Gibraltar y Malvinas: similitudes y diferencias...
A inicios del siglo XX, Gran Bretaña poseía el mayor
imperio que la historia moderna recuerde. Por entonces treinta millones de
kilómetros cuadrados eran controlados desde Londres, extensión equivalente a un
cuarto de la superficie mundial. Era posible atravesar el continente africano
desde el Mar Mediterráneo hasta el Cabo de Buena Esperanza sin abandonar los
dominios de la corona. Con el correr del siglo, Gran Bretaña fue perdiendo
progresivamente sus dominios. La Segunda Guerra Mundial y el posterior proceso
de descolonización fueron determinantes para la desintegración imperial. Hoy en
día, ya entrados en la segunda década del siglo XXI, los británicos conservan
algunas joyas de su antiguo imperio. Estos enclaves, diseminados a lo largo y
ancho del globo, permiten al observador comprender la dimensión del poder que
alguna vez fue administrado en Londres.
Si bien los territorios ultramarinos que Gran Bretaña aún posee son
catorce, en esta oportunidad me detendré en dos de ellos con el objetivo de
hacer un análisis comparativo: Malvinas y Gibraltar.
El primer aspecto a comparar es el factor estratégico, el cual
probablemente encarna la mayor similitud entre estos dos espacios. Las Islas
Malvinas o Falklands se encuentran en el Atlántico Sur. Su ubicación
geográfica, cercana al Cabo de Hornos, permite una inmejorable plataforma para
el control, o al menos monitoreo, de las rutas marítimas que vinculan el
Atlántico y el Pacífico. Si bien el comercio interoceánico transita
mayoritariamente por el canal de Panamá, si esta vía se viese interrumpida, la
ruta del Atlántico Sur cobraría una importancia superlativa. La posible
existencia de recursos naturales en el espacio marítimo que circunda a las
islas y la eventual proyección de la soberanía británica sobre la Antártida
terminan de dar forma al incalculable valor estratégico de este archipiélago.
La situación en Gibraltar es de características similares. El peñón es un
enclave fundamental para controlar el ingreso y egreso en el Mar
Mediterráneo. Este estrecho es uno de los más transitados del planeta, no
solo por los buques europeos que salen al Atlántico, sino también por el
comercio marítimo que viaja desde Asia central (vía Suez) hacia América. Al
igual que en Malvinas, Gran Bretaña opera una base militar permanente en
Gibraltar.
Otra similitud importante entre estos dos territorios es el extraordinario
nivel de vida del que gozan sus habitantes. En ambos casos se trata de
poblaciones con índices de criminalidad cercanos a cero y un ingreso por
habitante que se encuentra entre los más altos del mundo.
¿Cuál es la característica de una y otra disputa? La Argentina reclama
soberanía plena sobre Malvinas: el argumento de Buenos Aires es que Gran
Bretaña ocupa ilegalmente las islas desde 1833 y demanda que Londres se siente
a negociar tal cual lo establece la resolución 2065 de Naciones Unidas. La
guerra de 1982 fue un acontecimiento determinante para el curso del conflicto y
dio por terminada cualquier posibilidad de que las partes traten en forma
diplomática la cuestión de la soberanía. El caso de Gibraltar es similar: el
enclave fue ocupado por los británicos dentro del marco de la guerra de
sucesión española de inicios del siglo XVIII. En la década de 1960 la disputa
fue llevada por Franco a Naciones Unidas y, al igual que Malvinas, Gibraltar
fue categorizado por la ONU como un territorio no autónomo que debe ser
supervisado por el Comité de Descolonización.
Durante los últimos meses, ambos asuntos han retornado a los titulares de
la prensa mundial por motivos diferentes. El Gobierno de Cristina Fernández de
Kirchner resucitó la disputa con Gran Bretaña con motivo del trigésimo
aniversario de la guerra de 1982. Utilizó la cuestión como una herramienta de
política interna, apelando a la sensibilidad y al legítimo nacionalismo de la
sociedad argentina. En lo que respecta a Gibraltar, las noticias recientes
giran en torno a barcos españoles que desarrollan actividad pesquera en aguas
en disputa y muy cercanas al peñón. La situación derivó en encuentros con algo
de tensión entre la Marina Real Británica y la Guardia Civil Española.
¿Qué podemos esperar para el futuro? Existen diferencias entre una y otra
situación. En el caso de Malvinas, las posibilidades de un cambio de manos en
la administración son de muy bajas a inexistentes. El único dialogo entre
Buenos Aires y Londres es de carácter confortativo, la Argentina es un país de
escasa importancia política en el escenario internacional, nula capacidad
militar y su diplomacia ha cambiado el rumbo incontables veces en las últimas
décadas, haciendo imposible cualquier avance concreto. Por otro lado, en el
caso de Gibraltar, si bien también es muy poco probable o quizás imposible que
los británicos se retiren del peñón, sí existen mayores niveles de cooperación.
España y Gran Bretaña son socios en la Unión Europea y han logrado construir un
ente tripartito compuesto por sus gobiernos y las autoridades gibraltareñas. El
mismo persigue el objetivo de avanzar en las negociaciones y ha alcanzado
algunos resultados, entre los que se destacan el uso compartido del Aeropuerto
y la cooperación en aspectos relativos a los pasos fronterizos y las
telecomunicaciones. El acercamiento entre estas dos naciones permitió inclusive
que a inicios de 2001 España y Gran Bretaña estuvieran cerca de discutir la
posibilidad de una eventual administración territorial compartida,
acontecimiento inédito en los últimos 300 años. Finalmente, el proyecto no
prosperó y fue desechado por el absoluto rechazo de la población local.
De todas formas, y a pesar de los matices y diferencias entre uno y otro
caso, no debemos olvidar que Gran Bretaña y, por sobre todo, sus
incondicionales aliados norteamericanos, se encuentran muy cómodos con la
posesión de estos estratégicos enclaves militares. A pesar de la crisis
económica internacional y los cambios que afronta el sistema internacional con
el ascenso de China y otras potencias, Estados Unidos continúa siendo el país
más poderoso de la Tierra. Su histórica e indestructible alianza con los
británicos, sumado al deseo de las poblaciones locales de seguir perteneciendo
a Gran Bretaña, hacen que cualquier cambio en el statu quo de Malvinas o
Gibraltar se torne realmente muy poco probable.
© Escrito por Santiago Pérez y publicado por
plazademayo.com el jueves 14 de Junio de 2012.
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