Dividir
para reinar…
Revoleando
muñecos, Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes
Cristina
y el paro general. Todo lo que hizo el Gobierno para conseguir que la huelga
fuera masiva. Contradicción y barbarie.
Combatió a la dictadura y al neoliberalismo menemista
codo a codo con Germán Abdala. Es el primer amigo de Lula en la Argentina. Fue
secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado durante muchos
años y sin embargo vive en un departamento de 52 metros cuadrados y de dos
ambientes en Lanús. Se moviliza solo en un Citroën 3CV de 2012 y su celular es
un BlackBerry Curve. Su madre, Bocha, siempre le ruega que se cuide porque no
tiene pelos en la lengua y va al frente para defender a los trabajadores. Se
llama Víctor De Gennaro y tiene autoridad moral para opinar del paro más
contundente que se haya hecho contra el kirchnerismo.
El actual diputado nacional me dijo varias cosas que
ayudan a pensar:
1) Los paros nacionales siempre son contra la máxima
autoridad porque es la responsable de todo lo que ocurre.
2) Hubo un consenso subterráneo que se expresó con
millones de trabajadores que dijeron basta a la dificultad para llegar a fin de
mes, basta de angustias.
3) Si millones de jubilados ganan $ 2.776 está todo
dicho. Yo agrego: en un trimestre la maldita inflación les comió el aumento del
semestre que Cristina anunció con bombos y platillos. ¿Más cifras objetivas? El
50% de los trabajadores gana menos de $ 4 mil.
4) Hugo Yasky demostró que la subordinación a un gobierno
lo llevó a enfrentar a su clase. Perdió el rumbo por criticar la medida de
fuerza.
5) Yo asistí a un congreso de la CUT (Central Unica de
Trabajadores) de Brasil donde el propio Lula, que la había fundado pero que era
el presidente de todos, les pidió a sus compañeros que defendieran a rajatabla
sus intereses frente a las múltiples presiones que tiene un jefe de Estado. Y
la CUT no dudó en hacerle paros al mismísimo Lula (De Gennaro dijo esto en respuesta
a mi pregunta sobre el comentario de Yasky respecto de que “no se le podía
parar a un gobierno que recuperó la vigencia de las paritarias libres”, sin
recordar que los docentes de su gremio dejaron sin clases a millones de chicos
por 17 días).
6) Nosotros tenemos una central aparte de las CGT porque
no compartimos el sindicalismo que vive y piensa como los empresarios (por eso
comencé esta columna con una radiografía de la manera austera en la que vive).
7) Respecto del presunto progresismo de los Kirchner dio
un ejemplo demoledor: en el año 1997, las 200 empresas más grandes explicaban
el 11,6% de la riqueza del país y 104 de ellas eran extranjeras. En 2012, esas
mismas corporaciones reunían el 21,2% de las riquezas y 128 no eran nacionales.
“Mayor extranjerización y concentración de la riqueza”, dijo, y bromeamos sobre
que la fuente, la revista Mercado, no era precisamente un semanario trotskista.
Hubo ridiculeces de todo calibre desde los defensores del
Gobierno. Yasky dijo que el paro fue de la Sociedad Rural, como si ese sector
tuviera semejante poder de convocatoria y movilización entre la clase obrera.
Los más fanáticos reunidos en una solicitada escupieron su pasado combativo y
piquetero diciendo que “hay derecho a huelga pero no a extorsión ni chantaje”.
Entre los firmantes estaban Milagro Sala y Luis D’Elía, que se cansaron de
cortar calles, rutas y de mostrar actitudes violentas. Sólo faltó la rúbrica de
Fernando Esteche, que suele acompañar estos liderazgos: el comandante de
Quebracho está preso.
Cobarde como todo anónimo, el afiche que hizo el gobierno
de Cristina intentó pegar a Luis Barrionuevo con Carlos Menem y Sergio Massa.
Como si el riojano no hubiera votado siempre al Frente para la Victoria en el
Senado. ¿Se olvidó Jorge Capitanich de que fue menemista? ¿Y Cristina no
recuerda a Néstor, su marido, en la inauguración del aeropuerto de El Calafate
cuando colocó a Menem a la altura histórica de Perón? ¿O no son ellos los que
están en el video que puede verse en YouTube? ¿Eran Fátima Florez y Martín
Bilyk con Nito Artaza?
Por eso Hugo Moyano, con picardía de barrio, se hizo un
picnic con los voceros K. Le dijo Quico a Coqui (peor fue Barrionuevo, que lo
chicaneó asegurando que llegó como King Kong y terminó como la Mona Chita) y
después de sacarse fotos con sus nietos, como un buen abuelo, recordó que él
luchó contra el menemismo y la dictadura mientras los del Gobierno estaban
debajo de la cama.
“La única revolución que hicieron fue la recaudadora”,
dijo el jefe cegetista, que le pasó por encima con un camión simbólico a Axel
Kicillof: “Vino con chapa de izquierda y fue a rendirse al FMI. ¿Cuál es la
derecha?”.
Cristina, Tomada y Carta Abierta quedaron en la foto con
Armando Cavalieri y Gerardo Martínez, dos jerarcas sindicales millonarios,
capitanes del modelo noventista y vinculados con la dictadura, uno como espía
del Batallón 601 de Inteligencia y el propio ministro que vio reaparecer algo
que había ocultado prolijamente en su currículum: fue enviado por la dictadura
a la OIT.
Cada vez se nota con mayor nitidez que Jorge Fernández
Díaz tenía razón cuando escribió que nunca el peronismo les habló sólo a las
minorías, como hace esta versión kirchnerista del justicialismo. Tal vez la
indiscreción de Cristina en La Plata explique algo más en eso de “divide y
reinarás”. Dijo que cuando era chica soñaba con ser princesa o reina.
A
confesión de partes, relevo de pruebas.
©
Escrito por Alfredo Leuco el Viernes 11/04/2014 y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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