Skoda Felicia, el cabrio del este europeo...
Creado en 1957, el Felicia combatió con éxito todos los prejuicios que
existían contra el Este. Crédito: Petr Homolka / Skoda / dpa-tmn
A quienes se les menciona “Skoda”, lo primero que se
les viene a la cabeza son modelos sedán baratos y prácticos. La filial de
Volkswagen no es conocida por el deleite en la conducción. Existe un Octavia RS
con 220 caballos en el que se consigue un poco de aire fresco al bajar la
ventanilla. Pero no existe, por ejemplo, un cabrio, al menos entre los
modelos nuevos.
Sin embargo, quien
busca en Internet entre los autos usados y abre el filtro a los modelos
antiguos, se encuentra con el Skoda Felicia. El nombre se usó
en los años ’90 para designar un modelo pequeño, pero ya en los ’50 y ’60
existía el Felicia, un bonito cabrio nacido en el este de Europa que también
llegó al oeste.
Creado en 1957, el
modelo batió con éxito todos los prejuicios que existían contra el este.
“¿Karmann Ghia, Borgward Isabella, Volkswagen Escarabajo Cabrio? También
nosotros podemos hacer lo que hacen en el oeste”, se decían los desarrolladores
de entonces. Ese era el mensaje subliminal que envíaba el modelo, que
portaba ya la felicidad en el nombre.
Justo 40 años
después del final de su producción, el auto permanece en el recuerdo.
“Tiene una gran base de aficionados”, dice Jens Herkommer, que dirige en
Alemania un taller especializado en viejos Skodas. “En el este el Felicia
siempre fue apreciado porque no había muchos vehículos de ensueño como ése,
pero el pequeño cabrio también fue ganando adeptos en el oeste”, afirma.
El propio Herkommer
compró un modelo tras la reunificación, algo que antes sólo se conseguía “con
buenos contactos o invirtiendo una fortuna”.
Con su diseño
coqueto y su llamativa pintura atrae la atención en los rallies de autos de
época, pese a competir con el Mercedes SL o el Porsche 911. Al menos hasta que
arranca la carrera. Cuando el pelotón se pone en movimiento, se acaba el
esplendor, ya que el motor de 1,2 litros comienza a petardear.
El motor de cuatro
cilindros y cuatro tiempos apenas genera 55 caballos y tarda un buen tiempo
hasta que alcanza los 80 km/h. A los 100 uno siente como si estuviera en un
superbólido por la violencia del viento contra el parabrisas plano y por el
ruido del propulsor bajo el capó.
No extraña, por tanto, que al principio se haga
difícil mantener mucho tiempo pisado el pedal del acelerador y soportar una
velocidad máxima de 130 km/h. También hay que prestar atención al cambio de
marchas en forma de H: la primera es arriba a la derecha y la cuarta, abajo a
la izquierda.
Pero el Felicia
tiene otros atractivos: la falta de potencia la compensa con ligereza y
gracilidad, ya que el vehículo de cuatro plazas sólo pesa 900 kilos.
No se requiere el
estímulo de la velocidad para sucumbir al encanto del cabrio del este.
Es mucho más bonito circular despacio deslizándose por el campo y disfrutando
de un buen paisaje. Entonces es cuando se tiene la calma para apreciar los
deliciosos detalles que introdujo Skoda: la palanca de cambio de marchas que
imita la cerámica, por ejemplo; el cenicero o los bolsillos laterales de las
puertas cosidos a mano.
El actual lema de
la marca, “Simply Clever” (Sencillamente Inteligente), ya se deja ver en el
auto de época: en lugar de un maletero con cerradura, los checos crearon
una palanca en la puerta del conductor, un anticipo del cierre cetralizado.
Mientras la puerta del piloto estaba cerrada, también lo estaba la tapa del
maletero.
Una forma con
encanto, una tecnología casi indestructible, unas características de manejo que
no generan problemas, una cara fresca y la nostalgia de los tiempos del bloque
del este: esos son los motivos por los que el Felicia es un modelo apreciado
entre los amantes de los clásicos, según el experto
Herkommer. “Pero que nadie se preocupe, el mercado es fantástico, aún quedan
muchos ejemplares“, asegura.
Incluso los precios
son relativamente asequibles, dice Herkommer, que tasa un ejemplar en
buen estado sin reparaciones en 10.000 euros (13.750 dólares). Nadie debe
preocuparse mucho de la técnica, ya que aunque el eje trasero y la transmisión
por cardán puedan estar arruinados, se pueden cambiar sin problemas. “Por lo
general el Felicia es indestructible y aún hay muchas piezas de repuesto”, finaliza
el experto.
Link: Skoda Auto
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©
Escrito por Thomas Geiger (dpa) el Lunes
26/05/2014 y publicado por la Revista Parabrisas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires.
Las fotos:
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