Moseñor Héctor Aguer... De Alguna Manera...

Un activista contra la educación sexual...

Conservador. El arzobispo de La Plata calificó de “neomarxista” un manual escolar.

Monseñor Héctor Aguer, principal candidato para suceder a Jorge Bergoglio al frente de la Iglesia argentina, tiene un alineamiento ideológico directo con el pensamiento de Joseph Ratzinger, el actual papa Benedicto XVI. Sin dudarlo, Aguer hizo propias las denuncias de Ratzinger contra la supuesta vigencia en Occidente de una “dictadura del relativismo”, una polémica definición que englobaría al pensamiento político opuesto al fundamentalismo religioso.

Bajo la misma etiqueta de relativismo, Ratzinger agrupó al “marxismo y el liberalismo” en sus tiempos de decano del Colegio cardenalicio. Militante antiabortista y referente de los sectores más conservadores de la Iglesia, Aguer llegó a calificar de “neomarxista” un manual de educación sexual.

Dos meses atrás, Aguer repitió el concepto de la “dictadura del relativismo” durante una aparición televisiva y aseguró que los “activistas en contra del orden natural se encuentran ahora en las estructuras del Estado; desde ellas hacen y harán uso de su poder para imponer la ideología del género y arruinar, si pueden, los fundamentos del orden social”. La alusión al “género” expresa también la resistencia de Aguer a las reivindicaciones del lugar de la mujer en los ámbitos tradicionalmente dominados por los hombres.

En medio de la polémica mundial por las denuncias de abusos sexuales a menores por parte de sacerdotes, el arzobispo de La Plata enmarcó los sucesos en “una campaña de descrédito de la Iglesia para minar su credibilidad”.

Licenciado en Teología, Aguer fue ordenado sacerdote para la Arquidiócesis de Buenos Aires el 25 de noviembre de 1972 por el cardenal Aramburu, cuestionado por su connivencia con la dictadura. Dentro de los cortes políticos que atraviesan a la Iglesia, Aguer tiene buenos vínculos con el gobernador Daniel Scioli.

© Publicado por el Diario Crítica de la Argentina el sábado 3 de abril de 2010.


Nota del redactor:

Monseñor, con su debido respeto... Estoy seguro que Usted y Yo nos encontraremos en el Infierno, donde se me ha asignado la Fila 7, Asiento 7... Espero tenerlo lejos de esa ubicación... Me dan "temor" los pensamientos pecaminosos...