Cómo (y por qué) se cocinó la renuncia de
Guillermo Moreno…
Virtualmente acorralado, Guillermo Moreno decidió hoy renunciar a su cargo al frente de la Secretaría de Comercio Interior. Lo hizo un día después de haber pedido a la Justicia que lo sobreseyera en el marco del expediente en el que está procesado por multar a las consultoras privadas que difunden datos de inflación.
No fue casual su salida, sino más bien una
de las exigencias de Jorge Miton Capitanich antes de asumir al frente de la
emblemática Jefatura de Gabinete de Ministros. Debilitada, Cristina Kirchner no
tuvo más remedio que entregar su cabeza.
Nadie extrañará su gestión, plagada de
fracasos de diversa índole. Los precios congelados, los planes para todos, la
presión por Papel Prensa, las cosechadoras “míticas” de Angola, la Moreno-Card,
el dólar paralelo, la recuperación de la ex papelera Massuh, y los erráticos
Cedin, fueron apenas algunas de esas decepciones.
¿Qué ocurrirá ahora con las causa
judiciales que jaquean al otrora poderoso secretario? Nadie lo sabe, aunque es
probable que la suerte que supo acompañarlo en estos años, comience a volverse
esquiva.
Por caso, los camaristas K Horacio Cattani,
Martín Irurzun y Eduardo Farah, se han negado hasta ahora a desprocesarlo
penalmente en la causa por amenazas antes referida. Ello a pesar de sus
súplicas persistentes.
No es el único expediente que lo complica:
el juez Julián Ercolini lo investiga también por haber amenazado a los
accionistas privados de la empresa Papel Prensa el día que concurrió a una
asamblea de accionistas de la empresa portando guantes de boxeo.
A esas denuncias debe sumarse la que
iniciarán en unas horas legisladores de la oposición por su inexplicable
crecimiento patrimonial. Es que, según revela su última declaración jurada
—presentada ante la ineficaz Oficina Anticorrupción—, Moreno afirma haber
ganado $469.872,58. Lo suspicaz del asunto es que el ahora ex Secretario jura
haber ganado esa diferencia luego de adquirir títulos públicos en dólares. Uno,
inclusive, se rige bajo ley extranjera.
Hay quienes sospechan que este último dato
no estaría desvinculado de su eyección del gabinete oficial.
Como sea, la suerte de Moreno ha cambiado
de un día para otro y ni siquiera la lejana Italia, donde será designado como
agregado en el área económica, podrá tapar el fiasco que dejó a su paso.
No obstante, hay un dato que no debe dejar
de tenerse presente: Moreno siempre hizo lo que le indicaron Néstor y Cristina
Kirchner. Ergo, su desempeño fue apenas una muestra de sumisión oficial. Mal
que le pese a más de uno, toda la responsabilidad de sus actos persiste en las
oficinas más relevantes de Casa de Gobierno.
El ex Secretario solía decirlo a sus pocos
íntimos: “Soy un soldado de la causa”. Es el lema que llegó a pronunciar en
actos oficiales y que hoy nadie parece querer recordar. Ni dentro ni fuera del
gabinete de Cristina.
En psicoanálisis es un tópico muy conocido
y fácilmente aplicable a esta situación: se denomina “represión de los
recuerdos”.
© Escrito por Christian Sanz el martes 19/11/2013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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