Algo no funciona…
“While my guitar gently weeps." Amado
Boudou. Dibujo: Pablo Temes.
El Gobierno ataca y
fortalece a los atacados: Scioli, Macri, Randazzo, Moyano y Binner. La caída de
imagen de CFK.
El plan “Maltrato para todos”, como un búmeran, logró los
resultados opuestos a los buscados porque fortaleció políticamente a quienes
fueron atacados. Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Mauricio Macri, Hugo
Moyano, Hermes Binner y la agrupación Barrios de Pie probaron, en distintas
dosis, la amarga medicina castigadora de Cristina pero salieron mejor parados.
El clima es de un fastidio generalizado y, en consecuencia,
todos los dirigentes y funcionarios han decrecido en su imagen positiva. Scioli
bajó muy poco y Macri se mantuvo en su distrito pero se deterioró en el resto
del país. La más afectada es la Presidenta que, desde diciembre, descendió 17
puntos porcentuales. Pero también es cierto que Cristina conserva un sólido 53%
de opiniones favorables y que ante la insólita pregunta de “a quién votaría a
presidente este domingo”, el 11% respalda a la actual jefa de Estado y que
Macri, Scioli y Binner vienen atrás, aunque no muy lejos. Otro dato clave:
nadie capitaliza el deterioro. Falta tanto para que haya que tomar esa decisión
que más del 40% se da el lujo de decir que “no sabe/no contesta”.
Estos datos, de una de las consultoras más rigurosas, ya
tienen diez días de antigüedad, registran el resultado negativo de la masacre
ferroviaria de Once, las sospechas de corrupción de Amado Boudou, el
reaccionario reto a los docentes “vagos” y el incomprensible deporte de tirarse
con el subte porteño por la cabeza. Todavía no hay impacto del encarecimiento
de las facturas de servicios porque recién están llegando. En la lista de las
preocupaciones, han trepado rápidamente tanto la inseguridad como la inflación.
El cristinismo puro bonaerense que lidera Gabriel Mariotto
le propinó un cachetazo legislativo al gobernador. Adquirió la forma de un
pedido de informes sobre las relaciones de la empresa Boldt y la provincia. Fue
impulsado por José Ottavis y Juan de Jesús. Uno lidera La Cámpora, vive en
Nordelta y antes militó con Hugo Franco, ex funcionario de Menem; y el ex
intendente del Partido de la Costa hoy responde a Amado Boudou, que integró su
gabinete cuando ambos apoyaban la versión riojana del neoliberalismo. Muchos
oficialistas fueron obligados a firmar. Ya se sabe que el kirchnerismo logra
por violación lo que puede hacer por seducción. Los sciolistas y los
legisladores que responden a Randazzo se sintieron humillados y resolvieron
trabajar en conjunto. Los más audaces, incluso, hablan de un encuentro secreto
entre Scioli y Randazzo donde se juraron ayuda mutua frente el embate
camporista (¿o cristinista?). Por ahora no van a romper el bloque, pero ya se
empiezan a articular como corriente interna. Hay que recordar que el sciolismo
solo tiene el 10% de ambas cámaras. Pero ya se estructuró La Juan Domingo,
agrupación que no fue bautizada La Ballestrini sólo por respeto a su familia.
El pedido de informes para sugerir que Scioli y Randazzo son enemigos de Boudou
incluyó un despropósito que sería desopilante si no fuera grave. En uno de sus
puntos le piden a Scioli que explique “la evolución por ventas y las ganancias
obtenidas” por la empresa. Legalmente, el gobernador no puede ni debe saber ese
dato. A lo sumo le corresponde a la agencia de recaudación (ARBA), que cometería
un delito si revela esas cifras.
La actitud caprichosa y autodestructiva de Cristina logró
que Moyano y Macri se instalaran como víctimas. Ambos casi le rogaron
públicamente, y en varias ocasiones, que los recibiera. La única respuesta fue
el silencio. Ellos volvieron a la carga con una verdad: es una actitud
discriminatoria con una gran porción de los trabajadores y con por lo menos el
64% de los “capitalinos”, como los llamaba Néstor. Una cosa es no acceder a sus
reclamos y otra muy distinta es cerrarles la puerta en la cara.
Hace un par de meses, Macri era un moderado de perfil bajo y
Moyano estaba a la defensiva. Pero hoy ambos se plantaron. Moyano está
envalentonado porque sabe que los números de los congresales le sonríen. El 12
de julio será reelecto como jefe máximo de la CGT. La única preocupación que
tiene es la versión reservada que dice que en estos días le van a tirar
nuevamente con un carpetazo de la Justicia caratulado “Covelia-lavado de
dinero”. Por eso el camionero dijo que La Cámpora le “estaba preparando una
cama”. En la cima del poder dudan respecto de si les convendría meter preso a
Moyano. Se imaginan una Plaza de Mayo repleta de trabajadores pidiendo por su
libertad y les corre frío por la espalda. Recuerdan que Gerónimo Venegas les
duró un fin de semana adentro. Y el representante de los peones rurales tiene
menos poder real y simbólico que Moyano, quien junto a Saúl Ubaldini son los
dos caudillos sindicales más importantes desde la recuperación democrática.
Antonio Caló no aceptará una candidatura que deje afuera a Moyano. Tendría que
justificar el ajuste y afuera se estructuraría una versión nueva del MTA
recargada con Luis Barrionuevo, Venegas y muchos gremios más que encabezarían
los reclamos en las calles. No es negocio para Caló, que puede llegar a perder
hasta la UOM.
El último discurso de Moyano fue ferozmente opositor. No
sólo por solidarizarse con la huelga general de España (aquellos dirigentes
sindicales aparecían en fotos con el puño cerrado en alto) sino porque amenazó
con recuperar la plaza frente a la Casa Rosada como territorio de la protesta
obrera.
Julio Piumato tampoco se privó de decir que el Gobierno (que
hasta hace unos meses era “su” gobierno) desató una caza de brujas contra ellos
y que el aparato propagandístico del kirchnerismo lo censura.
La ministra Nilda Garré intentó hacer cargo a Binner de los
cortes protagonizados por Barrios de Pie. El líder progresista fue cauto pero
certero cuando le recordó a Garré que “pertenece a un gobierno que fomentó los
cortes, incluso de puentes internacionales”. Pero el coordinador del movimiento
social se despachó con todo. Explicó que ellos son discriminados con los planes
y en las cooperativas porque no son oficialistas. Y le recomendó a Garré que se
ocupara de la creciente inseguridad en los sectores más pobres, donde hay una
fuerte complicidad policial.
La crónica de los fracasos anunciados de las políticas
energética y de transporte, y el freno infantil a las importaciones, más la
lentitud de una gestión verticalizada como nunca sembraron el camino de
obstáculos. La reacción de defenderse atacando fue ayudando a construir con más
claridad a los opositores. No se puede pedir la rendición incondicional del
adversario mientras se está retrocediendo. Algo no funciona.
© Escrito por Alfredo
Leuco y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el
viernes 30 de Marzo de 2012.
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