Contratar un hacker para un delito es rápido, fácil y
barato…
Hackers. Los pedidos más
comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares,
pareja o socios. Foto: Cedoc
Conseguir el password del e-mail o de Facebook y Twitter
de familiares, socios, o de la pareja son los pedidos más comunes de este
fenómeno.
En Argentina conseguir los servicios de un hacker y encargarle un trabajo
ilegal es extremadamente fácil. Para entrar al e-mail del hijo, violar el
Facebook de un socio, el Twitter de un competidor o “voltear” el blog de una
ex, basta con buscar unos minutos por internet, elegir un “proveedor” y, tras
pagar una cifra de alrededor de US$ 30, sentarse a esperar el resultado. Sin
embargo, según los expertos, éstos pueden inútiles e incluso riesgosos para el
contratante.
“Los servicios más solicitados son contraseñas de correos para espiar a
parejas, hijos, empleados y socios”, le contó a Perfil, vía mail, un hacker que
aceptó el reportaje. “También nos piden bloquear ciertas páginas web, espiar
conversaciones de WhatsApp, conseguir passwords de Facebook o de otras redes
similares”.
Otro de los oferentes de este tipo de acciones con el que se contactó este
diario agregó: “Si bien lo que más nos piden es acceder a redes sociales como
Facebook, Twitter e Instagram de otras personas; también recibimos muchos
encargos para hacer cambios de notas en sitios de universidades o de escuelas”.
Por otra parte, uno de los entrevistados –que dio indicios de tener la base
en Perú– detalló que integra un equipo de hackers de diversas partes del mundo
y comentó: “Tenemos un promedio diario de diez clientes que nos llegan desde
Argentina”.
Los interesados encaran una contratación rápida. Según explicó Hackers a tu
Servicio, la negociación es simple: “Una vez acreditado el pago, pedimos los
datos del servicio que desean. Como tenemos cientos de encargos diarios,
nuestra respuesta puede demorar de 1 a 3 días. Y si alguien duda de nosotros,
le comento sobre la gran reputación que tiene nuestra página, ya que estamos
trabajando desde 2012 y no van a encontrar una sola queja sobre nuestros
servicios”.
Riesgos. Lo particular es que este tipo de “contratos” es absolutamente
ilegal. “Según la ley penal argentina, quienes encargan esas acciones podrían
ser considerados “partícipes necesarios” de diversas figuras. Y la Ley 26.388
prevé penas que van de 15 días a 6 meses de prisión, aunque son delitos
excarcelables”, detalló Daniel Monastersky, experto en derecho informático.
“Además –agregó– pueden configurarse otros delitos, como suplantación de
identidad, fraude o calumnias”.
Pero Monastersky también aclara: “Lo que vemos todos los días en la
práctica es que en la sociedad hay un enorme desconocimiento sobre el hecho de
que entrar a una cuenta de e-mail ajena o interferir en la red social de otro
es un delito”.
Razones. Según el experto en seguridad Gabriel Zurdo, director de la
consultora BTR Consulting –especializada en Ethical Hacking y auditoría
digital–, las razones del aumento de esta oferta son varias: “Estos servicios
se ofrecen porque realizarlos es fácil gracias a que los programas que
facilitan ese tipo de ataque se han masificado. Además, se volvieron muy
simples de usar, incluso por parte de gente que no tiene conocimientos
profundos de informática”.
Zurdo detalló: “Tenemos muchos clientes que nos comentan haber pasado por
esa experiencia, y el 80% de las veces quien concreta ese pedido ilegal termina
siendo estafado: paga y no recibe nada”.
Incluso el interesado puede pasar de victimario a víctima, tal como le
explicó a Perfil Sebastián Bortnik, gerente de investigación en ESET, una
organización dedicada a seguridad digital. “Como se están contratando servicios
prohibidos, en un mercado ilegal, no hay ninguna garantía para exigir
resultados. Y es bastante usual que quien lo encargue termine siendo estafado.
Por ejemplo, vimos casos en los que hackers truchos le daban al cliente
evidencias falsas de sus “logros”.
Bortnik da otra razón para desconfiar de estas ofertas: “Los realmente
expertos en estas temáticas se dedican a hackear en forma silenciosa a grandes
corporaciones, por cifras millonarias. O trabajan en la seguridad informática
legal, asesorando en ‘hacking ético’, a empresas que buscan mejorar su
seguridad”.
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en alerta por un hacker que publicó fotografías privadas
Esta nota no alienta en absoluto ningún tipo de hackeo,
el cuál es un hecho penado por la Ley Argentina.
Hackers. Los pedidos más
comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares,
pareja o socios. Foto: Cedoc
Hackers. Los pedidos más
comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares,
pareja o socios. Foto: Cedoc
Hackers. Los pedidos más
comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares,
pareja o socios. Foto: Cedoc
En EE.UU. Hacker List, la
página más popular en este tema. Foto: Cedoc
Hackers. Los pedidos más comunes son el password del correo electrónico o del Facebook de familiares, pareja o socios. Foto: Cedoc
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