La difusión de los documentos que Nisman tenía preparados para presentar a la ONU, que afirmaban lo contrario a lo que presentó en su denuncia, confirma que fueron firmados casi al mismo tiempo que su acusación. Hacen referencia al discurso de CFK en la ONU de septiembre de 2014 y a una reunión de Interpol de noviembre de ese año.
Un caso del doctor Jekyll y mister
Hyde
A través del sitio de la Corte Suprema, el juez Rafecas dio a conocer
los dos escritos guardados en la caja fuerte de la fiscalía en los que Nisman
planteaba acudir a la ONU y elogiaba la política del Gobierno en el caso AMIA.
Los escritos guardados en la caja fuerte de la fiscalía demuestran que
había dos Alberto Nisman. En esos textos decía que la política del Gobierno en
el caso AMIA consistía en que “Irán retrocediera y que someta a los acusados a
la jurisdicción argentina”. Al mismo tiempo, en los tribunales presentaba una
denuncia en la que acusó al Gobierno de encubrimiento. O sea, de favorecer a
los acusados iraníes.
Las fechas tienen trascendencia porque muestra cuándo el fiscal los
convalidó por última vez. Los textos de Nisman comienzan así: “Transcurridos
más de siete años del establecimiento de las capturas con alertas rojos
respecto de cinco imputados iraníes...”. Si se considera que los alertas rojos
fueron establecidos por la Asamblea General de Interpol de Marraquesh, el 7 de
noviembre de 2007, los más de siete años de los que habla Nisman llevan al
menos a diciembre de 2014. Esto comprueba que el texto fue redactado o
actualizado en esa fecha. Es decir, que la elaboracion fue contemporánea a la
denuncia en la que se afirma lo contrario de lo que dicen estos escritos
hallados en la caja de seguridad.
Otra prueba es que Nisman menciona el discurso de Cristina Kirchner en
la Asamblea General de las Naciones Unidas del 24 de septiembre de 2014, lo que
también indica que estuvo actualizando el texto al mismo tiempo que hacía
consideraciones directamente opuestas en la otra redacción, la de la denuncia.
El juez Daniel Rafecas dio a conocer ayer, a través del sitio oficial de
la Corte Suprema, el Centro de Información Judicial (CIJ), la declaración
testimonial de la secretaria letrada de Nisman, Soledad Castro, que fue quien
le entregó los escritos guardados en la caja de seguridad de la fiscalía.
Castro contó que Nisman fue postergando la presentación de alguno de los dos
escritos elaborados en función de los vaivenes del Memorándum de Entendimiento.
Primero, los postergó porque la ola fluía hacia el acuerdo con Irán. Luego
quedó pendiente porque la República Islámica no le daba el visto bueno al
memorándum. Posteriormente se declaró la inconstitucionalidad y, al final,
Nisman optó por la denuncia contra la Presidenta y el canciller. Pero en todo
momento ordenó que se mantuvieran los escritos actualizados. Los fechó en
diciembre de 2014 y le puso algunas rúbricas con fecha de enero de 2015. Esto
último demuestra que Nisman, con su firma, avalaba al mismo tiempo textos en
los que, por un lado, elogiaba las posturas del Gobierno y, por el otro,
formulaba una denuncia furibunda en que imputaba a su máxima autoridad.
Papeles
Los escritos de la caja de seguridad no son textos improvisados ni
pequeños resúmenes. Son dos pedidos al Poder Ejecutivo que ocupan, cada uno, 55
páginas. Y tienen desarrollos largos y fundamentados.
Se trata de dos escritos mellizos. Uno, para el caso de que el
memorándum fuera convalidado por Irán. El otro, casi idéntico, para la
alternativa de que el régimen iraní siguiera sin hacerlo votar en su Congreso o
no manifestara su voluntad de cumplir con lo firmado.
En ninguno de los dos existe la menor referencia a que el memorándum
fuera un delito –sí se dice, al pasar, que es inconstitucional–, pero se
considera a la política del Gobierno en forma muy positiva. Por ejemplo, dice
que una vez establecidos los alertas rojos, “de allí en adelante, el objetivo
central de la Justicia, de los familiares de las víctimas y del gobierno de la
Nación Argentina fue lograr la detención de los imputados a fin de proceder a
su posterior enjuiciamiento, naturalmente, con todas las garantías que brinda
la Constitución Nacional”.
En la denuncia, Nisman escribió exactamente lo contrario: que la
política de la Presidenta y el canciller era ayudar a los iraníes a que
esquiven a la Justicia argentina.
2014
En los escritos hay una detallada enumeración de los discursos de Néstor
y Cristina Kirchner ante la ONU, incluyendo elogios al último del 24 de
septiembre de 2014. Nisman transcribe palabras de CFK recordando que “primero
Néstor y luego quien les habla, reclamamos a Irán, año por año, en 2007, 2008,
2009, 2010, 2011 hasta que finalmente Irán aceptó una reunión bilateral, algo
que nunca había aceptado. ¿Para qué queríamos esa colaboración judicial? Para
que declaren los acusados ante el juez”, transcribe Nisman, sin decir nunca que
aquello fuera un encubrimiento.
“Y ese mismo día continúa Nisman, en el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, CFK volvió a tocar el tema. ‘Después de la acusación del
fiscal, aceptada por el juez, insistimos una y otra vez hasta que en 2012 se
concretó una reunión bilateral y pudimos firmar el memorándum para que esos
acusados declaren ante el juez. En mi país no existe la condena en ausencia.
Por eso deben ser interrogados, deben ser juzgados, es lo que indica la
Constitución’.” El tono es de elogio a las palabras de la Presidenta, no de
crítica. Y la conclusión de Nisman es categórica: “La lectura hilvanada de
estos reclamos ostensiblemente revela que esta demanda fue lograr que la
República de Irán sometiera a los acusados de origen iraní a la jurisdicción
argentina”.
Naciones Unidas
Como se sabe, Nisman nunca llegó a presentar ninguno de los dos
escritos. Estaban dirigidos al Poder Ejecutivo nacional y se iban a cursar a
través de la procuración. El objetivo era que la Argentina le pidiera al
Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que obligara a Irán a entregar a los
sospechosos iraníes a la justicia argentina.
Nisman, en el texto, menciona dos antecedentes. El más importante es el
de Lockerbie, el caso que tuvo que ver con una bomba en un avión de Panam. El
aparato cayó en la localidad escocesa de Lockerbie y el reclamo conjunto del
Reino Unido y Estados Unidos fue contra Libia. Nisman sostiene en sus escritos
que Libia terminó entregando a los dos sospechosos en virtud de sanciones
impuestas por Naciones Unidas. La realidad es que esa controversia se superó a
través de un Memorándum de Entendimiento firmado por Libia, Estados Unidos,
Escocia y Holanda, por el que se convino la realización de un juicio en este
último país.
El memorándum fue gestionado por la Unión Africana con un protagonista
principal: Nelson Mandela. El ejemplo más bien parece darle la razón al
gobierno argentino en su política. El otro ejemplo señalado por Nisman es el de
las sanciones impuestas a Sudán por no entregar a tres sospechosos de haber
intentado asesinar al presidente de Egipto, Hosni Mubarak. Sudán terminó
negociando la colaboración judicial con Egipto y Estados Unidos.
La realidad es que, hoy, Irán es uno de los países más sancionados a
nivel internacional por su programa nuclear. Justamente eso es lo que están
negociando en este momento cinco de los países más desarrollados, incluyendo
Estados Unidos, sentados a la mesa con Irán. La negociación podría llegar a
buen puerto antes de fin de mes y tiene un adversario principal, Israel. Un
nuevo pedido de sanciones hubiera sido bien visto por Jerusalén, pero casi
seguro habría tenido el veto de China y Rusia.
Según revelaron fuentes de la Cancillería, Nisman nunca consultó al
equipo legal del Ministerio de Relaciones Exteriores sobre la posibilidad de
pedir por las extradiciones en el Consejo de Seguridad.
Discursos
En los dos textos de la caja de seguridad, Nisman es muy elogioso de las
palabras de la Presidenta en las Naciones Unidas, aun después de firmado el
memorándum. Por ejemplo, cita el discurso de CFK en 2013: “Que no se confunda
paciencia con ingenuidad o estupidez. Queremos las fechas de cuándo va a
aprobar Irán el memorándum, cuándo se conformará la Comisión de la Verdad y
cuándo podrá viajar el juez a Teherán a tomar las declaraciones. Queremos respuestas.
Ya pasó un tiempo prudencial”.
Al citar este discurso, Nisman no habla ni de que el memorándum sea
delictivo ni de que la Comisión de la Verdad fuera un acto criminal para
encubrir a los iraníes. Se lamenta de que el reclamo se haya tenido que
“flexibilizar” por la dureza de la postura iraní. Lo pone en estos términos:
“Ante esa falta de resultados respecto del objetivo de lograr la detención de
los imputados, el gobierno nacional, con el paso del tiempo, fue flexibilizando
su postura: al primigenio reclamo de que los imputados se sometan a la Justicia
argentina le siguió la propuesta de que se lleve a cabo un juicio en un tercer
país y a ello sobrevino la aceptación de una negociación propuesta por el
gobierno irnaí, que culminó en la celebración de un tratado bilateral”. Ya en
su redacción final, Nisman deja en claro que el memorándum no logrará el
objetivo y por eso propone recurrir a las Naciones Unidas.
Aun así, concluye: “Lo expuesto es, ni más ni menos, que la solución
legal a la indignante renuencia iraní. Y no sólo contribuye a satisfacer la
demanda de justicia que legítimamente sostienen las víctimas del ataque y sus
familiares, sino que, incluso, coincide con lo que en reiteradas ocasiones,
desde el año 2007, vino reclamando el gobierno argentino”.
En otras palabras. En la caja de seguridad, los textos dicen que el
Gobierno viene reclamando, en reiteradas ocasiones, llevar a la Justicia a los
iraníes. En el otro texto, el de la denuncia, dice que el Gobierno ayuda a los
iraníes a eludir a la Justicia.
© Escrito por Raúl Kollmann el jueves 05/03/2015 y publicado por el
Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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