Todo es opinable…
El salario mínimo, vital y móvil es central como
piso de remuneración para evitar el efecto de trabajador pobre típico de la
informalidad, esta vez en el mercado formal.
Por ese motivo, para
aumentar la explotación del factor trabajo, la institución salario mínimo había
sido congelada y finalmente demolida por el neoliberalismo como mecanismo
histórico de protección para los asalariados de menores remuneraciones.
Al respecto, la
Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala: “Durante los años noventa,
en un escenario en que muchos países aplicaron políticas de liberalización y
apertura de los mercados de bienes y servicios y financieros, hubo voces que
también propusieron eliminar el salario mínimo como una forma de dar mayor
libertad a las fuerzas del mercado. Si bien muy pocos países en el mundo se han
aventurado por el camino de la eliminación del SM, no han sido pocos los que
deliberadamente han optado por debilitarlo como piso relevante de la escala
salarial”.
En su historia reciente,
los países del Cono Sur practicaron algunos de estos enfoques, y en su
aplicación debilitaron el instrumento al punto que en muchos casos pasó a
tratarse de una política desprestigiada. En los últimos años, sin embargo, en
su mayoría han dado pasos concretos con miras a recuperar el SM como una
política efectiva para proteger a los trabajadores de más bajos ingresos.
En efecto, luego de una
década de congelamiento y finalmente estrepitosa caída entre 2001 y 2002, el
salario mínimo en Argentina se recompone recién a partir del año 2003 de manera
sostenida, y se alinea con el de Chile y Brasil recién en el año 2004, con
Néstor Kirchner en el gobierno.
Hoy, en línea con la
valorización de la línea de pobreza para un hogar tipo metropolitano y con una
perspectiva inflacionaria en torno del 20 por ciento anual promedio y 25 por
ciento en alimentos y bebidas, no cabe duda de que el nuevo salario no podía
ser inferior a los $ 2.875 mensuales.
Se logró con este
aumento, ya que no recomponer, preservar el poder adquisitivo de la institución
salario mínimo.
Mucho ha dicho la
oposición política y los medios que adversan al Gobierno sobre la caída del
poder adquisitivo del salario mínimo. Todo es opinable, pero tratando de
objetivar la discusión, es tradicional que una de las medidas para analizar el
poder adquisitivo del SMVM es comparar su monto con la capacidad de adquirir
kilos de pan francés común.
El gráfico que abre la
columna, construido en parte con parte de los datos que ofrece un interesante
trabajo de Leandro M. Cárcamo Manna, titulado “El salario mínimo en Argentina.
Evolución, alcance y efectos (1980-1997)”, muestra la evolución del SMVM medido
en kilos de pan, que es similar al de las otras series, en especial canasta
básica de indigencia, en el lapso de recuperación democrática, hasta el inicio
de la recesión del año 1997.
No se incluyen datos
correspondientes al lapso modelado por la crisis del neoliberalismo en 2001, la
salida megadevaluatoria post 2002 y la lenta recuperación de SMVM desde 2003,
primero por decreto y luego por ley, donde la relación SMVM/kilo de pan, aun
mejorando paulatinamente, en muchos casos aún caía por debajo de los promedios
históricos, e incluso en el año 2002 rozaba los límites inferiores de inicio de
los 90.
Del análisis del gráfico se desprende que el máximo poder
adquisitivo se registró en mayo de 1984, con 252,5 kg por mes u 8,417 kg de pan
por día. El punto mínimo del SMVM medido en kilos de pan acontece en septiembre
de 1990, donde con el SMVM se podía adquirir sólo 4 kg de pan por mes o su
equivalente diario de 0,130 kg diario.
Esta última cifra denota
adicionalmente que el salario mínimo, en ese mes, era insuficiente para poder
satisfacer las necesidades de alimentación de las familias más pobres medida en
canasta básica, signo inequívoco del impacto hiperinflacionario muy negativo
socialmente, de la salida del gobierno de Alfonsín e inicio del ciclo
menemista. Con respecto a la situación actual, con $ 2.875 de SMVM y
considerando los datos oficiales y los alternativos relevados por diarios del
interior o porteños, que sostienen que si bien para el Indec el kilo de pan
francés común cuesta $ 3,80, en las medias nacionales se pacta su compra a $
9,50.
Con el actual SMVM se
adquirirían:
- Indec: 756 kilos de pan francés común.
- Media nacional mercado: 302 kilos de pan francés común.
En ambos casos, el actual
salario mínimo ubica por sobre el máximo histórico el poder adquisitivo del
SMVM medido en kilos de pan anterior a mayo del año 2003 y en línea con el
registrado en los años 2009 y sucesivos, donde se podía adquirir 300 kg de pan francés
blanco a precios de mercado.
© Escrito por Artemio López, Director Consultora
Equis y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el
viernes 31 de Agosto de 2012.
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