Extasis macrista...
La acumulación de éxitos parece imparable y el éxtasis es pleno. Los
radicales viajando hacia su interna, Carrió defendiendo el espacio de forma
victoriosa, Reutemann sumado como sorpresa y hasta Posse incluido también en
las filas de la patria a poblar del PRO. Ya casi ganan, ya imaginan los puestos
para cada uno porque la Argentina está cambiando, ya no es igual que antes, ya
no. La imaginación es un motor fantástico para el accionar, hace parecer que
las cosas algunas veces son como las imaginamos.
La cena de recaudación de fondos del PRO es la continuación del Coloquio de
IDEA por otros medios. Aunque parezca lo contrario, estos episodios juegan con
fuego.
La sociedad argentina sigue manifestando que prefiere un país con mayor
cantidad de empresas del Estado que privadas. Nuestra serie histórica de
encuestas muestra que esto se ha mantenido constante desde fines de De la Rúa
hasta nuestros días. Excepto las empresas de consumo masivo, servicios públicos
como luz, gas y transporte o incluso las petroleras, deberían ser del Estado y
no privadas. Una de las medidas más valoradas por la sociedad fue la
estatización de las AFJP, y Anses se ha mostrado siempre como uno de los
organismos mejor evaluados por la gente. Tampoco confían en los empresarios y
consideran que el Estado debe controlarlas fuertemente, controlar a todos los
que van a la cena del PRO.
Luego del impacto por la muerte de Nisman, Cristina Kirchner ha recuperado
aprobación de gestión de manera muy veloz. En febrero estaba en 42% para, al
mes siguiente, subir a 53%. La evaluación de la economía vuelve a subir luego
de más de un año. En noviembre pasado estaba evaluada como positiva por el 19%
de los argentinos, en febrero había subido a 29% y en este mes se encuentra ya
en 36%.
Macri logró un crecimiento muy impresionante en intención de voto durante
2014, consiguiendo diluir su histórico límite de 15%. Sin embargo, su
crecimiento coincidió con el año de peor evaluación de la economía del
kirchnerismo, en especial por temas inflacionarios. Según nuestros números, su
máximo fue 25% de intención de voto junto con la crisis de Nisman. Un candidato
que represente una oposición plena a lo que Cristina Kirchner representa
necesita un país en mal estado desde el punto de vista de la opinión pública.
Los que asisten al Coloquio de IDEA o a la cena del PRO siempre piensan que el
país está muy mal; los que no van al Coloquio de IDEA y no pueden pagar el
cubierto de la cena piensan que el país vuelve a mejorar. Oposiciones clásicas
argentinas. Sostenerlas y no lograr pasar a otra etapa es jugar con fuego.
La política argentina ha tenido episodios de esperanzas electorales luego
deprimidas. Yo tengo una preferida. Al año del primer golpe de Estado, el
entonces presidente de facto, Uriburu, consideró que el pueblo ya había
aprendido cómo votar y llamó a elecciones a gobernador en Buenos Aires con la
ilusión de que el radicalismo no ganara de nuevo. El radicalismo volvió a ganar
y tuvieron que encontrar un modo de anular esas elecciones.
La cantidad de gente que se identifica con el peronismo ronda el 32%; con
el radicalismo, el 5%. Es un número que puede hacer llegar a una segunda
vuelta, pero con escenarios de derrota en cualquier ballottage. Esto debería
sopesar el impacto de la convención radical, una gran noticia pero sin
seguridad de reflejo en los votos.
La excitación por una supuesta victoria electoral está dejando de lado una
mirada estructural sobre las preferencias de la sociedad. Analizan los votos
como reflejos de momentos y no los comprenden como el resultado de mecanismos
más profundos. Es lógico, en la calentura se pierde la cabeza, para después
lamentarlo.
© Escrito por Luis Costa, Sociólogo
y Director de Ipsos Mora y Araujo, el domingo 22/03/2015 y publicado por el
Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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