El Retorno de la "Zurda Loca...
El último manotazo de ahogado...
"La CTA es una zurda loca que manejan desde afuera", manifestó sin ponerse colorado Juan Belén, segundo de Hugo Moyano en la CGT instantes antes de que éste fuera desautorizado por la propia Cristina Fernández al pedirle que claudicara en su intento de marchar el viernes 20.
Indignada la presidente por la tapa del gran diario argentino que desnudaba la verdadera intención de dicha convocatoria, que es sin duda el terror de los sindicalistas tradicionales a ser arrasados por el vendaval de comisiones gremiales de izquierda combativa, le urgió al binomio D' Elía /Moyano dejar la misma para otra ocasión.
Pero lo interesante es la afirmación del mentado Belén, a quien obviamente se le saltó la cadena incurriendo en un involuntario viaje al pasado. Justamente cuando en estos días se conmemoraba el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, un pope del sindicalismo vernáculo apela a una fraseología que parece remitirse a cuando dicha división estaba aún vivita y coleando.
El 9 de febrero de 1950, el senador Joseph Mac Carthy convocó a una conferencia de prensa, en la que pontificó que tenía en su poder una lista con los nombres de 205 comunistas que revistaban nada menos que para el Departamento de Estado. Al día siguiente, esto fue la noticia bomba que ilustraba la portada de los principales matutinos estadounidenses. Pero luego resultó que todo era falso, y lo peor del caso es que ningún editor ni redactor chequeó si la misma era cierta o un infundio. Es que en el contexto de la guerra fría, valía todo con tal de desacreditar a quienes no comulgaban con el credo de turno. Cualquier semejanza con la realidad actual, favor de echarle soda.
Los dinosaurios están aquí
Lamentablemente, no se trata de una secuela del éxito de Spielberg ni nada parecido. Pues la cosmovisión del gremialista en cuestión coincide con la de muchos de sus compañeros, empeñados en seguir embretados en una estéril disputa ideológica perimida y absolutamente fuera del contexto del aquí y ahora. Se parece a los devaneos autoritarios de Berlusconi, que cuando aparecen las acusaciones sobre su disoluta vida privada, se defiende torpemente acusando a un inexistente complot de ultraizquierda destinado a provocar un golpe de estado.
Durante los 39 años que Franco fue dictador de España, siempre le adjudicó los males de su administración a un supuesto complot judeo-masónico-bolchevique, perpetrado desde Moscú y los países capitalistas. Se murió en 1975 convencido que esto era verdad revelada.
En la Argentina de los K parece ser que sucede algo muy similar. Cercados por todos lados por una realidad hostil, el matrimonio atrincherado en Olivos imagina una conspiración urdida por una oscura alianza entre los medios, la Sociedad Rural, la oposición y cualquiera que piense distinto. Con semejante paranoia, será muy complicado arribar al puerto seguro del 2011.
Porque, si prevalece semejante dislate blindado, cualquier intento de conciliación inevitablemente sería como arrojar perlas a los cerdos.
© Escrito por Fernando Paolella y publicado por Tribuna de Periodistas el domingo 15 de Noviembre de 2009.
http://www.periodicotribuna.com.ar
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