los que padecen valores bajos de testosterona realizan una consultan al
especialista por motivación propia.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico se basa en la clínica del paciente y se
complementa siempre con estudios de laboratorio. Se debe descartar cualquier
otro factor que influya en el descenso de los niveles de testosterona, ya que
si no estuviera relacionado con la andropausia, el tratamiento será otro. Para
hacer el diagnóstico de andropausia se deben excluir primero otras causas:
evaluar si sucede algo con la hipófisis, si hubo o hay daño testicular, si la
persona toma algún fármaco que actúa sobre la actividad testicular, entre otras
cosas. El desarrollo de la andropausia no debe de tomarse como un hecho
natural; puede prevenirse en cierto modo con una conducta de vida saludable, y
posiblemente revertirse dependiendo de la condición que la genera y del
paciente.
El descenso de testosterona es paulatino,
provocado por un envejecimiento normal. Por esto es que los cambios físicos,
psíquicos y sexuales no se reconocen fácilmente si no se compara el estado
actual con el que se poseía en años previos. Existen condiciones asociadas
(como obesidad, hipertensión, hipercolesterolemia, síndrome metabólico y
diabetes, ciertos medicamentos y enfermedades renales y hepáticas) que pueden
acelerar o desarrollar un descenso más pronunciado de testosterona, con el
consecuente impacto en la esfera sexual y psíquica, el bienestar general, la
densidad ósea y, a su vez, en los diferentes marcadores de riesgo
cardiovascular (glucemia, colesteroles, obesidad, etc.).
“Mientras existan estas condiciones, los
valores de testosterona se mantendrán por debajo de lo esperable; si la
condición es corregible, se trabajará en primer instancia sobre la misma para
fomentar el ascenso de dichos niveles. Por ejemplo, el 80% de los hombres que
son estudiados y tratados por andropausia son obesos; es esencial entonces
enfocar la terapéutica sobre la alimentación y prácticas de actividad física
del paciente. Esto es lo más natural y saludable, y se debe ser insistente al
momento de tratar dicha patología”, explica Damián Robbiani, Médico
Endocrinólogo de IDIM.
¿Cuáles son los síntomas?
Existen síntomas más específicos al momento de
relacionarlos con los valores de testosterona bajos: la disminución de la
libido (o deseo sexual) y disfunción eréctil; los menos relacionados son
cansancio, disminución de masa y fuerza muscular (sarcopenia), aumento de la
masa grasa a predominio abdominal, osteopenia y osteoporosis, disminución de la
memoria y atención, depresión, anemia, entre otros. Son condiciones tan poco
específicas que no se las toman como síntomas claros de la caída de los niveles
de testosterona; en cambio, la disminución del deseo sexual y la disfunción
eréctil a partir de los 40 años son tomados como parámetros para realizar
estudios.
Sin embargo, sólo el 14% de las causas de
disfunción eréctil son generadas por la caída de la hormona, siendo otras
causas (psicológicas, medicamentosas, problemas urológicos, etc.) las más
frecuentes.
La andropausia repercute indirectamente en
ciertas condiciones que se evalúan a través de estudios de laboratorio: quien
presente valores disminuidos de testosterona tiene más riesgo de generar
impacto negativo de los niveles de colesterol, glucemia, generar anemia, etc.
Hoy en día se evalúa la implicancia de la vitamina D en los pacientes con
andropausia, ya que se encontró una relación directa en los valores de ambos,
en estos trabajos científicos el descenso de testosterona se asocia al descenso
de vitamina D.
El tratamiento de la andropausia idealmente
lo indica un médico andrólogo, que puede ser urólogo o endocrinólogo. El
primero estudia la parte de próstata y gónada (testículo), y el segundo estudia
el manejo hormonal. Lo ideal es que el tratamiento se combine con ambos
profesionales. El enfoque diagnóstico y la terapéutica debe ser personalizada,
donde el médico endocrinólogo tendrá en cuenta beneficios y riesgos del
tratamiento a instaurar, en base a la problemática que motiva la consulta del
paciente.
Principales mitos de la andropausia
-Todo hombre
con más de 40 años, que tenga disfunción sexual y/o disminución de la libido,
tiene que ver con algo propio de la edad. El paciente que tenga dichos síntomas
debe recibir una evaluación específica para descartar hipogonadismo (descenso
de testosterona) ya sea por andropausia o cualquier otra condición que pueda
estar afectando.
-Todo hombre
con disfunción sexual necesita testosterona, independientemente del valor de
sus hormonas. Primero se debe llevar a cabo una evaluación para establecer cuál
es el tratamiento indicado y con el control preciso. El uso de testosterona no
es siempre la solución. Cada tratamiento se evalúa dependiendo del paciente, su
situación y las diferentes circunstancias. No existe un tratamiento general,
sino tratamientos individualizados para establecer cual es el mejor para la
persona.
-Quienes realizan un tratamiento
con testosterona tiene mayor riesgo de cáncer de próstata. Siempre deben
evaluarse las condiciones del paciente, los riesgos que existen, y el tipo de
tratamiento más conveniente. No existen estudios que hayan demostrado que los
pacientes sin patología maligna de próstata hayan desarrollado o empeorado la
misma durante el tratamiento; no sucede así con aquellos que la padecían en la
consulta inicial. Para ello es primordial la correcta evaluación prostática
previo comienzo de tratamiento
-El consumo de
sildenafil acelera la andropausia. Esto es claramente falso. El sildenafil es
otro tipo de tratamiento, que se usa en las personas indicadas bajo un control
adecuado. Es un tratamiento válido y mundialmente aceptado para la disfunción
eréctil. No en todos los pacientes logra los efectos esperados, debido a varias
causas, dentro de la que se encuentra los valores marcadamente disminuidos de
testosterona.
-Existen
factores que pueden acelerar la andropausia. A partir de los 40 años, el
envejecimiento normal del hombre genera una caída en los niveles de
testosterona del 1% anual. Esto es algo natural sobre lo que no podemos actuar,
y repercute en forma lenta y progresiva sobre la esfera psíquica, sexual,
metabólica y física, sin generar necesariamente enfermedades relacionadas. Sin
embargo, los que presenten ciertas condiciones de riesgo (obesidad,
hipertensión, diabetes, etc) denotarán un descenso mayor y abrupto en dichos
valores, manifestándose de una manera patológica en cada uno de los aspectos
descriptos. Una persona con buena salud, que cuida su alimentación y hace
ejercicio prevendrá el desarrollo de la andropausia.
Asesoramiento: Dr. Damián
Robbiani – Médico Endocrinólogo y staff profesional del Instituto de
Diagnóstico e Investigaciones Metabólicas (IDIM) – MN 136.732 / MP 116.029
© Publicado el
miércoles 08/04/2015 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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