jueves, 31 de diciembre de 2009

Los Ángeles van al Cielo... ¿No... Mónica?... De Alguna Manera

Mónica Carranza, fundadora del comedor "Los Carasucias", murió hoy.

Mónica Carranza, fundadora de la Fundación "Los Carasucias", falleció hoy a los 63 años a causa de un cáncer con el que luchaba hacía tiempo.

Ejemplo de solidaridad con los más necesitados y elegida "mujer del año" en 1997 por la obra que construyó en el barrio de Mataderos. "Una cosa es hablar del hambre y otra cosa es sentirlo", era una de sus frases de cabecera.

Mónica nació en Parque Patricios. Después de la muerte de su padre, cuando tenía nueve años, vivió en la calle y luego ella y sus once hermanos ingresaron en internados y diferentes institutos de menores, de donde se escapó.

Tras pasar varios años a la intemperie, se casó y fundó su propia casa - comedor "Los Carasucias", donde a diario comen 2.500 familias y reciben refuerzos alimentarios más de 1.500 chicos desnutridos y enfermos de Sida, diabéticos, tuberculosis y otras enfermedades.

Madraza. "Ella era una persona especial, luchó mucho de chica en la calle", afirmó a TN su hijo Roberto. "Hoy antes de las 5 am me dijo: 'Negrito, quedate con los chicos, dale para adelanté'", recordó. Sus últimas palabras fueron sobre los chicos del comedor, a los que ayudo como una "madraza".

Pero su lucha diaria no pudo contra el cáncer. "Ella pensó que podía ganarle", esgrimió emocionado su hijo, que la definió como "el alma" de la fundación y una madré "única".

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el lunes 28 de Diciembre de 2009

domingo, 27 de diciembre de 2009

Soldados de Malvinas Torturados por argentinos... De Alguna Manera

Guerra de Malvinas: Se reactivan causas por torturas...

Unos 150 testimonios nutren las 79 causas que acusan a decenas de militares por estaqueos, lesiones graves y enterramientos.


Cerca de 150 testimonios nutren las 79 causas que investiga la jueza federal de Río Grande, Liliana Herraez, sobre torturas y vejaciones en la guerra de Malvinas, que incluyen la muerte por hambre de dos soldados, y que tienen a decenas de militares como acusados.

Herraez investiga los casos de homicidio, abandono de persona, sometimiento a torturas consistentes en estaqueos a la intemperie por largo tiempo, padecimiento de hambre y frío, enterramientos, golpes, lesiones graves y reducción a la servidumbre, entre otras prácticas aberrantes.

Las causas recibieron un fuerte respaldo este año con la declaración de delitos de lesa humanidad, imprescriptibles, por parte de la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia.

El recurso de uno de los imputados, el ex subteniente Jorge Taranto -acusado por las muertes-, fue aceptado por la Cámara Nacional de Casación Penal número 1 de Buenos Aires; pero la medida aún no fue comunicada a las partes y no afectó la marcha de los juicios.

Este tribunal sostuvo que los delitos de lesa humanidad implican "ataque sistemático o generalizado a una población civil", lo que no ocurrió en los casos de Malvinas.

José Martín Araníbar, ex combatiente y coordinador de las presentaciones de los casos de todo el país en Río Grande, cuestionó ese fallo y afirmó que "los soldados sí eran civiles, que el Estado convocó a la guerra ante un enemigo externo, a los que debió cuidar pero, por el contrario, sometió a estas vejaciones".

De quedar firme esa sentencia -agregó-, los promotores de los juicios recurrirán a la Corte Suprema de Justicia e incluso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, "si es necesario".

Taranto fue acusado por el ex combatiente Daniel Martires González por su responsabilidad en la muerte de hambre de los soldados Juan Quintana y Remigio Fernández, además de propiciar estaqueamientos de otros combatientes argentinos.

"Quintana estuvo 40 días tirado en una carpa y él estaba a diez metros de esa carpa y no hizo nada", expresó González en diálogo con Radio Fueguina de Río Grande, agregando que Taranto también lo agredió a él.

"Taranto usó su pistola para obligarme a hacer prácticas militares, usó su baquetón de acero que se usa para limpiar los fusiles para pegarme, para que le dijera quién le robó el dulce de membrillo y el cartón de cigarrillos, y después lo mandó a estaquear a Rosendo Prado", expresó el ex combatiente.

Además de Taranto, otro de los acusados directos es el teniente coronel Daniel Delfor Polano, y otros jefes a los que atribuyen responsabilidad por su jerarquía militar en la guerra, como el ex guardiamarina Carlos Ricardo Bianchi y el ex teniente Juan Magrabaña.

Araníbar estimó que después de la feria de verano los juicios recobrarán fuerza y la jueza Herraez recibirá testimonios claves.

"Incluso recientemente fueron al juzgado los coordinadores del Programa Nacional Verdad y Justicia, Elena Mariani y Juan Manuel Figueroa, que recorren los tribunales constatando que las causas de este tipo sigan su camino", señaló.

Además, días atrás se presentó como querellante en el juzgado fueguino la secretaria de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Sara Derotier de Cobacho, junto al abogado Eduardo Reczes, del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas de La Plata (CECIM), actuación en la que sumaron otros 20 testigos.

EL TESTIMONIO DE UN CURA. Entre los testigos que presenciaron actos de torturas y vejaciones en la guerra de Malvinas se encuentra el padre Vicente Martínez Torrens, autor del libro "Dios en las trincheras".

El sacerdote fue capellán de las Fuerzas Armadas durante la guerra y en su libro describe con crudeza estos delitos e incluso los ilustra con fotografías, entre otras de soldados escuálidos por hambre.

En la página 69 refiere concretamente a uno de los estaqueados y señala que pidió su liberación, sin ser atendido.

También relata otro caso en el que le llevó un Rosario, bendecido por el Papa, de regalo a un conscripto que cumplía 19 años, pero dice que no pudo entregarlo porque delante de él un jefe militar lo estaqueó por "blandito" -sin razón alguna- y lo dejó castigado sin comida.

"Todo esto sucedió en Malvinas y debe contarse, debe alcanzarse la verdad antes que nada, porque hay alguien arriba que nos está mirando", señaló el excombatiente José Martín Araníbar, uno de los impulsores de los juicios.

© Agencia Telan. Publicado en el Diario Crítica de la Argentian el domingo 27 de Diciembre de 2009.

El hijo del pueblo... De Alguna Manera...

El Hijo del Pueblo...

Pronto cumplirá 9 años. Casi la misma cantidad de tiempo que demoró la Justicia en resolver su destino, por un caso de adopción. Gabriel, el niño de La Pampa por el que se movilizó toda una comunidad
.

Veintidós de abril de dos mil cinco.

Escondido en algún lugar de la luna, con una sonrisa cómplice, Juan dibuja dinosaurios montados sobre nubes espesas y brillantes que luego soltará, para regocijo de Gabriel, sobre los cielos de cálidos atardeceres de Parera, un apacible pueblito rural de 1800 habitantes en el norte pampeano, 200 kilómetros al norte de la capital provincial.

No hay atardecer en Parera en que Gabriel no levante su cabeza rapada y morena para clavar sus ojos en los dinosaurios. Y ahí se quedará, extasiado como en el mejor de los cuentos, para descubrirlos, para gritarle a Juan, su papá del corazón, "ahí va uno, ahí va otro..." Juan no lo escucha. Está escondido en algún lugar de la luna. Pero Gabriel lo ve. Dice que es el único que puede verlo. Y cuando dice que no lo ve en la luna, de tan bien escondido que está, lo presiente en la casa: "Hay olor a papá", le susurra al oído a Nelly, de 50 años, empleada doméstica, su mamá del corazón.

Como todos los ocasos de abril, el sol cae lento como un telón viejo sobre el pueblo, que no entrega más sonidos que el traqueteo de un carro viejo, el canto triste de un cardenal enjaulado, las campanadas de las seis sonando como a trueno en medio de un silencio de misa, y poco más que eso. Sobre las calles de tierra del barrio de Nelly, tibios ventarrones arremolinan hojas de acacias y de paraísos, las levantan como si nada y las arrastran en una burbuja de polvo gris hasta perderse pocos metros más adelante. Por ahí, despreocupado, anda Gabriel, ajeno a lo que está por suceder.

Ese día, el Juzgado del Menor y la Familia de General Pico, La Pampa, a cargo del doctor Luis Alberto García, les notificará a Juan y a Nelly Becerra de Biocca -familia inscripta en el Plan Nacional de Familias Sustitutas- que Gabriel, en el momento de sólo 4 años, va a ser entregado en adopción a una familia de Miguel Cané, un pueblo vecino de Parera, y que en el transcurso de un mes y medio los Biocca deberán cumplir con esa resolución.

Gabriel nació en Ingeniero Luiggi, La Pampa, el 16 de abril de 2001. Dos meses más tarde fue internado de urgencia en el hospital de General Pico. Había ingresado con signos de mala alimentación, con una costilla fracturada y un pulmón perforado por causa de esa costilla rota. El diagnóstico indicaba un fuerte golpe, como un puñetazo en el centro del pecho o aplastamiento con las manos. Inmediatamente de conocido el episodio, sus padres, que vivían en Ingeniero Luiggi, un pueblo vecino de Parera, fueron detenidos y procesados por maltrato. La causa, caratulada como "lesiones graves", recayó en el juzgado del doctor García.

No obstante las evidencias -tantas, que luego, tras un proceso de dos años, alcanzarían para quitarles a los padres biológicos la patria potestad-, en octubre de 2002 el Juzgado Penal 2 los sobreseyó por falta de pruebas y cerró el caso. Los padres biológicos de Gabriel, sin embargo, nunca apelaron aquel fallo para que se les restituyera la patria potestad. Y jamás volvieron a ver a su hijo.

Diez meses antes, el 22 agosto de 2001, mientras se sustanciaba el juicio a los padres biológicos, el juez García había entregado a Gabriel al cuidado temporario del matrimonio Biocca. Gabriel tenía apenas cuatro meses, "era un sol, pero también un Cristo roto", y Juan y Nelly Biocca conocían las reglas: la tenencia del niño por parte de una familia sustituta no debía extenderse más allá de seis meses. Pasado ese tiempo, Gabriel tenía que ser dado en adopción a otra familia. Pero fue la propia Justicia, con su lentitud, la que se encargó de transformar en pesadilla los sueños de una criatura que ya empezaba a conocer el significado de las palabras "papá", "mamá", "hermanos", "familia". Así, los meses se hicieron años: cinco. Lo recibieron de bebe, y el tiempo lo convirtió en parte de la familia. Para todo Parera, Gabriel era un hijo más de los Biocca, aunque nunca se le ocultaron ni su origen ni la identidad de sus padres biológicos.

Aquel 22 de abril de 2005 fue el peor día en la vida de la familia Biocca. Un mazazo a la esperanza. Y un golpe mortal: Juan Biocca, que arrastraba desde hacía mucho tiempo alteraciones renales y respiratorias, empeoró su cuadro producto de la profunda depresión en la que había caído después de recibir la notificación del juzgado. Internado en la Clínica Santa Teresita, de Realicó, pasó doce días en terapia intensiva, en coma farmacológico y con asistencia respiratoria mecánica hasta su muerte, ocurrida una fría mañana del sábado 28 de mayo.

Un mes después de su muerte, Nelly iniciaba los trámites de adopción.

Cuentan en Parera que a Juan Biocca, que tenía apenas 53 años y era cantinero del Club Agrario, no le cabía el corazón en el pecho de tan grande que lo tenía. Pura bondad, pura honestidad, puro sacrificio. Un hombre de una sensibilidad extrema que sobrellevaba, como podía, la cruz de la obesidad. Nelly, y todo Parera, nunca dudaron de que Juan murió de tristeza. Tiempo después, en marzo de 2006, cuando Nelly había logrado la preadopción de Gabriel, le comentó a este cronista que su marido había muerto sin saber que el juez les había otorgado ese beneficio. Lo dijo con voz ahogada, mientras una montaña de ropa que cubría casi la mitad de la mesa de la cocina esperaba el paso lento de la vieja plancha a carbón que todavía no se había calentado lo suficiente.

La historia de Gabriel es un doloroso capítulo dentro de la vulnerable política de adopción que rige en la Argentina. Como otros miles de niños, Gabriel fue una víctima más del maltrato, el abandono y el desamor. Y por mucho tiempo, además, víctima de la negligencia y la desatención del Estado. Pero hoy es, también, ejemplo de lucha: la de él, por querer vivir; la de una familia, por haberle abierto los brazos y el corazón y acogerlo como un hijo más, y la de todo un pueblo, por haberse encolumnado detrás de una causa que trascendió, incluso, las fronteras del país.

"Al Gaby le fascinan los dinosaurios; por eso, Juan siempre le dibujaba dinosaurios. Todavía hoy, cada tanto, el Gaby sigue buscando dinosaurios en las nubes. Cuando era más chiquito y decía que lo veía al padre en la luna, lo decía tan seguro, tan convencido, tan emocionado que... hasta a mí también me daban ganas de levantar la cabeza -dirá Nelly, o la Neyi , como la conocen en el pueblo, con pudorosa vergüenza-. Y cuando decía que había olor a papá, es porque uno de mis hijos usaba el mismo perfume que Juan. Ese es nuestro Gabriel, el Gaby del pueblo, porque acá en el pueblo todos se sienten hermanos o tíos o abuelos del Gaby. Lástima... la pena profunda que tengo y que me estruja el corazón es que ya no está Juan para disfrutarlo."

En la Argentina hay 167 Pequeños Hogares y 95 Amas Externas (el folklore popular las llama "madres sustitutas") que tienen a menores a su cuidado y dependen del Consejo Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia. Pequeños Hogares y Amas Externas son programas creados por el Consejo para reducir al mínimo la institucionalización de los chicos abandonados o imposibilitados de reinsertarse en sus familias biológicas. Son niños que, una vez concluida la evaluación de los Juzgados de Menores, quedan en condiciones de ser entregados en adopción. Algunas cifras no oficiales indican que unas 3000 personas están registradas para adoptar en la Argentina. Actualmente, sólo en la provincia de La Pampa hay 320 chicos en guarda estatal, pero sólo se registran dos adopciones por año.

Nelly continúa con sus recuerdos: "Todo lo que siguió a la notificación del juez de que nos podían quitar a Gabriel para entregarlo a otra familia, en abril de 2005, fue tremendo, terrible... -suspira-. Ya a la semana yo veía que Juan se levantaba llorando, que comía llorando, que iba a trabajar llorando... A partir de esa noticia, se deprimió de tal forma que nunca lograría recuperarse. Llegó a tener 28 de presión. Es que para él Gaby era... todo... y yo lo veía cada vez peor. Gaby le decía todo el tiempo: «Papi, me cortás pan... papi, me das agua... papi, vamos a jugar... papi, me dibujás un dinosaurio grande...» Juan llegaba del trabajo, del campo o del Club Agrario, y Gaby lo esperaba en la puerta de casa. Así era. Todos los días igual. Juan siempre tenía tiempo para estar con él. Y a mí me decía en voz muy baja, con sus ojitos negros llenos de lágrimas, que nunca terminaban de caer para que el Gaby no se diera cuenta: «Me parece que lo perdemos». El pueblo empezó a movilizarse. Yo quería encontrarle otra vuelta, pero solos no podíamos hacer nada. El juez iba con todo el peso de la ley, pero después de casi 5 años, era una injusticia..."

Y Parera, en el mismo momento en que se preparaba para la inauguración del Festival Folklórico de Otoño -el acontecimiento más esperado del año- tuvo su "cabildo abierto". Las primeras reuniones se hicieron en la casa de los Biocca. Pero no fue Nelly la que salió a la calle a buscar apoyo. Fueron sus vecinos, de a uno, quienes empezaron a llamar a su puerta para decirle: "Neyi, estamos con vos para lo que necesités". Allí estaban los vecinos más cercanos: Gladys Mirco, Leticia Cometto, Norma Márquez, Olga Dosio y Mariela Lecitra. "La idea de marchar fue siempre la misma: velar por los derechos del niño... por el interés superior del niño", dicen las vecinas. Y a las marchas de mayo, que fueron seis, siguieron los petitorios al juez, y las firmas: 800, en una población de 1800 personas. Y se pusieron a pintar carteles (Parera grita en silencio Gaby no se va; La justicia lenta no es justicia; Señor juez: en este pueblo hay muchos chicos pero no sobra ninguno).

Y el párroco del pueblo montó en su bicicleta y se llegó hasta a la casa de Nelly. Y también el intendente, que fue caminando. Y el presidente del Concejo Deliberante de Parera, que acompañó la marcha del intendente. Y Rina Jurado, "la voz de Parera", cantó en el Festival de Otoño El hijo de todos, la zamba que Gaspar Montes, otro vecino de Nelly, le dedicó a Gabriel. Algo así como el himno de Parera: Niño no llores desconsolado,/ la ley del hombre causa dolor;/ los que legislan han olvidado/ ese derecho que da el amor./ Niño no llores, sigue soñando/ con ser un día zapateador./ De allá del cielo te están cuidando/ y todo un pueblo vela por vos./ Y le pedimos al ser divino/ que las tristezas no vuelvan más,/ hijo de todos ya te sentimos,/ junto a nosotros siempre estarás./ Niño sonríe, calla tu llanto/ vive la vida y sé feliz./ No dejaremos que tú te vayas,/ los que te aman están aquí..."

Exactamente un año después, el 5 de abril de 2006, empujado por las circunstancias y por la presión de todo un pueblo, el juez volvió sobre sus pasos y le concedió a la familia Biocca la guarda preadoptiva por la que habían luchado desde que Gabriel entró en sus vidas.

Nelly no estaba equivocada al plantear sus dudas. De no haber sido por la callada lucha de los Biocca y por esa toma de conciencia de los habitantes de un pueblo perdido en la llanura pampeana, Gabriel, hoy, podría ser un niño de la calle, o institucionalizado, o desaparecido, o explotado sexualmente, o esclavizado, o desarraigado, o adoptado ilegalmente (sólo el 25% de las adopciones comienza de forma legal). O muerto.

Nada de eso ha sucedido esta vez. Fueron 9 los años que se tomó la Justicia para resolver su destino, que concluyó con la adopción definitiva, a favor de Nelly Becerra de Biocca, el 22 de junio de 2008.

Gabriel cursa tercer grado de la escuela primaria de Parera. Su mamá dice que no perdió la costumbre de buscar dinosaurios en el cielo, y que a veces se pone medio triste porque ha empezado a olvidar cómo era la voz de Juan, su papá del corazón.

© Escrito por Jorge Palomar y publicado en el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 27 de Diciembre de 2009.

Figuras de protección

La ley argentina identifica diversas formas de protección al menor en riesgo:

  • Hogar de tránsito: lugar que cobija a niños derivados de los juzgados hasta que se solucione su situación.
  • Ama externa: es la que tiene niños bajo su cuidado en forma transitoria, con autorización del juez. Se establece un subsidio diario por niño, que cubre atención, alimentación, ropa blanca y traslados a la institución y a servicios asistenciales.
  • Acogimiento Familiar y Pequeños Hogares: programas que desarrolla el Estado para la protección de los niños cuando, por diversas causas, sus padres no los pueden cuidar. Es la incorporación momentánea de un niño en una familia que no es de origen, a través de la guarda provista por el juez.
  • Guarda: es la relación que se establece entre una persona mayor y una menor, que hace a su cuidado y protección inmediata. Puede tener distintos orígenes.
  • Guarda jurídica: la tiene aquella persona a quien el juez ha llamado para darle en guarda al niño porque sus padres no lo pueden atender. En algunos casos, el juez determina los tiempos.
  • Guarda de hecho: cuando, por distintas circunstancias, se deja momentáneamente al niño al cuidado de otra persona (un familiar, un vecino, etc.)
  • Tenencia: si bien "guarda" y "tenencia" funcionan como sinónimos, para el derecho de familia, cuando los padres se separan, "ejerce la patria potestad quien ejerce la tenencia".

viernes, 25 de diciembre de 2009

La infancia es un País... De Alguna Manera...

La infancia es un país...


Un niño es un niño
No es ni blanco ni amarillo
No es negro
¡Tiene color de niño!
No es ni rico ni pobre
es un tesoro en sí mismo

Un niño es un niño
No es del Este ni del Sur
No es del Norte, no es del Oeste
Es del país de la infancia

No es de derechas o de izquierdas
Es de la sigla NIÑO
No es judío ni mahometano
Cree en Dios NIÑO

Un niño es un niño
Pertenece al país de la Infancia

Borrad los odios y las barreras
Desconocidos en el país de la Infancia

Borrad los odios vivos
Estáis en el país de la Infancia
El país del sueño azul


Bernadette Sanou
Enfant sans frontières (Extractos)

jueves, 24 de diciembre de 2009

Navidad sin Hipocrecía... De Alguna Manera...

Navidad: la falsa y la verdadera...

La verdadera navidad sujeta la vida con los dos brazos como si se cargara a un niño

Las luces de la falsa Navidad nos ponen a gastar lo que no tenemos. Son aburridas, porque sólo iluminan artículos en venta.

La estrella de la Navidad es símbolo de la Luz verdadera que ilumina a todo hombre y a toda mujer que vienen a este mundo. Ella nos pone a caminar hacia lo importante. La estrella con ser tan seria, a veces se oculta, se niega a brillar sobre el palacio de Herodes y nos conduce hacia un pueblecito olvidado.

La falsa Navidad esconde la alegría mientras más la proclama, después, nos deja saqueados, resacados y vacíos. La Navidad verdadera celebra que Dios se revela escondiéndose en un niño frágil.

El derroche de la falsa Navidad divide: mientras unos despilfarran otros pasan hambre. La verdadera Navidad nos desafía con la generosidad de Dios que nos mueve a acercarnos para compartir.

Se acercan los pastores y los que no cuentan, los astrólogos ignorantes de la Sagrada Escritura, llegan los magos de lejos indagando y avergonzando la arrogante seguridad de los biblioblandientes.

La falsa Navidad regala interesadamente, “—yo ya te regalé, ahora regálame tú y quédate allá lejos—”. En la verdadera Navidad, descubrimos asombrados que Dios se nos regala en su Hijo y por eso regalamos y nos acercamos. Los sinceros, pobres, ricos y aspirantes, se abrazan en Navidad.

Para celebrar la falsa Navidad hay que alejarse del Señor, de la comunidad. La verdadera Navidad celebra que Dios se acerca tanto, que su cercanía en un niño nos queda grande.

Es falsa la Navidad que le canta al niño Jesús mientras se deshumaniza con excesos de bebida, comida e irrespeto violento. La Navidad verdadera nos pone a creer en la humanidad, porque hasta Dios cree en ella.

Los embaucadores de siempre usan la falsa Navidad para tapar los problemas, envolverlos en papel de regalo y tirárselos al año que viene, para que caigan del otro lado de enero, entre la Altagracia y Juan Pablo Duarte. Cantan, “Gloria a Dios en la alturas”, mientras dejan la tierra plagada de roturas.

Es verdadera la Navidad, porque naciendo, Jesús hizo suyos nuestros problemas. Dios anda con nosotros, para que nadie ande sin Dios.

La falsa Navidad está fabricada con risotadas que no logran acallar las preocupaciones, los abusos y los desafíos ignorados. La verdadera es suave, cuenta con los pequeños, valora las semillitas del Reino y agarra la vida con los dos brazos como si sujetara a un niño.

La Navidad mentirosa tiene mil voces viperinas que no aprendieron otra cosa que vender. La voz de la Navidad de Jesús tal vez nos llame como Juan, el Bautista, “raza de víboras,” pero nos anuncia un bautismo en el fuego del Espíritu, que le da la vuelta a los corazones y la historia.

Herodes reina en la falsa Navidad, esclavo de su castillo, de su frustrada seguridad egoísta y de su poder. Le hacen el juego los que citan la Escritura, presos de la Jerusalén soberbia.

Todos llevamos dentro un Belén abierto a la ternura. Ella permite reconocer la verdad del niño y el poder invencible de su sonrisa. Que en Navidad, al igual que los pastores, “de prisa, vayamos y veamos”.

© Escrito por el Padre Manuel Maza, S.J.


MANUEL PABLO MAZA MIQUEL, S.J


El Padre Maza nació en La Habana, Cuba en 1945, es ciudadano de la República Dominicana, país que conoce desde 1967.


El Profesor Maza trabajó en la Parroquia Domingo Savio de l os Guandules y en el Seminario Santo Tomás de Aquino por más de seis años.


Se doctoró en historia, en Georgetown University (1987) y es también Licenciado en humanidades (Fordham Univ., 1967), licenciado en Teología Fundamental, con estudios en la Universidad de Lovaina (1972, Bélgica), Loyola University (1974, Chicago) y la Pontificia Universidad Gregoriana (1975, Roma).


Desde 1987 el Padre Maza es profesor-investigador en el Recinto Santo Tomás de Aquino de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, institución que ha apoyado sus investigaciones desde 1987. Desde 1983 es también profesor de historia en el Instituto Pedro Francisco Bonó de la Compañía de Jesús en Santo Domingo. El Dr. Maza fue durante más de doce años miembro del equipo editor de la revista Estudios Sociales en la cual aparecieron sus ensayos sobre la Iglesia y la sociedad cubana.




martes, 22 de diciembre de 2009

Abuelas de la Plaza... El Pueblo las Abraza... De Alguna Manera...

Recuperan al nieto desaparecido Nº 100

Matías Espinosa y la historia de su padre, una de las más dramáticas historias del enfrentamiento entre Montoneros y la Dictadura.

Tulio Valenzuela, asesinado por el Terrorismo de Estado, fue
también condenado por la Conducción Nacional de Montoneros.


La organización Abuelas de Plaza de Mayo tuvo la satisfacción de anunciar la aparición de Matías Espinosa, quien así se convirtió en el nieto recuperado número 100. Actualmente docente, el joven es hijo del militante desaparecido Tulio Valenzuela, protagonista de una de las historias más emblemáticas de la violencia en que estaba inmersa la Argentina.

Matías Espinosa (quien lleva el apellido de su madre Norma), es hijo de Tulio "Tucho" Valenzuela quien no pudo reconocerlo porque vivía en la clandestinidad debido a que era una de las cabezas de la columna de Montoneros en Rosario. Precisamente, "Tucho" Valenzuela fue protagonista de una las historias más dramáticas e increíbles del enfrentamiento entre Montoneros y la dictadura militar.

La historia de su padre. En uno en uno de los tantos operativos ilegales, la dictaduta captura a Valenzuela. Detenido en un campo de concentración el por entonces general Leopoldo Galtieri le ofrece liberarlo -pero dejando como rehen a su mujer Raquel Negro y su hija- a cambio de que conduzca a los militares hasta Mario Firmenich por entonces exiliado en México.

“Tulio simula comerse los argumentos e inician conversaciones políticas con él (en alusión a Firmenich)", contó Alfredo Álvarez, íntimo amigo del militante desaparecido. En febrero de 1977 Valenzuela viaja con un grupo de militares al Distrito Federal de México, pero antes de entrar en contacto con la cúpula montonera logra fugarse de sus captores.

Doblemente condenado. Posteriormente logra ponerse en contacto con los jefes máximos del grupo guerrillero a quienes les revela el plan siniestro de los hombres de la dictadura. Dan una conferencia de prensa donde cuentan los planes de Galtieri lo que desencadena un conflicto diplomático y los secuestradores son expulsados de México. Pero la decisión de "Tucho" de salvar a los jerarcas montoneros no fue bien entendida por la Conducción Nacional del grupo guerrillero que le realiza un juicio revolucionario en el que se reconoce su heroismo, pero se lo condena por traición.

Su compañera de entonces, Raquel Negro (que había dado a luz a la hija de ambos en 1978, la cual fue recuperada por Abuelas de Plaza en 2008), fue asesinada por las fuerzas represivas de la dictadura después de, aparentemente, haber dado a luz a mellizos.

Cinco meses después, Tulio Valenzuela volvió voluntariamente a la Argentina en el marco de la Primera Contraofensiva Montonera y, al verse cercado por integrantes de un grupo de tareas de la ESMA, se suicidó ingiriendo una pastilla de cianuro.Otras versiones dicen que murió acribillado. Su cuerpo nunca apareció.

El número 100. Matías Espinosa se crió con su madre Norma Espinosa -alejada de la militancia en 1975- y sus abuelos maternos, estudió Educación Física y actualmente se dedica a la docencia. A pesar de que desde niño su madre le contó detalles referidos a su padre, fue durante su adolescencia cuando el joven tomó conciencia de que su padre era Tulio Valenzuela y que se encontraba desaparecido.

Fue en ese momento cuando se acercó por primera vez a Abuelas, donde le facilitaron el contacto con sus tíos paternos en San Juan. En 2009, tras la restitución de Sabrina (su media hermana, hija de Valenzuela y Raquel Negro), Matías fue derivado a la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) para confirmar su filiación y convertirse en el nieto recuperado número 100.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el martes 22 de Diciembre de 2009.


Iba a entregar a Firmenich y burló a Galtieri.

En los 70 fue una de las cabezas de Montoneros en Rosario. Cuando lo detuvo la dictadura, hizo un pacto con Galtieri: guiar a los militares hasta Firmenich y la cúpula de la organización que estaba en México, a cambio de su libertad. Pero al llegar al DF se escapó y reveló a la prensa el operativo. Lo pagó con la vida de su esposa, que estaba detenida y embarazada. PERFIL revela fotos y cartas inéditas de una historia conmovedora.

Desde Managua. Alfredo Alvarez, íntimo amigo de Tulio, le cuenta a Héctor Valenzuela cómo su hermano guerrillero frustró el operativo México. Comenta que al detenerlo, Galtieri trató de convencerlo para hacer un pacto con Montoneros, pero que el problema era Firmenich. “Tulio simula comerse los argumentos e inician conversaciones políticas con él.” En febrero de 1977, Valenzuela viaja con militares al DF, pero al llegar se escapa y delata todo ante la prensa. Los líderes montoneros logran huir.

Juventud. Tulio nació en 1945 en San Juan, donde vivió hasta que en 1963 fue a Buenos Aires para estudiar Derecho en la UBA. Allí inició su militancia en la Juventud Peronista. Después, se unió a Montoneros en Rosario. En Jujuy, se casó con Alcira Fidalgo, su primera esposa.

Confirmación. Firmenich le escribe a la madre de Tulio para decirle que su hijo falleció. Hay dos versiones sobre su deceso en 1978. Alvarez relata que muere durante un tiroteo con militares: “Tulio cae en combate junto con dos compañeros. Se sabe que es el último en caer y que cuando los verdugos llegan a él, el flaco ya está muerto”. Otra versión sostiene que antes de que lo mataran tomó cianuro. “Se mató con la pastilla, el hijo de puta”, habría dicho el represor Eduardo “Tucu” Constanzo.

Familia. Cuando conoció a Raquel Negro en Rosario, ella ya tenía un hijo de un matrimonio anterior, llamado Sebastián (fotos). Tulio se casó con Raquel y ella quedó embarazada. Pero al poco tiempo los dos fueron detenidos en el centro clandestino Quinta de Funes. Antes de hacer fracasar el operativo México, Tulio habló con ella para adelantarle su plan, y ella aceptó morir por la causa revolucionaria. Constanzo declaró después a la Justicia que la vio llegar a Paraná muerta y desnuda en el baúl de un auto, tras parir.

Desde el exilio. Valenzuela fue detenido tres veces. La primera fue en 1973 en Jujuy, en donde le dejaron medio cuerpo paralizado por las torturas. Tras dos experiencias similares en 1975 y 1977, se exilió en Costa Rica, Nicaragua, Uganda, Suiza y España. Desde allí mantuvo informada a su familia por correspondencia. En una carta dice no saber nada de Raquel y tampoco de su embarazo. “El segundo pibe debe haber nacido ya (...) pero no tengo la menor idea de él”, confiesa. Ignoraba que esperaba mellizos.

Militante. Tulio creció dentro de la estructura montonera hasta convertirse en comandante militar y encargado de prensa. También era miembro del Consejo Superior de la organización. Tras hacer fracasar el operativo México (foto izquierda, luego de hablar con la prensa), Montoneros le hace un juicio revolucionario en el que, según Alvarez, se reconoce su heroismo, pero “se le reprocha el haber puesto en riesgo a la conducción nacional. Como sanción lo degradan (foto abajo, partiendo hacia el exilio).

Gestiones. En una misiva reciente, el hermano de Tulio cuenta datos desconocidos hasta ahora. Dice que en su desesperación por saber algo de Raquel y de su hijo, Tulio “le envió una carta a Galtieri y otra a la Junta de asesinos”. También le escribió al Papa. Pero no obtuvo respuesta. Héctor Valenzuela relata, además, que tiempo después le remitió una carta al hijo que no llegó a conocer “donde le explica por qué había caído su mamá”. Tulio nunca supo que tuvo mellizos y que fueron apropiados por los militares. Se creía que uno murió al nacer, pero ahora hay dudas.

© Escrito por Andrea San Esteban y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 23 de Marzo de 2008.


domingo, 20 de diciembre de 2009

Yo te Amo Costa Rica... De Alguna Manera...

Historia de Costa Rica
El país estuvo habitado desde al menos 5000 a.c.,pero los amerindios de Costa Rica fueron poco numerosos en comparación con las grandes civilizaciones precolombinas.

Cristóbal Colón descubrió y bautizó Costa Rica en 1502 durante su cuarto viaje. La conquista española se hizo allí más tarde que en gran parte de la América Latina central en razón de la hostilidad virulenta de los amerindios. Juan de Cavallón llevó los primeros colonizadores victoriosos a Costa Rica en 1561. Juan Vázquez de Coronado le sucedió en 1562-1565 y estableció Cartago y otras colonias en el Valle Central. Costa Rica hizo parte de la capitanería general de Guatemala, en el virreinato de México, a partir de 1570, pero su alejamiento de la ciudad de Guatemala y su aparente falta de riquezas le permitieron desarrollarse sin sufrir la misma intervención directa que las otras provincias de América Central.

Bastante poco numerosos en el país, los representantes de la autoridad española y de la Iglesia dejaron el país desarrollarse apartado de la corriente histórica de la América Latina. La colonia no tomó una cierta importancia a los ojos de las autoridades guatemaltecas sino hasta fines del siglo XVIII, cuando los españoles pusieron el acento sobre la agricultura comercial e hicieron del tabaco, un importante producto de exportación.

Las exportaciones de tabaco favorecieron la creación de una sociedad más próspera y los costarricenses dominaron la vida intelectual y política de la América Central a comienzos del siglo XIX. La región siguió a México en su separación de España en 1821, después devino uno de los cinco Estados de las Provincias Unidas de América Central de 1824 a 1838. Costa Rica evitó comprometerse en las guerras civiles que exaltaron a la confederación. Formó a continuación una república soberana. La política costarricense fue similar a las ideologías liberales-conservadoras del resto de América Latina y las ciudades de Cartago, San José, Heredia, y Alajuela se disputaron la supremacía en el país, y San José logró tomar la delantera. El siglo XIX fue también marcado por el prodigioso desarrollo del cultivo del café que se volvió entonces un importante producto de exportación.

Bajo el mandato de Tomás Guardia (1870-1882), Costa Rica se benefició de grandes inversiones extranjeras en las vías férreas y otros equipamientos públicos. La implantación en el país de la United Fruit Company, imperio de la banana creado por el hombre de negocios norteamericano Minor C. Keith, permitió el desarrollo de las llanuras costeras, de las vías férreas, así como de otras infraestructuras, pero volvió también a Costa Rica más dependiente de los mercados y los capitales extranjeros.

El Partido Republicano Nacional Reformista (PRN) obtuvo la presidencia con León Cortés Castro en 1936, y nuevamente en 1940 con Rafael Angel Calderón Guardia. La victoria electoral del liberal Otilio Ulate en 1948 hizo estallar una guerra civil cuando el PRN intentaba permanecer en el poder. Una nueva fuerza política, el Partido de la Liberación Nacional (PLN), dirigido por José Figueres Ferrer, logró imponer a Otilio Ulate y llegó a ser el partido dominante del país, una posición que ocuparía siempre. Costa Rica llegó a ser entonces el país más democrático de América Latina. Figueres fue presidente de 1953 a 1958, y nuevamente de 1970 a 1974.

Le PLN venció en las presidenciales de 1974 con Daniel Oduber Quirós, pero el conflicto que lo oponía a Figueres, acompañado de problemas económicos, llevó al poder a una coalición de oposición dirigida por Rodrigo Carazo Odio en 1978.

Costa Rica conoció entonces un crecimiento demográfico rápido, lo que tuvo consecuencias económicas a comienzos de los años '80. Le PLN regresó al poder en 1982, con la elección para la presidencia de Luis Alberto Monge Alvarez; Óscar Arias Sánchez, también del PLN, le sucedió en 1986. El consagró su mandato a restaurar la paz en América Central y asegurar la estabilidad política de la región. Rafael Angel Calderón Fournier, hijo del antiguo presidente Rafael Calderón, venció en las elecciones presidenciales de febrero de 1990 por la Unidad Social-cristiana. En febrero de 1994, José-Maria Figueres Olsen, miembro del PLN e hijo del antiguo presidente José Figueres Ferrer, fue elegido presidente.

© http://www.americas-fr.com/es/historia/costa-rica.html



viernes, 18 de diciembre de 2009

Asesinen a Cristina Kirchner... El odio sigue vivo... De Alguna Manera...

Página/12 Web :: Buenos Aires, Argentina

El Odio sigue vivo


Por lo general han expresado más odio los que defienden a los represores, que los familiares de las víctimas. Eso ha sido una constante desde que se fueron los militares. En un sentido tendría que ser al revés: los familiares tendrían más motivos para odiar. Pero lo que se hizo durante la dictadura tenía que cabalgar sobre un odio tan profundo que fuera capaz de galvanizar cualquier objeción, cualquier atisbo de conciencia. Esa clase de odio no tiene competencia.

Este zumbido de arco voltaico, de cable de alta tensión, se sintió los primeros años de democracia cuando Alfonsín hizo los juicios a los comandantes. En esos años se manifestaba en forma abierta en levantamientos carapintada, bombas, solicitadas y editoriales. Pero cuando la sociedad aceptó como reales los crímenes que trataban de defender, el odio persistió como un movimiento subterráneo que buscaba alimentarse de otros descontentos.

Cuando Kirchner reivindicó a los militantes de los ’70, cuando condenó las violaciones a los derechos humanos, anuló la Obediencia Debida y el Punto Final, entregó la ESMA a las organizaciones de derechos humanos, cuando desarrolló una política para cerrar heridas a partir de la justicia, el zumbido de furia aumentó y se convirtió en telón de fondo, en condimento de desborde de protestas como la de las entidades patronales del campo o las de la inseguridad. Ese odio de grito desaforado, de insulto explosivo, no fue sólo por las retenciones ni por la ola delictiva. Esas protestas quedaban engarzadas en una modalidad para odiar que se relaciona con la política de derechos humanos. En algunos de los actos de estas protestas siempre se escuchó atacar a los organismos de derechos humanos, a veces con la excusa del garantismo, a veces con la excusa del orden reclamado. Y en todos estos movimientos siempre aparecieron personajes relacionados con este odio, ahora reconvertidos en ruralistas o antigarantistas. Es una forma de odiar que tiene un sector de la sociedad argentina que respaldó a la dictadura y se siente humillada por la política de derechos humanos.

Cuando se anuló la Obediencia Debida y el Punto Final, hubo voces que dijeron que eso era fácil porque era una vía de acción que ya no tenía costo político. El secuestro y la desaparición de Julio López demostró que el odio estaba vivo.

Para los que vivieron la dictadura y se formaron en una sociedad hipócrita que llamaba democracia a un sistema de tutela de las fuerzas armadas, las ideas que publicó el ministro de Educación porteño, Abel Posse, tienen muchas reminiscencias con el sentido común de época de los años ’60 y ’70 que preparó el clima para justificar los crímenes de la dictadura. Podía ser una tía, una maestra en la escuela, el almacenero, no eran personas particularmente malas o violentas, pero repetían la idea de que había que hacer cualquier cosa para sobrevivir. El odio se induce por el miedo, por la idea de que estamos en peligro por el caos. A ese peligro se responde con odio o mano dura. Cualquiera sabe que el odio es la peor forma de reaccionar porque tiene consecuencias peores que su causa. El odio no soluciona nada pero se usa políticamente, ya no para la inseguridad ni para las retenciones, sino para debilitar a un gobierno o provocar su caída. Ha sido así en la historia reciente de nuestro país. Esa tía, la maestra o el almacenero odiaron y después se arrepintieron. Reflexionaron que no había motivo para tanto odio y hasta se olvidaron que lo sintieron. Qué estupidez, el daño ya estaba hecho.

Una voz en el helicóptero pidió que asesinen a Cristina Fernández el día que comenzó el juicio de la ESMA. Es la señal del odio que eligió ese momento para aparecer. Demasiada, sospechosa, imposible casualidad. Esa voz demuestra que a pesar de lo que diga Posse, los juicios y las condenas son más necesarios que nunca. Porque, justamente por lo que dice Posse, ese odio sigue vivo y se alimenta de malos pero también de inocentes que dejan de serlo aunque después se arrepientan.

© Escrito por Luis Bruschtein y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 15 de Diciembre de 2009. http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-137010-2009-12-15.html


Nota del redactor:

Podés o no creer esta noticia. Hipótesis podemos elecubrar por cientos... Lo que no podemos dejar de reconocer es la gravedad misma del hecho. La figura de la máxima autoridad de un país amenazada o pidiendo ser asesinada por quien fuese es un acto gravísimo que atenta contra nos solo la persona, sino contra un sistema de gobierno. Si fuese una amenaza como todo los indica o si fue un acto de la inteligencia autóctona para despertar inquietud institucional vaya a saber uno con que fin... En todo caso son actos que le hacen mucho daño a la Argentina, donde todos convivimos...

De Alguna Manera...


domingo, 13 de diciembre de 2009

Firmó Cappa… Un Ángel en la Zavaleta... De Alguna Manera...

Firmó Cappa...

Lejos de las cámaras y la vorágine del show, Ángel Cappa tuvo su despedida en el corazón de Zavaleta, ahí, donde siempre será bienvenido, donde nace todo eso que lo hizo gigante, en el potrero, con el pueblo y con la pelota, porque “el fútbol es alegría o no es nada”, según escribió de puño, letra y aerosol en la pared de ladrillos aledaña a la canchita.
Frente a más de cien chicas y chicos del Fútbol Popular y ante todos los vecinos que conforman la asamblea de La Poderosa en el barrio, Ángel expresó que “es un honor para mí que me hayan invitado a venir, porque todos juntos disfrutamos del fútbol de ese Huracán, que nos hizo felices y que duró sólo 19 fechas, aunque a veces pareciera que aquel equipo hubiese jugado cuatro años”. Ojalá hubieran sido cuatro, o muchos más. Ojalá los sean, en un futuro no muy lejano.

No importaba quién era de Boca, ni quién de River, ni quién de Huracán, ni quién de San Lorenzo. El homenaje encontró a todo Zavaleta unido, y Cappa lo celebró: “Uno no se salva solo, pero si nos juntamos y peleamos en equipo seguro que podremos. Nos robaron en la última fecha del campeonato y nos demostraron que siguen empecinados en pisotearnos los sueños. Siempre, a los pueblos, a los humildes, nos impiden crecer pisoteándonos los sueños, porque quieren hacernos creer que no podemos aspirar a grandes cosas. Pero no. Tenemos que rebelarnos contra eso que dicen, y luchar todos juntos”. Luchar, porque algunos no quieren, no quieren una sociedad más justa, ni un fútbol con valores. Y entonces, tampoco quieren un Cappa en el medio: “Es lógico que hayan querido acabar con ese Huracán, porque si no corrían el riesgo de que muchos otros equipos quisieran jugar a ese fútbol”.

Convocado por el colectivo La Poderosa, Ángel regresó al potrero de Iriarte y Zavaleta, donde había estado a principios de año y donde habitualmente se forman todas las categorías del Fútbol Popular del barrio, en una metodología de educación popular sostenida desde el deporte. Allí, no sólo alentó la unidad vecinal, sino que además reivindicó la iniciativa de los adolescentes que conforman la Cooperativa de Fútbol Poderoso, que organiza campeonatos para promocionar el juego como tal y la diversidad cultural del barrio. “Para que puedan seguir creciendo y que no puedan engañarnos, será fundamental que no abandonen los estudios -remarcó-, porque para seguir uniéndonos necesitamos estar bien formados”.

Parecía suficiente, parecía demasiado. Cappa en el potrero, participando de la asamblea, escribiendo una pared con aerosol y disfrutando de una despedida que, en realidad, era un modo de no despedirlo. Parecía un montón, pero hubo más. “En realidad, también vengo a darles una gran noticia: las tres categorías mayores se irán de viaje a Chapadmalal, y los más chiquitos viajarán a conocer el mar en febrero”. Sí, la sorpresa del cierre de año organizado para los chicos, por los propios vecinos de La Poderosa, la anunció don Ángel, y entonces hubo otra ovación, que todavía no ha terminado.

Empapados de alegría, las pibas y pibes volvieron al silencio catedrático, para que Robín, de 16 años, le entregara a Cappa una camiseta firmada por todos los chicos del barrio. No sólo la recibió con emoción. Y no sólo se la llevó puesta. Antes de irse, festejó esta victoria, por encima de cualquier árbitro y cualquier resultado: “Muchos creían que yo no había ganado, pero acá tienen: esta camiseta para mí es mucho más importante que ganar”.