Hace pocos días, cumplí 58 años. Todos me dicen 'parecés de 40', '¡¡no se te nota!'!... 'estás hecho un pibe!!'. Pura cháchara. Manga de fallutos, cuando era un pibe, nadie me decía 'estás hecho un pibe'. Cuando te dicen que estás hecho un pibe, ya estás frito.
Frente al ocaso final, el único honesto fue mi médico. Para mi cumple, me regaló una orden para hacerme endoscopía, colonoscopía, ecostress, placa de tórax, tomografía completa y el broche final: 'te me vás de paseo a lo del proctólogo'. La verdad, creo que prefiero la muerte.
A propósito, estuve meditando sobre este asuntito del proctólogo y comprendí que lo complicado no es la cuestión técnica en sí, sino la humillación. El problema no son sus dedos, sino sus ojos. El tipo te mira, sabe quien sos y lo que va a hacerte. Por eso se me ocurrió que, así como el doctor usa guantes descartables, los pacientes deberíamos llegar al consultorio con capucha. Yo se que es un poco raro subir al ascensor encapuchado. Pero lo otro es mucho peor. Imagínense si un par de días después, te encontrás al médico en un restaurante almorzando con su familia. El tipo te mira y te dice: '¿como le va?' mientras sus hijos y esposa cuchichean conteniendo la risa. La capucha, indudablemente, es la única manera de evitar la humillación. Mientras no te ven la cara, no hay daño. Bah, más o menos.
Volviendo al asunto principal, llegué a los 58 y, frente a la inminencia del adiós, nada mejor que un buen balance.
Sobre mi mundo más cercano, sólo tengo palabras de agradecimiento. Amigos, amores, familia, padres, hermanos e hijos, han honrado con lealtad y patriotismo el cargo que la vida les ha asignado. En general, todos fuimos y somos buena gente, aunque yo confieso que cuando tenía 12 años le pegué con un palo a un gatito que había en una quinta y casi lo mato. Esta es la verdad sobre los seres que influyeron en mi vida, desde cerca.
Ahora pasemos a los que influyeron en mi vida desde un poco más lejos. Por ejemplo, los Presidentes de mi país. Veámoslo de adelante para atrás, que es más ameno.
De la actual Presidenta no diré mucho porque está recién salidita del horno, en el más amplio sentido de la frase. Arrancó con un despegue turbulento, pero despegue al fin. Es la jefa y no se le conoce prontuario. Con ella no me meto: seré canchero, pero no estúpido.
Antes que ella, su esposo Néstor, quien ya no está en ejercicio, pero nadie se anima a decírselo. Reconoce haber estado preso. Aunque es más probable que lo hayan encanado por correr a Cristina por las diagonales de La Plata, caliente como un búfalo, que por cualquier acto de resistencia peronista. Dos días preso, pero preso al fin.
Antes que él, el doctor Duhalde. No se si estuvo preso, pero lo han acusado de todo lo que se les pueda ocurrir. Si alguna pena debía purgar, alcanza y sobra con 40 años al lado de Chiche.
Antes que él, el inolvidable Adolfo Rodríguez Saá, quien en sólo 7 días de gobierno, se inmortalizó como el primer Presidente de la historia occidental que fuera sodomizado por televisión.
Antes que él estuvo Ramón Puerta, quien al ser nombrado en el cargo, fue presentado como misionero, millonario y playboy (lindo currículum pa' Presidente).
Antes que él, Fernando de la Rúa. Un tipo cuya cara expresaba fielmente su inteligencia. Rodeado por una bandita de inolvidables muchachos cuyo único mérito era saber comer con palitos. Entre todos juntos, en dos añitos, estrellaron la República y, como si fuera poco, mandaron a la UCR al fondo del mar con sus 100 años de historia. Cuando me acuerdo de estos ñatos, quiero tirarme a llorar en los brazos de Chiche Duhalde y pedirle perdón. De la Rúa fue procesado e impedido de salir del país.
Antes que él, Carlos Menem. Dos veces procesado y dos veces detenido. Una, antes de ser Presidente y otra después de serlo. No me queda claro si fueron una por cada presidencia o lo encanaron primero a cuenta de lo que iba a hacer después.
Antes que él, Don Raúl Alfonsín quien, hasta donde yo se, es el único que no fue en gayola. Yo hubiera preferido que luego de su presidencia, se dedicara a construir la prestigiosa institución del ex presidente (Cardozo, Sanguinetti, Felipe). Pero no pudo parar y eligió ser un sopapeado más. Igual, sospecho que la historia le tiene reservado un lugar de privilegio que muchos de sus contemporáneos se niegan a reconocerle.
Ahora metámonos en el barro. En serio y sin joda. Antes que Don Raúl, el general Bignone, procesado y detenido por la muerte de jóvenes en el Colegio Militar cuando era el capo del instituto. Casi nada.
Antes que él, el general Galtieri, procesado y detenido porque asumió y a los 5 meses le declaró la guerra a Inglaterra y a Estados Unidos juntos. Esto parece un chiste, pero no lo es.
Antes que él, el general Viola, procesado y detenido por violaciones a los derechos humanos, secuestros y asesinatos.
Antes que él, el general Videla, procesado y detenido por lo mismo que Viola, pero encima vuelto a detener y procesar por robo de niños. Me da vergüenza de solo escribirlo.
Cuando me acuerdo de todo esto, amo profundamente a todos nuestros dirigentes actuales.
¿Quieren que siga? Sigo. Salgamos del barro.
Antes que el horror, la señora de Perón. Se llamaba María Estela Martínez , pero le decían Isabelita (cosas raras que tienen los peronistas), procesada y detenida por ser presidenta constitucional elegida con el 62% de los votos, y también por algunos temitas de fraude y corrupción. Cada tanto, también la citan por su vinculación con un organismo llamado AAA, que no creo que sea la Asociación Argentina de Actores.
Antes que ella, el gran jefe, Juan Domingo Perón, detenido en el 45, luego derrocado, exiliado, prohibido, vapuleado, combatido, proscripto, excomulgado y degradado. Así y todo, fue Presidente 3 veces. Tomá pa' vos.
Antes que él, Lastiri, detenido y procesado por varias cosas pero básicamente por ser el yerno de Lopez Rega, quien también fue procesado y detenido aunque no llegó a ser Presidente (de éste nos salvamos de milagro).
Antes que él, Cámpora, fue procesado y cuando lo fueron a encanar, se asiló en la Embajada de México y se que quedó ahí adentro mil años hasta que lo dejaron partir porque sino el embajador mexicano se suicidaba con toda su familia.
Antes que él, el general Lanusse, quien como Menem, fue preso dos veces. Una en los 50, mucho antes de ser Presidente, y otra después de serlo, cuando lo encana Videla en el 77. La segunda vez lo procesaron y detuvieron por su relación con el caso Aluar que, para quien no lo recuerda, fue un causa llevada adelante por razones de absoluto antisemitismo, por lo que Lanusse fue el primer Presidente y General de la Nación detenido por judío.
Con Lanusse llegamos a 1971. O sea que pasaron 37 años con 17 Presidentes más algún que otro interino (por ejemplo Italo Luder, a quien también tuvieron que llevarle puchos al calabozo).
¿Cuantos países de este mundo se han dado el lujo de meter presos a casi todos los presidentes que tuvieron? ¿O tal vez haya que invertir la cuestión y preguntarse cuantos países elevan a la presidencia a figuras cuyo destino final es el enjuiciamiento y la prisión? Ninguno. No me extraña. Tampoco creo que haya ningún país que designa cancilleres a tipos que no hablan inglés (salvo el actual que no se como se nos escapó).
En 1971 yo tenía 12 años y a veces pienso que todo lo que vino después, fue un castigo por haber querido matar aquel gato. Si romper un espejo trae 7 años de desgracia, atentar contra un felino son mínimo 3 décadas. Doy fe.
Frente al ocaso final, el único honesto fue mi médico. Para mi cumple, me regaló una orden para hacerme endoscopía, colonoscopía, ecostress, placa de tórax, tomografía completa y el broche final: 'te me vás de paseo a lo del proctólogo'. La verdad, creo que prefiero la muerte.
A propósito, estuve meditando sobre este asuntito del proctólogo y comprendí que lo complicado no es la cuestión técnica en sí, sino la humillación. El problema no son sus dedos, sino sus ojos. El tipo te mira, sabe quien sos y lo que va a hacerte. Por eso se me ocurrió que, así como el doctor usa guantes descartables, los pacientes deberíamos llegar al consultorio con capucha. Yo se que es un poco raro subir al ascensor encapuchado. Pero lo otro es mucho peor. Imagínense si un par de días después, te encontrás al médico en un restaurante almorzando con su familia. El tipo te mira y te dice: '¿como le va?' mientras sus hijos y esposa cuchichean conteniendo la risa. La capucha, indudablemente, es la única manera de evitar la humillación. Mientras no te ven la cara, no hay daño. Bah, más o menos.
Volviendo al asunto principal, llegué a los 58 y, frente a la inminencia del adiós, nada mejor que un buen balance.
Sobre mi mundo más cercano, sólo tengo palabras de agradecimiento. Amigos, amores, familia, padres, hermanos e hijos, han honrado con lealtad y patriotismo el cargo que la vida les ha asignado. En general, todos fuimos y somos buena gente, aunque yo confieso que cuando tenía 12 años le pegué con un palo a un gatito que había en una quinta y casi lo mato. Esta es la verdad sobre los seres que influyeron en mi vida, desde cerca.
Ahora pasemos a los que influyeron en mi vida desde un poco más lejos. Por ejemplo, los Presidentes de mi país. Veámoslo de adelante para atrás, que es más ameno.
De la actual Presidenta no diré mucho porque está recién salidita del horno, en el más amplio sentido de la frase. Arrancó con un despegue turbulento, pero despegue al fin. Es la jefa y no se le conoce prontuario. Con ella no me meto: seré canchero, pero no estúpido.
Antes que ella, su esposo Néstor, quien ya no está en ejercicio, pero nadie se anima a decírselo. Reconoce haber estado preso. Aunque es más probable que lo hayan encanado por correr a Cristina por las diagonales de La Plata, caliente como un búfalo, que por cualquier acto de resistencia peronista. Dos días preso, pero preso al fin.
Antes que él, el doctor Duhalde. No se si estuvo preso, pero lo han acusado de todo lo que se les pueda ocurrir. Si alguna pena debía purgar, alcanza y sobra con 40 años al lado de Chiche.
Antes que él, el inolvidable Adolfo Rodríguez Saá, quien en sólo 7 días de gobierno, se inmortalizó como el primer Presidente de la historia occidental que fuera sodomizado por televisión.
Antes que él estuvo Ramón Puerta, quien al ser nombrado en el cargo, fue presentado como misionero, millonario y playboy (lindo currículum pa' Presidente).
Antes que él, Fernando de la Rúa. Un tipo cuya cara expresaba fielmente su inteligencia. Rodeado por una bandita de inolvidables muchachos cuyo único mérito era saber comer con palitos. Entre todos juntos, en dos añitos, estrellaron la República y, como si fuera poco, mandaron a la UCR al fondo del mar con sus 100 años de historia. Cuando me acuerdo de estos ñatos, quiero tirarme a llorar en los brazos de Chiche Duhalde y pedirle perdón. De la Rúa fue procesado e impedido de salir del país.
Antes que él, Carlos Menem. Dos veces procesado y dos veces detenido. Una, antes de ser Presidente y otra después de serlo. No me queda claro si fueron una por cada presidencia o lo encanaron primero a cuenta de lo que iba a hacer después.
Antes que él, Don Raúl Alfonsín quien, hasta donde yo se, es el único que no fue en gayola. Yo hubiera preferido que luego de su presidencia, se dedicara a construir la prestigiosa institución del ex presidente (Cardozo, Sanguinetti, Felipe). Pero no pudo parar y eligió ser un sopapeado más. Igual, sospecho que la historia le tiene reservado un lugar de privilegio que muchos de sus contemporáneos se niegan a reconocerle.
Ahora metámonos en el barro. En serio y sin joda. Antes que Don Raúl, el general Bignone, procesado y detenido por la muerte de jóvenes en el Colegio Militar cuando era el capo del instituto. Casi nada.
Antes que él, el general Galtieri, procesado y detenido porque asumió y a los 5 meses le declaró la guerra a Inglaterra y a Estados Unidos juntos. Esto parece un chiste, pero no lo es.
Antes que él, el general Viola, procesado y detenido por violaciones a los derechos humanos, secuestros y asesinatos.
Antes que él, el general Videla, procesado y detenido por lo mismo que Viola, pero encima vuelto a detener y procesar por robo de niños. Me da vergüenza de solo escribirlo.
Cuando me acuerdo de todo esto, amo profundamente a todos nuestros dirigentes actuales.
¿Quieren que siga? Sigo. Salgamos del barro.
Antes que el horror, la señora de Perón. Se llamaba María Estela Martínez , pero le decían Isabelita (cosas raras que tienen los peronistas), procesada y detenida por ser presidenta constitucional elegida con el 62% de los votos, y también por algunos temitas de fraude y corrupción. Cada tanto, también la citan por su vinculación con un organismo llamado AAA, que no creo que sea la Asociación Argentina de Actores.
Antes que ella, el gran jefe, Juan Domingo Perón, detenido en el 45, luego derrocado, exiliado, prohibido, vapuleado, combatido, proscripto, excomulgado y degradado. Así y todo, fue Presidente 3 veces. Tomá pa' vos.
Antes que él, Lastiri, detenido y procesado por varias cosas pero básicamente por ser el yerno de Lopez Rega, quien también fue procesado y detenido aunque no llegó a ser Presidente (de éste nos salvamos de milagro).
Antes que él, Cámpora, fue procesado y cuando lo fueron a encanar, se asiló en la Embajada de México y se que quedó ahí adentro mil años hasta que lo dejaron partir porque sino el embajador mexicano se suicidaba con toda su familia.
Antes que él, el general Lanusse, quien como Menem, fue preso dos veces. Una en los 50, mucho antes de ser Presidente, y otra después de serlo, cuando lo encana Videla en el 77. La segunda vez lo procesaron y detuvieron por su relación con el caso Aluar que, para quien no lo recuerda, fue un causa llevada adelante por razones de absoluto antisemitismo, por lo que Lanusse fue el primer Presidente y General de la Nación detenido por judío.
Con Lanusse llegamos a 1971. O sea que pasaron 37 años con 17 Presidentes más algún que otro interino (por ejemplo Italo Luder, a quien también tuvieron que llevarle puchos al calabozo).
¿Cuantos países de este mundo se han dado el lujo de meter presos a casi todos los presidentes que tuvieron? ¿O tal vez haya que invertir la cuestión y preguntarse cuantos países elevan a la presidencia a figuras cuyo destino final es el enjuiciamiento y la prisión? Ninguno. No me extraña. Tampoco creo que haya ningún país que designa cancilleres a tipos que no hablan inglés (salvo el actual que no se como se nos escapó).
En 1971 yo tenía 12 años y a veces pienso que todo lo que vino después, fue un castigo por haber querido matar aquel gato. Si romper un espejo trae 7 años de desgracia, atentar contra un felino son mínimo 3 décadas. Doy fe.
Cuando pienso en todo lo que vivió mi generación, ¿qué temor puedo tenerle al proctólogo?
Jajaja!
ResponderBorrarComico y tragico!!! muy tragico!!!
Me quede pensando que me falta mucho para el proctologo. Pero cuantas cosas hemos hecho en la infancia....
Creo que condene al pais con unos 50 años mas de desgracias!!
Muy bueno el Blog como siempre!
ahhh!! dejo mi voto positivo para la capucha!
Muchas Gracias Mariano. Un abrazo y a cuidarse, los años llegan y el proctólogo se hace necesario...
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