sábado, 30 de agosto de 2014

Agustina y Nicole C., la otra cara de la “novia de”… De Alguna Manera...


Agustina y Nicole C., la otra cara de la “novia de”…


El vicepresidente, Amado Boudou, siempre complicado. Las internas con el kirchnerismo duro -que aceptó con reservas su llegada a la Rosada, pero jamás lo integró a sus filas-, los dos procesamientos que a su pesar lleva a cuestas, la decena de causas en su contra por supuesta defraudación al Estado (tiene, al menos, dos por este cargo), falsificación de documentos en la venta de su auto, enriquecimiento ilícito, gastos irregulares en viajes oficiales y durante su paso por Anses, y el inabarcable caso Ciccone, complican al funcionario.

Ahora, es N.C. quien le quita el sueño y no, no se trata de Nicolás Ciccone.

N.C. es Nicole C. Nicole C. es, según trascendió en las últimas horas en las redes sociales, Agustina Kämpfer, pareja de Amado. La Colorada, acaso una de las “mujeres de” más bellas del Gabinete nacional, copó el mundo 2.0 con la difusión de un desnudo fotográfico que habría realizado en 2004 con el fotógrafo Walter Bosque, cuatro años antes de convertirse en “la novia de”.

Nicole, que es Agustina, la “Segunda Dama” de la Nación, sube escaleras, posa alrededor de un piano, pierde la mirada en el aire. A diferencia de otras producciones de Bosque, la de Nicole es “cuidada”. Algo barroca, etérea, las imágenes la muestran con un négligée semicaído y perlas. Ahora sabemos hasta cómo se depilaba en esos años…
Nada del otro mundo. A calmarse, fieras, que las fotos tampoco son pornografía pura. Eróticas, hasta un punto. Y Kämpfer no fue la primera.

En junio, el príncipe Carlos Felipe de Suecia anunció su compromiso con Sofia Hellqvist, una exstripper. Las fotos de la modelo, apenas tapada por una serpiente, todavía circulan por los medios y webs de ese país.

Otro fue el caso de la británica Sally Bercow. En 2011, la esposa del presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, salió en tapa del London Evening Standard envuelta en una sábana. Con las casas del Parlamento de fondo, contaba cómo la política había cambiado la vida sexual de la pareja.

La realeza española tiene lo suyo también. Mucho antes de que Letizia Ortiz llegara al trono, cuando era una periodista inquieta y republicana viviendo en México, posó en algunas fotos para el pintor cubano Waldo Saavedra. El artista realizó un mural que sirvió para ilustrar la tapa de “Sueños líquidos”, uno de los discos más conocidos del grupo Maná.

Como Bosque ahora, Saavedra negó, años después, que el torso desnudo del álbum fuera de Letizia. Ella sólo sirvió de “inspiración”.

Vida real. Si bien es cierto que la atención sobre la Colorada llegó tras el noviazgo con Boudou, la exbartender y actual periodista y empresaria supo capitalizar cada oportunidad que apareció en su camino y su desenfado resultó fundamental.

La mesura que se le impuso cuando llegó a la vidriera K no le impidió ir a “respirar” con el gurú Sri Sri Ravi Shankar, tan resistido por los medios oficialistas, tocarle el culo a su novio en una votación ni compartir en las redes sociales, cual turista recién llegada, sus participaciones en actos oficiales en el exterior.

A Kämpfer le sobra tanto desparpajo como inteligencia, al punto que supo encantar hasta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En plena celebración del FpV por la victoria electoral de octubre, la mandataria pidió que subiera al escenario: “Vení linda. ¡Miren qué novia linda que tiene Boudou!”.

Con el avance de la causa Ciccone -y otra que los une por supuesto enriquecimiento ilícito- la pareja bajó gradualmente su perfil. Hasta julio… Pocos días después del procesamiento de su pareja por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública, se despachó en Twitter sobre el fallo del juez Ariel Lijo. “Vivo la vida real, esa q no tiene perfiles apócrifos, dde nadie le desea la muerte a nadie, se acuerdan?”, clamaba Agustina en su cuenta.

Un mes después, la aparición de la apócrifa Nicole C. vuelve a complicar, aunque no sea más que en la imagen pública de los dos personajes. El escándalo, que será efímero, nos deja unas pocas conclusiones: la confidencialidad de ciertas producciones no existe y siempre, pero siempre, un collar de perlas agrega distinción allí donde para algunos no la hay.

© Publicado el Sábado 16/08/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fuente: Télam. 



 

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