Boca-Huracán
y el recuerdo de la definición más larga de la historia...
Boca y
Huracán se enfrentarán el domingo en Parque de los Patricios. En 1924, cuando
disputaban el clásico de la Asociación Argentina, llegaron a jugar cuatro
finales a lo largo de 43 días para determinar al campeón del año anterior.
Aquella
impronta de clásico parece ahora desdibujada. Los tropiezos frecuentes de
Huracán (con cuatro descensos en los últimos 29 años y 13 temporadas en el
Nacional) y las impresionantes rachas de Boca en el duelo (el Globo de Newbery
estuvo tres décadas sin ganarle en La Bombonera y lleva 21 años sin vencerlo en
el Palacio Ducó) fueron deshaciendo aquella rivalidad que tuvo varios hitos
relevantes en su recorrido, sobre todo en los años veinte, con la definición
más larga de la historia como episodio más significativo.
En aquel
tiempo Boca y Huracán, protagonistas centrales de la época, disputaban una
suerte de superclásico. Luego de la escisión de 1919, en el fútbol argentino se
formaron dos asociaciones: la Asociación Argentina (la oficial, afiliada a la FIFA)
y la Asociación Amateur. En la primera competían como principales referentes
Boca, Huracán y Estudiantes; en la segunda, Racing, River, Independiente y San
Lorenzo. En esos días, cada partido entre los de la Ribera y los de Parque de los
Patricios -vecinos del Sur de la Ciudad, en definitiva- tenía sensación de
enfrentamiento trascendente, decisivo.
No era
casual esa relevancia: allí participaban varios de los mejores exponentes del
fútbol de ese tiempo y de la historia. Figuras paradigmáticas como Guillermo
Stábile (Botín de Oro del primer Mundial), Domingo Tarasconi, Roberto Cherro
(durante muchos años máximo anotador histórico de Boca), Cesáreo Onzari
(fundador del gol olímpico) y Américo Tesoriere (uno de los grandes arqueros de
todos los tiempos), Pablo Bartolucci (creador de La Palomita), entre otras
figuras de Selección.
Se
enfrentaron por primera vez en 1914, un año después que el River-Boca y un año
antes que el San Lorenzo-Huracán. La cita inaugural sucedió en Parque de los
Patricios, ahí en el límite con Pompeya: se jugó el 9 de agosto y Boca se
impuso 2-1. Desde entonces, en el amateurismo, jugaron 22 veces: 11 victorias
xeneizes, 7 empates y 4 triunfos de Huracán.
En esos
años veinte, Boca y Huracán resultaron los más campeones de la década, con
cuatro títulos de Liga cada uno. Boca festejó en 1920, 1923, 1924 y 1926; y
Huracán se consagró en 1921, 1922, 1925 y 1928. La rivalidad se edificó, sobre
todo, entre 1919 y 1926, tiempos de escisión. Entonces compartían todos los
años la pelea por el título de la Asociación Argentina. No se trataba de un
tiempo cualquiera: el fútbol del Río de la Plata era, claramente, el mejor del
mundo. Así lo corroboraba cada contacto internacional que sucedió entonces:
Juegos Olímpicos, Copas América, giras de clubes como la de Boca en 1925,
amistosos.
El
Mundial de 1930, con Uruguay y Argentina en la final, fue la consecuencia más
notable y más visible. En aquel contexto, Boca y Huracán eran los más campeones
de este lado de la Orilla. Del otro lado, la gloria se la repartían Nacional y
Peñarol. Algo así como los cuatro reyes de ese fútbol que parecía inmejorable.
En ese
recorrido hubo un episodio definitivo: la definición de 1923. Se trató de una
temporada con irregularidades y con un desenlace que rozó el escándalo: Huracán
tenía todo para ser tricampeón, ese privilegio que sólo Lomas, Alumni, Racing y
River consiguieron en el fútbol argentino. El equipo había sumado 51 puntos en
29 partidos. Y Boca, el archirrival, también tenía 51, pero un partido más. El
tercero, Sportivo Barracas (valioso protagonista de Primera en aquel tiempo),
ya se había quedado sin chances. La Asociación Argentina tomó una decisión
polémica: decidió que se jugara un desempate entre ambos equipos.
Entonces,
entre marzo y abril, se disputaron cuatro finales. La primera serie de ida y
vuelta, en la cancha de Sportivo Barracas (el principal escenario de la época),
finalizó con un triunfo para cada uno (3-0 Boca; 2-0 Huracán). El tercer
partido se disputó en GEBA, ahí en Palermo: hubo empate sin goles tras 120
minutos de juego. Por último, el 27 de abril, otra vez en Sportivo Barracas,
Boca se impuso 2-0, con dos goles de Alfredo Garasini. Y fue campeón luego de
390 minutos y 43 días de la definición más extensa de la historia del fútbol
argentino.
© Escrito por Waldemar Iglesias el viernes
03/04/20156 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
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