Orden de destruir...
Aló Cristina. La Presidenta, en Cadena Nacional. Dibujo: Pablo Temes.
Apunten contra Scioli. Cómo sigue la ofensiva oficial contra
el gobernador bonaerense. Las presiones para que sea diputado.
Tengo al Gobierno nacional, a la Legislatura y a la Justicia
en contra. El único apoyo es el de Moyano”, le escuchó decir a un angustiado
Daniel Scioli uno de sus habituales interlocutores. Ese es su presente,
preludio de un futuro que la Presidenta intentará hacerle cada vez peor. La
batalla final está planeada para 2013. El hecho clave será la confección de las
listas de candidatos a diputados para las elecciones legislativas. Esa será la
hora de la verdad. La Presidenta pretenderá ser quien tenga la exclusividad del
armado de la lista del Frente para la Victoria. Hay voces del oficialismo que
señalan que la idea es obligar a Scioli a integrar esa lista para luego, una
vez electo diputado, forzarlo a asumir la banca y renunciar a la Gobernación.
Nadie sabe qué hará él, a quien las encuestas lo siguen mostrando mejor
posicionado que a Cristina Fernández de Kirchner.
La orden de destruir a Scioli es terminante. La decisión de
humillarlo, también, algo que la Presidenta hace con evidente placer. Cuenta
para esa tarea con un arma insuperable, la cadena nacional, y con soldados
fieles, entre los que se destaca Gabriel Mariotto. Esta semana el vice se
encargó de hacer las cosas un poco más difíciles para el gobernador al
recordarle que no podrá usar la Ley de Emergencia Nacional porque es un recurso
al que la Provincia viene recurriendo desde hace ya diez años.
Nadie sabe cuánto aguantará el manejo a lo Scioli que el gobernador
está haciendo de esta encerrona en la cual, aprovechando los agujeros de su
gestión, lo ha colocado la Presidenta. Lo que está claro es que se acercan
momentos decisivos para la definición de su futuro. De imponerse el plan de
Fernández de Kirchner, la carrera de Scioli estará finiquitada. “Si quiere
postularse, inexorablemente deberá romper con nosotros; nunca será nuestro
candidato”, señala con firmeza una de las voces del kirchnerismo que en estos
días formó parte del coro polifónico “Péguenle a Scioli”.
Es cierto que muchas voces dentro del Gobierno le venían
advirtiendo al gobernador la necesidad de poner límite al creciente déficit de
su administración provincial, la que, por otra parte, nunca conformó a la
Presidenta. Es cierto también que varios ministros reconocen que la
administración de Scioli carece de una estrategia de gestión y que, en cambio,
lo que abunda es el desorden y el mero voluntarismo. Pero lo cierto es también
que las cosas no fueron muy distintas con sus predecesores y que, hasta
diciembre del año pasado, nadie dentro del Gobierno nacional osaba decir
algunas de estas cosas con las que hoy lapidan a Scioli. ¿Y entonces? En la
respuesta aparece la pelea por 2015.
Lo dramático es que las consecuencias de la disputa las está
pagando y las seguirá pagando la ciudadanía. Una de las incógnitas más fuertes
que surgen a partir de esta crisis apunta a saber cómo será el segundo semestre
en la provincia. Si para este primer semestre están existiendo las dificultades
que son de dominio público para pagar el medio aguinaldo de los empleados
públicos provinciales, cabe interrogarse
qué pasará en diciembre con un cuadro de enfriamiento de la economía más
acentuado.
El microclima que se vive en el círculo íntimo del Gobierno
es novelesco. Los enojados con Guillermo Moreno ya constituyen un minielenco
estable. Ahí conviven el ministro de Economía sin poder político, Hernán
Lorenzino, la ministra de Industria a la que se le fueron sus secretarios
principales, Débora Giorgi, el ministro de Planificación que tiene cada vez
menos poder, Julio De Vido, y también la presidenta del Banco Central, Mercedes
Marcó del Pont, que en los reportajes que concede insiste en que están los
dólares que la realidad niega. El último deporte de Lorenzino –¡al fin sabemos
que tiene algo que hacer!– es haber puesto en su Twitter un reloj que va
marcando los días, las horas y los segundos que faltan para hacer efectivo el
pago del Boden 2012, un negocio fenomenal para sus tenedores. Un hecho
llamativo: a cualquier otro gobierno que hubiera hecho lo mismo con tanto
encomio, desde los sectores del progresismo enrolados hoy en el más furioso
kirchnerismo lo habrían defenestrado. Otra curiosidad de este momento tiene que
ver también con ese pago. El Gobierno lo presenta como un acto de
desendeudamiento cuando, en realidad, es exactamente lo contrario, ya que
pagará esa deuda contrayendo otra deuda, en este caso con el Banco Central, que
le cederá al Tesoro los dólares necesarios para concretar esa operación.
En la semana quedó concretada la partición de la CGT. Fue la
crónica de una ruptura anunciada. El Gobierno ya puede ufanarse de una división
más: comenzó por la CTA –hoy partida en dos– y siguió por la CGT –hoy dividida
en tres–. El debilitamiento de Moyano es evidente. Los aprietes a quienes a
último momento no lo acompañaron son prácticas comunes del manual de usos y
costumbres del kirchnerismo. La contradicción, en este caso, también incluye a
Moyano quien, hasta octubre pasado, formó parte de esa maquinaria del apriete
de la que se benefició. En su discurso del jueves, el líder camionero denunció
muchas de esas cosas que antes avaló. No habrá piedad para con él.
Producción periodística: Guido Baistrocchi.
© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 14 de Julio de 2012.
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