El pacto sindical militar y el decreto 4/2010...
SITRAIC (Sindicato de los Trabajadores de la Industria de la Construcción), junto a varias organizaciones de derechos humanos, se han presentado como querellantes denunciando la pertenencia, como personal civil de inteligencia del Batallón 601 en el período 1976/1983, de Gerardo Martínez, actual secretario general de la UOCRA. Dicho Batallón ya ha sido definido como parte de un Estado criminal de aquellos años. La querella solicita la instrucción de un sumario, la inmediata detención y la declaración indagatoria ya que la mera pertenencia funcional a esa estructura merece sin más establecer la relación entre Gerardo Martínez y víctimas de tortura y desaparición de trabajadores de la construcción.
Han pasado ya casi treinta años, desde la derrota de Malvinas y la imposibilidad de aquella dictadura de perpetuarse en el poder, han pasado casi treinta años del levantamiento de la clandestinidad de la actividad política, de aquellas denuncias sobre un Estado criminal y de la necesidad más absoluta de reinstaurar la democracia. Sin embargo, muchas cosas aún no se conocen en este proceso democrático. La democracia es un sistema que tiene entre otros pilares el respeto irrestricto a los derechos humanos, respeto que se cimenta día a día con memoria, verdad y justicia que nos plantea permanentemente nuevos desafíos, la de devolverles su historia a los desaparecidos y la de darle mayor visibilidad a quienes hasta hoy solo son un listado en la memoria colectiva. El SITRAIC se ha tomado una tarea, la de detectar quiénes en ese listado eran trabajadores de la construcción: 105 obreros de la construcción, apareciendo así, señalados, desde el Batallón 601, donde tiene legajo Gerardo Martínez. Frente a los indicios la Justicia ahora tendrá su tiempo y una balanza que vendrá a poner o no en tela de juicio la participación de sindicalistas durante la última dictadura, una participación que no es periférica de comprobarse tal relación.
El Decreto 4/2010 de la presidenta Cristina Fernández pasó desapercibido y es de nuestro interés darle relevancia parlamentaria; tal decreto desclasifica la información referida a aquel Batallón durante la dictadura. Antes de esto cada juez debía en cada causa pedir autorización al Ejecutivo para avanzar en la información. Para que sigan “apareciendo” es necesario darnos una tarea de difusión de acceso rápido y simple a los legítimamente interesados, a quienes aún no han podido reconstruir el pasado.
Sería muy importante impulsar desde este parlamento la actualización del listado de desaparecidos en la reedición del Nunca Más, así como anexar el listado de represores y la nómina de personal afectado al Batallón 601 sobre la que ya se ha trabajado en varias causas y el acceso de dicha documentación desclasificada en la Web de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación; de no ser así estamos hablando de un decreto mudo.
Han pasado treinta años de lo que entonces parecía una locura, la participación de sindicalistas en actividades criminales del Estado, el llamado pacto sindical-militar. Treinta años para detectar el primer indicio de aquella denuncia de quien luego fuera presidente de los argentinos, Raúl Alfonsín.
Es necesario volver a plantearse la democracia como estado perfectible, como herramienta evolutiva de una sociedad, una democracia que supere el estadio eleccionario y retome su carácter participativo y ciudadano, una democracia que no debe permitirse el lujo de seguir mirando de reojo el modelo sindical y apañando oscuras relaciones con aquel Estado criminal; debemos preguntarle al Gobierno nacional cuántos archivos quedan por desclasificar, cuántos listados, legajos y destinos siguen gozando de impunidad bajo el secreto de un Estado, esta vez democrático. Debemos seguir profundizando, no se tolera ni un solo paso atrás, la política viene para distribuir poder, para eso queremos una democracia republicana, que no negocia con sectores y que construye su soberanía sobre dos columnas: el respeto irrestricto a los derechos humanos y la soberanía popular. La democracia y su profundización nos devolverá un país grande para las generaciones venideras. Si por el contrario todo es uso, abuso, manipulación e impunidad, habremos renunciado a nuestros mejores sueños.
En el caso en particular, justicia. En la profundización de la democracia: libertad sindical.
© Escrito por la Diputada Nacional de la UCR y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 17 de Junio de 2011.
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