sábado, 19 de julio de 2014

El delito de opinar… De Alguna Manera...


El delito de opinar…


Solidaridad con Liu Xiaobo, el pacifista chino premio Nobel de la Paz, preso desde 2008.

Fuimos más lejos que nadie, juzgamos y condenamos a los responsables del terrorismo de Estado. Una autoridad moral que debiéramos honrar: la presidente Cristina Fernández, en nombre de esos 40 millones de habitantes que tanto exalta la locutora oficial, debiera pedir a su esperado visitante, el presidente de China, Xi Jinping, por la libertad del pacifista y Premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo, preso por el “delito de opinión”. 


Liu Xiabo fue detenido por firmar la Carta 08, que emulaba la Carta 77 de los intelectuales checoslovacos, quienes inauguraron las cartas abiertas como una forma de sumar pacíficamente la voz de los intelectuales, pensadores y artistas para pedir el respeto a los Derechos Humanos, violados entonces por la dictadura comunista. Como la carta abierta de Rodolfo Walsh a la dictadura, en la que en las primeras líneas pidió por la libertad de decir, que a nuestro compatriota le costó la vida y al periodista chino la prisión por once años.

Profesor universitario, pertenece a la misma generación de Néstor y Cristina Kirchner, Liu Xiaobo participó en las protestas de los estudiantes de la Plaza Tiananmen en 1989, el año en el que desmoronó el muro de Berlín, y fue condenado a trabajos forzados.

Desde hace mas de veinte años, el pacifista chino sólo pide una democracia que cumpla con el artículo 35 de la Constitución de su país, que consagra la libertad de expresión, de prensa y reunión. Como co autor de la Carta 08, que defiende una sociedad más abierta en el sentido de la democracia, fue condenado a once años de prisión. En 2010, con una silla vacía que simbolizó su ausencia, Liu Xiaobo recibió el Premio Nobel de la Paz.

El mismo que nos enorgullece en la figura de Adolfo Pérez Esquivel y nos obliga a la solidaridad que los argentinos recibimos a manos llenas de las democracias del mundo.

No precisamente de la otrora Unión Soviética, que apoyó a la dictadura.

No deja de ser paradójico que dentro de Argentina se persiga a los que apoyaron la dictadura y ahora nos abracemos a Rusia que cambio trigo por Derechos Humanos.

China y Rusia son hoy países fuertes por el poder que surge del dinero y las armas.

Argentina, hoy tiene la oportunidad de mostrar lo que es opuesto al poder, la autoridad moral si pide por el respeto de los derechos humanos y no los cambia ni por soja o petróleo.

Es de desear también que nuestra Carta Abierta local honre a las cartas abiertas que nacieron para pedir por el respeto a la dignidad humana, base filosófica y jurídica de los 

Derechos Humanos para todos y todas y se solidarice con el intelectual chino, condenado tan sólo por la palabra.

© Escrito por Norma Morandini el Viernes 18/07/2014 y publicado por http://www.normamorandini.com.ar

 

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